miércoles, 16 de abril de 2008

Blancanieves, el montaje del director

De regreso a su casa, los siete enanitos van por el bosque caminando en fila y cantando la única canción que sabían: ¡AYHOOO, AYHOOO, LALALALALA….”
Cuando el primero de ellos divisa su casa a lo lejos se detiene y tras él los otros seis.
Se vuelve hacia el que tenía detrás diciéndole:
–“hay luz en casa”-, y el segundo se vuelve al tercero: –“hay luz en casa”-, igual hicieron el tercero al cuarto, el cuarto al quinto, el quinto al sexto y el sexto al séptimo y último.
Dejaron de cantar y sigilosamente se acercaron a hasta su casa, mirando el primero de ellos a través de la ventana, que se vuelve hacia el segundo y le dice:
-“hay una mujer en nuestra casa”-, y el segundo al tercero -“hay una mujer en nuestra casa”-, y así el tercero al cuarto, el cuarto al quinto, el quinto al sexto y el sexto al séptimo y último.
Una nueva mirada por la ventana y se vuelve hacia el segundo,
-“está acostada en nuestra cama”-, y el segundo al tercero -“está acostada en nuestra cama”-, y así también el tercero al cuarto, el cuarto al quinto, el quinto al sexto y el sexto al séptimo y último.
Otra mirada por la ventana y de nuevo se vuelve hacia el segundo:
-“está desnuda”-, y el segundo al tercero –“está desnuda”, igual que el tercero al cuarto, el cuarto al quinto, el quinto al sexto y el sexto al séptimo y último.
Una última mirada por la ventana, y de nuevo le dice al que estaba de segundo:
-“se está levantando”, y el segundo al tercero –“a mí también”- y el tercero al cuarto –“a mi también”-, y el cuarto al quinto -"a mí también"-, lo mismo que el quinto al sexto y el sexto al séptimo y último.
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Atención al video, es de dos rombos.

¡Carallo, como cambió el cuento!...

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