sábado, 19 de abril de 2008

El Tamagotchi de mi nena

Bueno, pues ya que en mi anterior post he contado algo acerca de mi hijo, ahora voy hacer lo mismo de mi hija, porque si a él lo quiero con locura, ella es mi tesoro… y que coño, porque si se entera que no la menciono, se pilla tal cabreo que me retira el habla un par de semanas.
Si mi hijo fue primero y único para todo durante un buen tiempo, ella vino acompañada de primos, vecinos y otros… y aunque digo acompañada, no creo que haga falta decir que la mía salió de una, saliendo los demás cada uno de la suya.
Como he dicho de mi niña, las amigas las tiene a cientos y ahora no recuerdo yo que hubiese tenido alguna “amiga imaginaria” como tuvo su hermano… lo de ella es peor todavía, pues lo sé y además de buena tinta, que debe ir al menos por el tercer novio
Sí… ya sé... y me lo dice todo el mundo… hazte a la idea Manolo, que las niñas son así… Pero no veas como jode que a punto de cumplir los 11, sea este el tercer año que en San Valentín, le hacen regalo.
Alguna vez ya se lo tengo dicho: “para llevarte a ti, mi tesoro, tendrán que pasar sobre mi cadáver”… y ella que sabe que cuando hablo en serio, hablo en serio… me camela con un beso y me quita 5 euros para comprarle también un regalo para su novio.
Pero bueno, no es de sus novios de quien quería hablar ya que estos me ponen nervioso, si no de la diferencia que hubo con respecto a su hermano y su amigo imaginario.
Ella no se lo imaginó como ya he dicho, a ella se los regalaron.
Ella tuvo un Tamagotchi, que es un aparatito que hasta caga y tuvo también un Furby, que es un muñeco que habla.
Y la de veces que me han dado el coñazo ese par de cabrones…
Aquella noche en la que todos dormíamos placidamente… mejor dicho, todos menos uno, cuando un pesado pitido me despertó, con lo que mejor debo decir que dormían todos menos dosel Tamagotchi más este idiota.
Me levanté para callar al “bebé de mi pequeña”, fui a por él a su habitación y cuado entro en ella me llevé hasta un pequeño susto cuando suena una voz desde un estante: “Me abuuurro”… ¡si hombre, las 4 de la mañana y el Furby con ganas de juerga!...
Recojo el Tamagotchi que seguía pitando y me voy con él para la sala a ver qué coño le pasaba.
Tirado en el sofá y con un sueño de cojones, examiné el juguetito tocándole en todos los botones, hasta que di de casualidad con el problema, siendo éste y perdón por la expresión, el que se había cagado.
Y como uno es padre y aun padre hay cosas que no se olvidan aunque los niños ya vayan solos al water, lavé y cambié al “bebé de mi nena”, supongo que como haría cualquier otro abuelo con su nieto.
Hecho esto lo devolví a la habitación en la que otra vez al entrar el Furby me pedía juerga… “ahora no macaco, si eso mañana un rato”.
Y me volví para cama satisfecho, pensando que de no haber atendido albebé”, vete tú a saber qué podría pasarle y con ello el disgusto que se llevaría mi niña.
Pero al rato de estar en cama, otra vez el jodido “crío” que vuelve con sus pitidos. Otra vez a por él y al entrar de nuevo en su cuarto otra vez el de marras que me dice que se aburre… pero ya estaba yo un poco enfadado así que ni para él miré, dando por supuesto que entendería mi desprecio como un mal gesto.
Otra vez para la sala con el “bebé” y otra vez a darle aquí, allí y en todos los botones hasta que otra vez lo descubrí: “será cabrón, que ahora quiere el biberón”.
Y claro… si hay que darle el biberón al “crío”, se le da biberón y punto.
Entre la cagada y el biberón, me habían robado más de media hora de sueño, por lo que era tal mi mosqueo que cuando devuelvo el Tamagotchi al cuarto y me vuelve el otro a decir que se aburre, que posé el “bebé” en su sitio, agarré a Furby por el cuello y lo amenacé muy en serio: “si te aburres te la machacas, pero a mi no me des la lata”… y señalándole al Tamagotchi también le advertí: “y ojito con lo que quiera ahora ese, que como pida ir a los columpios lo sacas tú a la calle aunque tengáis que salir en pelotas”…
Mis amenazas surtieron efecto y con la conciencia tranquila por haber hecho lo que había hecho por mi nieto, dormí como un lirón el resto de la noche.
A la mañana siguiente le conté a mi hija lo que había hecho esa noche por su “bebé”, y en lugar de darme las gracias y el beso de agradecimiento que yo esperaba, me dice indiferente que “su bebé” había muerto.
¡¡¡DIOSSSSSS, NOOOOOO ¡!!... ¿en qué fallé?, ¿de qué me olvidé?... ¡claro coño!, después de darle el biberón no lo pillé en el colo para darle unas palmaditas para que expulsara los gases… ¿pero cómo pude olvidarme de eso?....
Me arrodillé ante mi pequeña y casi llorando y sintiéndome culpable del fatal desenlace: “perdóname Lía, perdóname cariño y no te pongas triste mi vida, que igual que ese podrás tener otro”.
-Y por qué voy a estar triste si fui yo quien lo maté para poder tener este otro… mira, es rubio, tiene los ojos azules y se llama Niko… ¿quieres darle el biberón? – al mismo tiempo que me lo pasa.
Mejor es que me calle y que por respeto no diga lo que me pasó por la cabeza, además que no es correcto imaginarse lo que me imaginé yo cuando en ese momento me presentaron a mi nuevo nieto.

6 han comentado:

Jose Antonio dijo...

Menudo par de aventuras que has relatado, te imagino en el salón muerto de sueño con el dichoso trasto, :):).

Y según te leo me pienso, madre las que me quedan a mí por pasar aún.

Saludos amigo

Jose Antonio dijo...

Soy Marta, la mujer de Senovilla.

Divertida historia y te digo como Jose, me he reido un rato, pero pienso en los malos ratos que nos quedan por pasar, aunque espero que sean tan divertidos de contar como los tuyos.

Saludos Marta.

m4n010 dijo...

Hola Marta, gracias también por tu participación.

La verdad es que si, NOS QUEDAN muchas aun por pasar, tampoco es que estas historias que he contado se pueda decir que son malos ratos.
Si tomas nota de todas las cosas que hacen y dicen los niños, de la vida de cualquiera podrías escribir un libro y a cual más divertido y seguro que los vuestos ya os habrán dado unos cuantos motivos que contados con el paso del tiempo os resulten divertidos... aunque en el momento a lo mejor hayan sido lo contrario.

Hay una de mi hijo, que si os la cuento ahora reírimaos un buen rato, como me rio yo cuando lo recuerdo.

Vivimos en un pueblo pequeño en Galicia, rodeado de bosques y rios.
El caso es que estando un día en el parque con la madre y teniendo 6 años, en un momento que le quitó la vista de encima, el niño desapareció.

La madre llama por el niño y el niño ni contesta ni aparece... y venga a buscar por él, ella y un montón de gente, menos mal que yo estaba trabajando porque me veo en ese trance y seguro me da un telele.

El caso es que pasaron dos horas y el niño seguía sin dar rastro.
Y cuando ya se estaba a punto de darme a mi la noticia, llamar a la Guardia Civil y movilizar al ejercito. Una vecina lo encotró escondido tras un árbol del monte con una piedra en una mano y en la otra un palo.
Le pregunta que está haciendo y si le ha pasado algo y el crio le responde:
Estoy escondido a ver si doy cazado un lobo...

p'habernos matao.

Saludos amigos... y suerte.

Serendipya dijo...

jajajj Diox qué recuerdos Manolo...

Mi tamagotchi murió ahogado en la bañera... y al Furby le quité las pilas (qué bicho más pesado)

Qué paciencia que tienes... mis padres creo que directamente lo habrían desconectado o quitado las pilas... o me habrían despertado para hacer callar al bicho en cuestión... :)

Creo qeu te voy a coger prestado el vídeo... es buenísimo¡¡¡ :D

Besotes¡¡¡ xD

Juanita Castillo dijo...

Joder a mis hijos todavía no les han salido los dientes, la que nos espera!!! Muy buenos tus relatos, me he reido un montón, cosa que viene muy bien un domingo a estas horas.
Saluditos!

m4n010 dijo...

Serendipya

Al Furby le acabo por quitar las pilas la niña... al final tampoco lo soportaba y del tamagotchi ya no lo recuerdo.
Pero es igual, que si no es una cosa es la otra, ahora toca la wii y tengo acabado con agujetas y con dolor en los brazos de tanto jugar.

Juanita

pues sí que te queda sí, que tengas suerte con los dientes porque hay casos en los que al salirles dan mucha guerra.

Creo que tendré que escribir más cosas de los niños....jejeje...

tembladddddd