jueves, 29 de mayo de 2008

¡Que llueva, que llueva, la virgen de la cueva..."


Inviernos secos, veranos mojados, eso es lo que pienso y que el clima que padecemos me está demostrando que estoy en lo cierto.
Estamos a finales de mayo y yo sigo con calcetines de invierno mientras mi ropa de verano aguarda doblada en el armario la llegada del buen tiempo. Esto no es nada extraño por estos lares, pero coño, yo pensé que con esto del cambio climático podría ir a la playa a partir de febrero o marzo.
Dicen que nunca llueve a gusto de todos, una gran verdad porque si bien es cierto que el agua es un bien escaso, podía llover allá donde la necesitan, que aquí afortunadamente no tenemos ese problema, más bien todo lo contrario.
Y qué le voy a hacer si a mí ver el cielo encapotado y gris me deprime, francamente no me explico como alguien que no sea andaluz o extremeño pueda cantar bajo la lluvia, desde luego que a un gallego no se le ocurriría tal cosa, si acaso mirar al cielo y decir aquello de: ¡para un pouco, carallo!, y que se deje ver el sol aunque sólo sea un rato.
Y luego dicen que la naturaleza es sabia, ¡qué coño va a serlo!, es una cabrona eso sí, porque de ser tan sabia como dicen yo habría nacido con branquias y con escamas, o la lluvia se habría dejado caer por donde celebrasen su llegada.
Con todo eso no deja de sorprenderme cada vez que escucho a un anciano decir que los inviernos de ahora no son tan crudos como los de antes… ¿qué pasa, que antes aparte del agua también caía el caldero o era que le echaban los bomberos?.
A lo mejor está ahí la explicación del porqué las generaciones anteriores eran más bajos que nosotros, en que hayan encogido con tanta agua.
El caso es que estamos a un mes para la llegada del verano y a dos para las vacaciones y viendo como está la cosa ya tengo decidido no ir este año a ningún sitio, porque también es mala suerte la mía coño, que allá donde me vaya me lleve el mal tiempo conmigo, de hecho sigue sin estrenar el bañador que me he comprado el verano pasado en la Costa Brava, donde el lugar de pillar bronceado me he pillado un catarro.
Mira si tengo mala suerte que basta que me ponga a escribir esta entrada quejándome de la lluvia, para que en este preciso instante deje de llover.
Al final va a ser cosa de que me ponga a cantar la de “¡que llueva, que llueva, la virgen de la cueva…”

2 han comentado:

Jose Antonio dijo...

Que llueva, por lo menos hace una cosa bien el gobierno y es solucionar lo de Barcelona sin el trasvase.

Aquí también lleva una semanita que no deja de llover por las tardes, te fastidía por que con los peques no podemos ir a ningún sitio, esperemos que mejore, que sino los días encerrados en casa se hacen muy largos para ellos.

Saludos.

rosita dijo...

aqui or las mañanas estahaciendo una calor impresionante y luego a esta hora mas o menos gota fria... en fin... que royo