miércoles, 16 de julio de 2008

Apirolado

No me apetece nada escribir, y no sólo escribir, si no que estoy desganado del todo y no me apetece hacer nada salvo estar tirado en el sofá mirando la tele o sacándole defectos al gotelé del techo, sí bueno, es que soy del ramo y un entendido en la materia, además ya me conozco esos defectos de memoria y no tengo que esforzar la vista para encontrarlos.
Hasta cuando me siento delante del ordenador no me apetece escribir ni nada que no sea jugar con él. El caso es que estoy así como… apirolado… y todo es desde hace unos días.
Ya sé que lo estáis pensando pero no, no tiene nada que ver con el hecho de tener un año más, ni tampoco porque esté depre.
Es que no pienso en otra cosa que no sean las vacaciones que están ahí a la vuelta de la esquina. Y todos los años igual ya que yo es que aparte de tener el síndrome pos vacacional, tengo el pre vacacional y cuando se me acercan suelo estar así como estoy ahora.
Y a medida que se me acerque el día, mi humor irá cambiando, jeje, que se prepare Zapatero. El jefe comenzará a echarme de menos antes de que me vaya y en los últimos dos o tres días me atosigará para que deje todo atado y bien atado. Luego a mi regreso yo me lo encuentro todo amontonado y bien amontonado encima de mi mesa.
Pero bueno, es de masocas pensar en el final de las vacaciones cuando aún no las has comenzado, así que de ese tema ya os iré comentando, si no me come un tiburón en la playa, jeje, porque este año pienso ponerme negro como un chamizo de tanta playa.
Después de estos dos últimos años en los que he ido a ver como llovía en el País Vasco y en Cataluña, he decidido quedarme por aquí, que aunque ya sé de sobras como llueve por lo menos es más barato, y si no llueve tengo un ciento de playas para elegir a menos de una hora de casa.
Al final van a tener razón los viejos cuando dicen aquello de que los veranos de ahora no son como los de antes, y no me extraña, pues al precio que está la gasolina cualquiera veranea.
Y es que si no frena el tema me veo haciendo como antaño, organizando una excursión para poder ir en bus a la playa los domingos.
Ah, que tiempos aquellos de dominguero total, a la playa con la familia, el radio casete, la tortillita, la ensaladilla y los filetes empanados. Y tres adultos, seis niños y un perro en un 600.
Lo que tal andaba antes por la carretera. Familias enteras, padre, madre, abuela y un puñado de niños entre hijos, primos y vecinos metidos a presión en un coche.
Y todos cantando, “coge tu sombrero y póntelo, ♫ vamos a la playa calienta el sol, ♫ chiribiribi poropopo, chiribiribi poropopo ♫...”.
O la de “ocho vacho de chevecha ♫ que me chube a la chavecha, anda chave ♫ chube chive, que chavo a la chevecha ♫…”.
¡Ah!, que música aquella también…
En fin, que así a la chita callando me saqué una entrada de la manga, jo, lo malo es que en la parte de “la tortilla, los filetes y la ensaladilla” se me abrió el apetito y ya había cenado.

3 han comentado:

Anónimo dijo...

Que te sea leve la espera. Y como digo a todos los que esten de vacaciones, mandame algo bonito

Eulogio Diéguez Pérez (Logio) dijo...

A mi me suena eso de que el jefe quiere que deje todo atado y bien atado y cuando vuelves te encuentras todo amontonado y bien amontonado.

Jose Antonio dijo...

Se pasa mal esperando y cuando llega te das cuenta de que pasa muy rápido y el dinero vuela aún más rápido.

Todo llega y espero que disfrutes.

Un saludo.