domingo, 2 de noviembre de 2008

¡Ojo, pringa!...

Hola, ¿qué tal?... yo recuperándome poco a poco del trancazo, padeciendo sus últimas secuelas.
Parece mentira que tan poca cosa como un simple resfriado pueda joder tanto. Digo poca cosa porque afortunadamente de eso no se muere, aunque cuando estás muy tocado puede dar la impresión de que la vas a palmar ahogado en tus propios mocos mientras duermes. Al menos eso me pasó a mí.
No me explico de dónde coño puede salir tanto moco. Sí, ya sé que de la nariz, pero lo que yo me pregunto es ¿cómo es posible que en la cabeza se pueda fabricar tanto líquido elemento?...
Es que ni que tuviese una fuente de colores dentro de la nariz, porque yo estuve cinco días expulsando mocos en sus tres versiones y colores.
La primera de agüilla transparente y continua acompañada de estornudos, la de andar con la gota en la punta de la nariz. De ahí me salio líquido como para regar un huerto.
Después de un par de días así el moco tiende a espesarse mediante un proceso de semi solidificación. Bueno, esta es una forma mía de decirlo, porque ese proceso ni siquiera sé si existe.
Lo que quiero decir es que el moco tiene un cuerpo entre líquido y sólido…igual que la nocilla, que por esa forma que tenía en los envases de dos colores venía separadita y sin mezclarse, medio vaso blanca y medio vaso marrón.
Bueno, pues el moco en su segunda versión es más o menos así pero en tono verdoso. Está pegado al tubo respiratorio como los percebes a las rocas y por mucho que tosas, tosas, y vuelvas a toser, como no le metas dinamita no los despegas del cuerpo.
La dinamita es el jarabe que los ablanda y los hace salir para fuera, y al menos a mí me salieron por todos los orificios menos por las orejas. En esta fase el moco adquiere un tono amarillo maduro.
Pues así cinco días con sus cinco noches, y a base de pastillas de chupar, efervescentes, de tragar y jarabe. Y aun así parece que no te lo das sacado de encima.
Recuerdo que cuando era chaval mi madre arreglaba esto con un supositorio de Cibalgina, que aparte de hacer bien, el hecho de que me lo tuviesen que meter por el culo hacían efecto placebo y un supositorio a veces me curaba por la cuenta que me tenía.
Je,je, anda que no se las hacía pasar canutas a mi madre cuando me tenía que ponerlos. Tenía la pobre que ponerme boca a bajo a la fuerza y echárseme encima para inmovilizarme, con esa destreza que tienen las madres me abría el culo a la fuerza y para dentro el torpedo.
Y yo para fuera… Y ella otra vez para dentro… Y yo otra vez para fuera… Y ella otra vez para dentro…
Igualito que un polvo, hasta que ella se cansaba del mete saca y dejaba un par de minutos su dedo clavado en mi culo como si fuese una banderilla.
En fin, que sigo vivito y coleando, aunque también tosiendo de vez en cuando y echando también los últimos mocos que me quedan, pero ya en condiciones de ponerme a esto porque siento como a medida que me van saliendo, me va llegando la inspiración para escribir y eso debe ser, sospecho, a que los mocos me llegaban hasta el cerebro.
Te imaginas… los sesos pringados de mocos… ¡puag, que asco!.

6 han comentado:

darkmanburt dijo...

Lo peor de los mocos es cuando te lo tragas, que no sabes que hacer si escupirlos o ya puesto tragartelos.
Es una dificil decisión.

Recuperate pronto amigo

Jose Antonio dijo...

Si de esto los que más saben son los caracoles.
Remedio un baño de sal gorda y sueltan todo el moco rápidamente.

Saludos Cordiales y me alegro de tu mejoría.

m4n010 dijo...

Vamos mejorando, muchas gracias. En primavera me volverá a pasar, los cambios de temperatura me producen estas alergias.

VolVoreta dijo...

Me alegro de que te encuentres mejor...la entrada no tiene desperdicio :)
se te echaba de menos.

Las infusiones de tomillo van muy bien para los bronquios aunque ya me imagino que no te gustan la infusiones.
Un bico Manolo

Anónimo dijo...

joder ni me lo cuentes que yo estoy en la tercera fase y el otro dia cuando iba para el curro con la vespa tire uno al suelo antes de arrancar, cayo debajo de la rueda y se quedo pegada, no habia guevos de hacerla mover, ...

Anónimo dijo...

Yo creo que todos hemos pasado por la etapa de los supositorios. Dura, muy dura. Y seguro que es por eso por lo que tenemos miedo a visitar al urólogo, porque nos recuerda a la banderilla que nos clavaba nuestra madre.