miércoles, 10 de diciembre de 2008

La que se avecina...

Uno no se da cuenta de lo que tiene hasta que lo pierde. Gran verdad ésta y que yo pude comprobar esta mañana cuando al ir para trabajar pisé sin querer un charco metiéndome agua los zapatos.
Fue entonces con un pie completamente mojado, cuando me di cuenta lo mucho que quiero a mis zapatillas de andar por casa. Y no son éstas lo único que echo de menos, pues lo mismo me pasa con el pijama y también con el pelo, aunque sólo fuese un poco para taparme la oreja.
Después de un fin de semana largo y muy pasado por agua en el que las zapatillas y el pijama fueron las únicas prendas que vestí, aquí estoy una semana más al pie del cañón, aunque en esta ocasión la empiece con el pie completamente empapado, por lo que también debería decir que esta mañana eché mucho de menos un calcetín seco.
Lo bueno de todo es que esta es una semana cortita y servirá además de preludio a los días que entre festivos y puentes constituirán mis tan deseadas vacaciones de invierno, ya que este año aparte de los festivos naturales, tengo cinco días a mayores decretados por convenio.
Créeme si te digo que ante las vacaciones, ni pijama, ni calcetines, ni hostias en vinagre, tengo una buena calefacción en casa y con tal de no tener que ir a trabajar soy capaz de pasarme todos esos días en calzoncillos, además tengo unos rojos a juego con el gorrito de Papá Noel que me vendrían que ni pintados para la ocasión.
Lo que sí es cierto es que con tanto festivo y tanto puente a fin de mes echaré de menos unos cuantos euros en la nómina, que con los tiempos tan difíciles que estamos atravesando no es moco de pavo. Menos mal que está la paga extra, aunque esta vez entre pitos y flautas, creo que la cogeré con una mano y la soltaré con la otra, y sin dejar que se pare en el bolsillo. No te imaginas tú como se han puesto los pitos con esto del Euribor.
Además este mes viene cargadito de cenas y fiestas. Si la memoria no me falla creo que entre las de empresa, amigos, compañeros de la peña y alguna otra que por ahí tengo, son hasta cinco las cenas pendientes, todas ellas con sus correspondientes sobremesas, las cuales suelen ir acompañadas del tradicional colocón navideño.
Sólo espero que este año la cena de empresa no acabe en un karaoke como los años anteriores, porque si hay algo que de verdad me jode es hacer el ridículo dos veces consecutivas en el mismo lugar, aunque entre una y otra haya un año de por medio.
Aunque me temo que este año me tocará cantar otra vez, de hecho algún compañero ya me ha sugerido que vaya preparando el repertorio, así como también me ha indicado que este año no se me ocurra cantar en japonés.
En fin, que ya prácticamente estamos metidos en las fiestas de Navidad y que desde este viernes hasta el próximo 6 de enero esto será un desfase total, pero con este frío que hace por aquí es mejor mojarse un poco por dentro que meter el pie en un charco.
Si lo sabré yo, que esta mañana hubiese sacrificado una cena a cambio de un calcetín seco.

3 han comentado:

Carmen dijo...

¿Cantar en japonés?
Ten cuidado con los colocones navideños jajajaja

Besos y que tengas un buen miércoles

María Galán dijo...

como jode eso, luego se te hiela el pie :S :S :S

yo he cantado en japonés!! :D XD

Merce dijo...

Es que teniendo cinco cenas ahorradas bien se puede regatear una por un calcetin, no? El caso es que no te las gastes todas y quedes debiendo alguna, eso sería lo peor ;)

Nada, si cantas en japonés queremos aqui, ya mismo el archivo de audio ;)

Saudiños ;)