Al loro con la mula
Visto el importe de la multa y hechos los cálculos pertinentes, estos arrojan unos resultados que desmontan palabra por palabra esa célebre frase que dice que “la música amansa las fieras”.
Dicho de otro modo, si a mi me meten una multa semejante, lejos de amansarme me pondría hecho una fiera, pero no una fiera cualquiera, sino que me convertiría en una fiera corrupia como diría mi abuela, y si por algo se caracterizaba mi abuela era porque sabía llamar a las cosas por su nombre, sirva como prueba que desde siempre a mí me ha llamado Manolito.
Por eso que me atrevo a decir que las únicas que amansa la música, es a las fieras de la SGAE, y que Dios me perdone y absuelva por esto que acabo de decir porque podría caerme el pelo si se entera Ramoncin, al que seguramente mi abuela hubiese llamado Monchito, lo que desde luego le quedaría mucho mejor ya que rima bien con rey del pollo frito.
Pero dejando a un lado a mi abuela, a quien por cierto y musicalmente hablando sólo le interesaba Manolo Escobar y la Muñeira, hay que decir que la sanción que le ha caído a esta persona no es una multa, es un atraco.
Porque si dividimos el importe de la misma entre el número de canciones, sale a casi cincuenta y ocho mil euros la pieza, y eso mis queridos lectores y lectoras, no los cobra ni un dentista por un implante de porcelana.
Vamos, que si traducimos el importe de la multa a discos vendidos, al artista en cuestión y sólo con esta bajada ya se habría hecho acreedor de tres discos de platino, ocho de oro y que hiciese la banda sonora de la próxima película de Disney.
Y ya que los he nombrado, si hacemos un estudio comparativo entre lo que le sale a esta persona cada una de las canciones descargadas y lo que cuesta implantar un diente de porcelana, no es de extrañar que mi abuela tuviese una dentadura de esas que se ponen y se quitan y se dejan en un vaso de agua.
Y claro, tampoco es de extrañar que grabase las canciones de Manolo Escobar directamente de la radio, motivo por el cual tenía siempre una cinta preparada en el radio cassete. Por lo que tampoco es de extrañar que el estribillo de “mi carro, me lo robaron…” se cortase de improviso para meter publicidad de “Bicicletas Honorino”.
Pero esto a mi abuela no le importaba y por lo visto a Manolo Escobar tampoco, ya que a lo largo y ancho de su carrera musical no tuvo ni una queja que dar y eso que en algún momento de ella supo que de magnetofón a magnetofón, o grabadas directamente de la radio, también le pirateaban sus canciones… lo que tampoco impidió que se hiciese rico de cojones.
Lo más tranquilizador de la noticia es que esto ha ocurrido en los Estados Unidos de Obama, y no aquí en aquí, aunque no cantes victoria porque de momento y tal como la palabra indica, es sólo de momento.
Pero ándate al loro con la mula… la SGAE te vigila… y ya sabes que los artistas de aquí, mucho "yanki go jom" y mucha hostia en verso, pero luego son los más dados a imitar de lo que se usa en USA.