miércoles, 14 de septiembre de 2011

Acojonante Felipe González

Distinguidos lectores, queridísimas lectoras, querid@s amig@s, etc. etc. y etc.. Nada más lejos de mi intención que amargarles el día porque para eso ya tenemos la prensa y los telediarios, pero lo que ha dicho ayer Felipe González acerca del actual sistema económico de la economía le pone a uno los pelos de punta, lo cual en mi caso particular lamento por partida doble pues aparte de tener ya poco pelo preferiría que me pusiese de punta otra cosa.
Ya sé que la economía no está para frivolidades ni para hacer chistes con ella, pero teniendo 83 céntimos en la cartera lo demás me la pela. Está clarísimo que con este dinero ni para un café tengo salvo que me lo vaya a tomar al bar del Congreso, lo cual no pienso hacer ya que el depósito de gasolina del coche me está entrando en la reserva.
Tengo a mi favor que en el bar me fían y que en la gasolinera y dado a que no tengo que bajar del coche para repostar, me puedo largar a toda pastilla sin pagar y que me persigan si tienen huevos. De todos modos y con el depósito lleno o vacío no pienso ir a Madrid a tomar un simple café, esas locuras ya las he hecho en mis tiempos en los que me fui de Santiago a Sevilla a eso, a tomar un simple café.
Sí señores, señoras y señoritas, ayer el ex-presidente del Gobierno habló muy claro sobre el estado actual de las economías europeas, y casi me acojono de no ser porque en mi botiquín abundan los antidepresivos, ansiolíticos y tranquilizantes, pero como la cosa no cambie y al paso que vamos, la Seguridad Social dará quiebra en un plis plas tan sólo con los medicamentos que me recetan, porque ayer y después de escucharlo dudé entre si tomarme un antidepresivo de más o una copa de vino, optando al final por tomarme ambas y si me da un yuyu que me dé.
En este caso doy gracias a los grandes avances de la medicina pues si por mezclar me da un patatús con un lavado de estómago pueden solucionármelo, aunque al mismo tiempo me temo que si me tienen que hacer un lavado del mismo son capaces de enviarme al auto lavado de una gasolinera concertada o en su defecto a otra cualquiera. Ahora bien, lo peor sería que podrían citarme para dentro de un par de años, con lo cual o bien me muero antes o me autocuro con un edema introducido por donde rima.
Amigos y amigas, parientes y parientas, conocidos y conocidas, desconocidos y desconocidas... las cosas están muy pero que muy jodidas en todos los aspectos: la economía no se levanta, a mí cada día me cuesta más levantarla y cuando lo hace a mi parienta le duele la cabeza o está cansada, y la gasolina no me llega para lo que queda de semana. ¿Qué hacer ante esta situación?... hombre, así a bote pronto la mejor respuesta sería quedarme en cama y esperar a que la cosa se solucione, pero hoy por aquí está un día soleado y me da pereza quedarme todo el día postrado en ella, por lo tanto no me acostaré hasta las 11:30 o 12:00 o'clock en punto de la noche, me tomaré la pastilla para dormir y hasta mañana.
Y mañana es jueves y por lo tanto habrá debate televisivo que aunque no aportan nada te mantienen entretenido y al mismo tiempo no te acojonan, porque mis querid@s amig@s, a estas alturas de la vida y la política, me parece tan interesante escuchar un discurso político como ver a la Belén Esteban poner podre a La Campanario.
Dicho esto y dado que en el bar me fían, paso ampliamente de la política, de la economía y de todos esos rollos de los cuales no tengo puta idea. Pero antes de acabar esta entrada, quisiera agradecer a los médicos de la Santa Seguridad Social que me atiborren de drogas que me ayudan a mantenerme alejado de los problemas, siendo el único que realmente me preocupa es el ver como progresivamente voy perdiendo fuerza en el carallo... aunque también es cierto que para lo que la mujer se deja montar me sería un poco más gratificante comprar una bicicleta aunque fuese de segunda mano.
En fin, que ayer habló Felipe González y hoy lo hago yo. Reconozco que la forma de hablar de ambos es muy distante, mientras él os acojona con discursos catastrofistas y yo si puedo os arranco unas risas... y si no lo consigo pues que le vamos a hacer, pero recordando sus palabras de ayer "ahí delante está el precipicio", ahora tú eliges, o te esperrechas intentando saltarlo o te pasas por aquí y te consuelas viendo mi foto bien acomodado en el inodoro.

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