viernes, 16 de septiembre de 2011

Los renglones torcidos de Dios (I)

Distinguidos lectores, queridísimas lectoras, querid@s amig@s, etc. etc. y etc. Hoy es viernes, un día como otro cualquiera con la excepcionalidad de que ES VIERNES. Ya sé que a vosotr@s incansables trabajadores, enamorados de vuestro trabajo, contribuyentes y lacayos, vosotros que levantáis este país con vuestro esfuerzo y sudor, estaréis pensando que yo soy el clásico vago que empieza a contar cuanto queda para el próximo viernes desde el preciso instante en que se despierta de la siesta dominguera.
Pues bien, debo deciros que os equivocáis conmigo pues mi cuenta hasta el próximo viernes no comienza tras la siesta sino que lo hace tras la misa de una del domingo, hecho por el cual suelo tener pesadillas en la siesta dominguera. Ante este suceso y para evitar tener sueños malos he dejado de ir a misa hace ya tanto tiempo que ni me acuerdo, eso sí, de la siesta no me priva ni Dios, pues Él igual que yo al séptimo día descansó.
En este particular y ya que he mencionado a Dios, quiero hacer una puntualización sobre su creación la cual y como todos sabemos llevó a cabo en 6 días de duro trabajo por lo cual al séptimo no tuvo más remedio que tomarse un merecido descanso. Mi subconsciente y yo, y viceversa hemos pensado muchas veces que si cuando El Creador inventó la semana cometiese el error de darle a ésta un sólo día de más y haciéndolas de 8 días en lugar de 7, a la vuelta del descanso dominguero hubiese mandado todo a tomar por culo. E incluso a veces pienso que para este mundo que inventó mejor le hubiese sido haberlo mandado todo a la mierda muchos años antes de nacer su hijo Jesucristo.
Sin temor a equivocarme y pidiendo perdón al creador por dudar de sus intenciones, creo que se equivocó en varios aspectos de este invento, uno de ellos fue crear un mundo tan precioso y poner sobre él un ser tan horroroso como el hombre y la mujer (sííí, vosotras también) que desde que pueblan este mundo al que llamamos tierra no cesan en su empeño de acabar con ella. Creo que Dios se percató de su error tarde y nos mandó a su hijo como embajador y esperando que nos hiciese cambiar.
Pobre Cristo, con 33 años de edad y sin apenas experiencia fue enviado por su padre a la tierra para meternos en vereda. Dios debería darse cuenta que para tal encomienda el chaval debería adquirir una poca más de experiencia, con lo que antes de poner un solo pie en el mundo debería haberlo enviado al infierno con el fin de curtido un poco. Pero no, lo mandó así de buenas a primeras y el pobre acabó como acabó, víctima del error de su padre el cual los curas dicen que también es el nuestro, por lo tanto debería decir que acabó maltratado, crucificado y asesinado por sus propios hermanos.
Vuelvo a decir y por lo tanto repetir que a Dios se le olvidó o no se percató de que mucho antes de mandarnos a su hijo Jesucristo, ya un hermano había asesinado a su otro hermano a base de palos. Por ello me atrevo a decir que su gran equivocación fue no tirar de hemeroteca y ver lo que ocurrió con Caín y Abel y tomar nota de ello.
Supongo que ahora y desde el cielo contemplará horrorizado su obra y estará avergonzado de sus hijos que sois tod@s vosotr@s, porque yo soy hijo del Sr. Manolo y la Sra. Mercedes, de ello puedo dar fe gracias a mi parecido físico con mi difunto padre y a que mi madre no miente nunca y tal como en repetidas ocasiones me ha confesado yo fui engendrado en un paraje descampado del Monte de la Condesa en Santiago, lugar al que antaño acudían las parejas a hacer las cochinadas.
Según me ha contado mi santísima madre acudían al lugar día sí y día también, hasta que un desgraciado día a mi padre, quizás nervioso, quizás excesivamente fogoso, le falló el embrague a la hora de meter la marcha atrás y metió la directa, siendo fruto de aquel fallo este que les escribe.
9 meses tardé en salir por el agujero y como ha dicho mi madre por salir de cabeza el parto no fue muy complicado. Nací a las 8:00 o'clok en punto de la mañana lo cual es muy raro en mí ya que no me gusta nada madrugar, pero debía tener hambre pues según mi madre lo primero que hice al ver la luz fue tirarme de cabeza y con la boca abierta a sus tetas.
Recuerdo ese día perfectamente... ¡no coño!, ¿cómo voy a recordar ese momento si todavía era muy niño?... quiero decir que recuerdo perfectamente que ese día era un 12 de julio de 1.960, y si lo recuerdo es gracias a que todos los años en esa fecha celebro mi cumpleaños.
Y ahora mis querid@s amig@s me vais a perdonar que pare de escribir para ir a fumar un cigarrillo, pero a estas horas suele llegar el jefe y me satisface un montón que me vea aparentemente contento y tranquilo fumando un cigarrillo en la puerta y así demostrarle que si él tiene más pasta, yo tengo los huevos más grandes y más duros por tenerlos ya demasiado escaldados.

2 han comentado:

Lakacerola dijo...

A tu jefe le vas a provocar un yuyu ansiolítico esquizofrenoide..

m4n010 dijo...

Querida miga mia, si tengo una virtud que sobresale de las otras que pueda tener, ésta es que me gusta pagar lo que debo.
No me preocupa para nada lo que pueda provocarle ya que él tiene la inmensa suerte de que en lugar de pedir cita y esperar para ir al médico es el médico el que va a su casa, sin cita, sin esperas y si le tiene que hacer una receta, esta se la hace a nombre de su hermana que por ser pensionista saca los medicamentos por la cara.