domingo, 6 de noviembre de 2011

¡Carallo como cambió el tiempo!

Distinguidos lectores, queridísimas lectoras, querid@s amig@s, etc., etc, y etc.. ¡QUE COJONES LOS MIOS!, que una tarde cualquiera que aunque era principios de otoño vestía de manga corta todavía dije que ese día no escribía porque no me salía de los mismos y me paso mes y pico sin siquiera escribir una letra, y no porque no quisiera, sino porque seguía sin salirme de los reverendísimos.
Y quiero comenzar esta entrada dando la buena nueva de que ¡por fin tengo ordenador nuevo!... bueno, no es exactamente nuevo ya que es de segunda mano y regalado, ¡pero computa!... y yo, aunque no esté bien que lo diga por ser un hombre casado, si computa y es gratis me apunto.
Lo importante es que el aparato de momento funciona perfectamente y limpito como está va como un tiro, por lo tanto ya no tengo excusa para poder llevar el blog como antaño, es decir colgando vídeos, fotos, enlazando, etc. etc. y etc.. Aunque como ya sabéis mis más veteranos lectores y amig@s, yo no necesito una excusa para estas cosas porque a fin de cuentas hago y deshago con el blog lo que me sale de los huevos y para no dejar duda de la veracidad de mis palabras desde aquí os puedo remitir al párrafo primero.
Bien, por poner en conocimiento de mis amig@s que tanto se han preocupado por mi ausencia a través de mensajes sms, gps y abs, en el feisbuk y en el tuiter, o por e-mails, llamadas telefónicas y algún que otro telegrama, os diré que he tenido que guardar las camisetas de manga corta en el fondo del armario, del cual he sacado la ropa de abrigo porque últimamente por aquí hace un frío de carallo que me tiene como siempre por estas fechas con la gota del moco colgando de la punta de la nariz.
Por lo tanto y sin ningún tipo de certificado médico que lo certifique, yo me siento capacitado para certificar y por lo tanto certifico que aparte de los altibajos de la depresión y el balanceo de la cojera, desde hace 15 días padezco también una leve moquera acompañada de estornudos que me provocan "achisssses" de cuando en cuando... y de cuando en cuando y como diría el otro, con el esfuerzo de algún que otro estornudo se me va también aire por el culo. A esta escapada voluntaria o involuntaria de aire por el orificio culero suele llamársele vulgarmente "pedo".
Vamos, que por aquí y en cuanto a mí todo sigue igual a excepción de las involuntarias flatulencias que no sé si por suerte o por azar siempre me suelen dar cuando estoy en compañía, dándome igual si éstas ocurren en presencia únicamente de varones o sí se producen en horario de oficina ya que considero que a base de estornudos y pedos puedo reclamar sutilmente y sin necesidad de la consiguiente discusión con el patrón, que con estas temperaturas mantengan la puerta de la oficina cerrada porque justo en el lugar donde yo estoy ubicado y sentado y del que otros han escapado, corre una corriente que el día menos pensado o me pillo una pulmonía o me muero electrocutado. Bueno, lo de la electrocutación puede que sea una exageración, pero eso es para que os hagáis una idea de la corriente de aire que por mi rincón circula, que a veces me hace tiritar y temblar como si me diesen descargas eléctricas.
En cuanto a la denuncia interpuesta por mi contra la empresa, os comunico que ésta ya está sobre la mesa de la persona del sindicato encargada de llevarla a cabo. Y allí está, os lo puedo asegurar ya que yo la he visto con mis propios ojos color verde botella la semana pasada cuando harto de esperar acudí al sindicato dispuesto a armarles un cristo. Tras cuatro meses y medio de larga espera la denuncia sigue interpuesta donde la interpusieron el mismo día que yo la interpuse, sobre la misma mesa y en la misma carpeta, lo que me hace pensar que cuando la muevan del lugar tendrán que llamar a la de la limpieza para que le pase un paño a la mesa ya que se hará notable su ausencia. Lo séééé... soy del gremio, que le vamos a hacer.
En fin, que llegué a la sede con tan mala hostia que estaba dispuesto a comerme si fuese necesario al mandamás y a su secretario y salí de allí avergonzado de mí, pues quería que mi avaricia prevaleciese sobre los múltiples casos de "despidos improcedentes" que últimamente se están dando.
¡Pues hay que joderse!, me quitan 200 euros al mes de la nómina y como hasta dentro de un año no prescriben, a esperar toca...
Bien señores, si hay que esperar se espera, yo por si las moscas el pasado jueves le comuniqué a mi denunciado que no se hiciese ilusiones, que lo de la denuncia no era un farol y que estaba interpuesta y en marcha (aquí sí que me tiré un farol ya que eso de que está en marcha nada de nada que está parada, pero coló) y la cara se le volvió un poema como se suele decir... pero ese cambio de expresión, ese cambio en el trato hacia mi persona, ese bajar de cabeza cuando me tiene enfrente, ese buscarle los ojos al hablarle y sentir como evita el cruce de miradas... hace que la espera merezca la pena.
Y no sólo esta es la única alegría que he llevado a lo largo de este mes y pico que he estado ausente y callado, pues es para mí un motivo de orgullo y satisfacción deciros que hace cosa de 12,13 ó 14 días me desperté empalmado, y no te creas que era la típica erección mañanera de cincuentón que le pasa cuando mea, no señores, señoras, señoritas y demás gentes a quienes les pueda interesar tan espumoso asunto, cuando acabé de vaciar mi vejiga aquello aún tieso y vigoroso apuntaba p'arriba, motivo por el cual al pasar por delante del espejo, hinché pecho, me guiñé un ojo mientras con el pulgar hacia arriba me decía: "estás hecho un chaval Manolito".
Precipitadas palabras pues en el recorrido de los tres metros de pasillo que separan el baño del dormitorio, Manolito volvió a ser Manolo al ver como en tan poco tiempo se había desinflado el promontorio que durante un breve instante me quitó una década y pico de encima. ¡Así es la vida!... o como diría el otro "que poco dura la alegría en la casa del pobre" y a la cual yo podría responder con un: pues dura lo que dura dura.
En fin damas, caballeros y demás especies, que por aquí sigo, vivo, coleando y con el moco colgando, ahora os voy a dejar que es la hora encender la tele, tirarme en el sofá y rascarme un poco los huevos... lo cual os puedo asegurar que será mucho más breve que el tiempo que me pasé sin escribir porque no me salía de los mismos.


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P.D.

Juro por Dios que mi regreso no tiene nada que ver con el comienzo de la campaña electoral, no siendo éste más que una mera coincidencia entre la fecha de las elecciones y lo que se le antoje a mis cojones, ahora bien, no se irá de la Moncloa Zapatero sin que a través de aquí yo le dedique unas letras primero.