¡¡¡ CURENME DE UNA PUTA VEZ LA PUPA DE LA RODILLA !!!... Cojones ya con la Seguridad Social
Distinguidos lectores, queridísimas lectoras, señores, señoras y señoritas en general, y de ahora en adelante para que nadie se sienta discriminado en este blog, añadiré a este habitual saludo al comienzo de todas mis entradas también a los maricones y mariconas, o siendo políticamente correcto mejor los llamaré gueis y gais, sin darle importancia al sexo, raza o religión... bueno, mejor matizaré que al sexo sí le daré la importancia que se merece, porque el sexo bien practicado da un gustirrinín que ni la Filomatic, sin embargo mal practicado puede causar dolor de cabeza en las mujeres (siempre antes de ponerse a ello), o dolor anal en los hombres (siempre después de acabar con ello) yo en particular nunca he padecido este dolor, pero tengo un amigo maricón que me contó que la primera vez le dolió mucho. A este respecto debo añadir que en una ocasión me hicieron un tacto rectal y hombre... doler lo que se dice doler, no dolió mucho... pero tampoco gocé y por joder el ego al médico que me introdujo su dedo en mí... ahí mismo, tampoco me molesté en fingir el orgasmo y eso que no me costaba nada.
Aclarado este concepto comienzo la entrada de nuevo.
Distinguidos lectores, queridísimas lectoras, señores, señoras y señoritas en general, así como gueis y gais que me leáis, si sois capaces de leer esta entrada quiere decir que no he llevado a cabo mi propósito de inmolarme en el hospital el pasado día 7 tal y como aseguré en mi anterior entrada. Si por el contrario no sois capaces de leerla os recomiendo que visitéis a un oftalmólogo, y hacerlo además ahora, pues se acerca la Navidad y según la publicidad de la tele cierta óptica te vende un par de gafas y pagando un euro más te dan dos pares. Así que aprovecha la ocasión y ya me lo agradecerás en otro momento.
Como decía unas líneas más arriba no me he inmolado tal como había prometido, pues tonto de mí que se me había olvidado que en los hospitales está prohibido fumar, y si por un cigarrito de nada te pueden meter un puro de cojones, no te quiero ni contar lo que me podría pasar si llego a prenderme fuego a mí mismo y por completo. Lo mismo me ingresan en la unidad psiquiátrica de pirómanos incendiarios, y lo que sería peor, con la rodilla aun sin operar.
También he dicho en mi anterior entrada que Matías Prats os daría la noticia de mi inmolación... pero ojito, no hace falta que estéis pendientes del telediario porque como he dicho no me he inmolado, aunque sí es cierto que estoy muy quemado. No tengo ni puta idea del nombre científico que define el proceso de llegar a quemarse sin llegar a prenderse fuego, aunque el vendedor de la ONCE del barrio a este proceso le llama ESTAR HASTA LOS COJONES. Y conste que el tipo pese a ser ciego sabe mucho de ciencias, no obstante y gracias a su afinado oído es capaz de distinguir entre el vuelo de una mosca y el de un mosquito, con un porcentaje de error del 2% y dependiendo del lugar en el que se encuentre. Por ejemplo en los wc públicos suele equivocarse con mayor frecuencia y muchas veces mea fuera de la taza o entra en el de señoras, aunque esto último a mí me tiene un poco confundido ya que en el 98% restante de los casos suele ir al baño de señoras después de que haya ido una señora o señorita a hacer uso del mismo (las malas lenguas del barrio dicen que tiene una amplia colección de pelos púbicos femeninos).
Y esto amigos, amigas e indefinidos en general, es cuestión de olfato. Porque eso sí, Pepucho, que así se llama el ciego del que os hablo, tiene un olfato de cojones pese a tenerlo en la nariz. Y para argumentar esto que acabo de decir contaré una anécdota que le ocurrió al bueno de Pepucho cierto día de verano cuando descansaba tranquilamente en un banco del parque a la sombra de un árbol de marca roble, en que se dio la circunstancia de que mientras él descansaba pasaba por la carretera un camión cargado de bacalao que Pepucho no vio por ser ciego y porque los ciegos no ven. Su olfato se activó al instante y cuando el camión se detuvo en el semáforo, Pepucho se volvió hacia el camión, y eso que no lo veía, y se puso a gritar como un condenado: ¡CACHONDA!, ¡TIA BUENA!, ¡QUIEN TE PILLARA!... Y así hasta que el semáforo se puso en verde y ahí ya no pudo pillarlo, porque Pepucho tiene buen oido y un maravilloso olfato, pero corriendo es bastante lento, no obstante salió a toda prisa tras el camión y todavía no regresó y eso que ya llovió desde aquella.
Si lo pilló o no nadie en el barrio lo sabe, pero con lo salido que era no me extrañaría que todavía anduviese revolviendo con su bastón entre las basuras que van al vertedero, porque eso sí, Pepucho con esas cosas era tan persistente y certero que allá donde ponía el ojo ponía el bastón.
Pero a lo que iba, sigo sin operar, sin fecha para la operación y cada día más jodido... ahora bien, inmolar no me inmolé, pero mañana a las 19:00 horas p.m. de la tarde (p.m.= pues del mediodía), un periodista de La Voz de Galicia me hará una interviu de esas pero no para hablar de Pepucho, sino para que le cuente los problemas que estoy teniendo para que me operen de una puta vez, para lo que llevo esperando 1 año y con un dolor de la hostia, y juro por Dios que no pienso dejar títire con cabeza aunque sufra represalias por ello, lo cual y dado ese caso, huiría de aquí en busca de Pepucho, que malo sería que con lo grande que es el vertedero municipal y gracias a mi vista miope y con la ayuda de su olfato y de su puntería con el bastón a lo mejor encontramos un menisco nuevo o valdría también uno de segunda pierna que esté poco usado.
Y sino y como mal menor, a lo mejor hasta encontramos los restos del bacalao y oye... quién sabe... a lo mejor si cierro los ojos al percibir el olor tengo las mismas sensaciones que Pepucho y me sube la líbido, que buena falta me hace también.
Aclarado este concepto comienzo la entrada de nuevo.
Distinguidos lectores, queridísimas lectoras, señores, señoras y señoritas en general, así como gueis y gais que me leáis, si sois capaces de leer esta entrada quiere decir que no he llevado a cabo mi propósito de inmolarme en el hospital el pasado día 7 tal y como aseguré en mi anterior entrada. Si por el contrario no sois capaces de leerla os recomiendo que visitéis a un oftalmólogo, y hacerlo además ahora, pues se acerca la Navidad y según la publicidad de la tele cierta óptica te vende un par de gafas y pagando un euro más te dan dos pares. Así que aprovecha la ocasión y ya me lo agradecerás en otro momento.
Como decía unas líneas más arriba no me he inmolado tal como había prometido, pues tonto de mí que se me había olvidado que en los hospitales está prohibido fumar, y si por un cigarrito de nada te pueden meter un puro de cojones, no te quiero ni contar lo que me podría pasar si llego a prenderme fuego a mí mismo y por completo. Lo mismo me ingresan en la unidad psiquiátrica de pirómanos incendiarios, y lo que sería peor, con la rodilla aun sin operar.
También he dicho en mi anterior entrada que Matías Prats os daría la noticia de mi inmolación... pero ojito, no hace falta que estéis pendientes del telediario porque como he dicho no me he inmolado, aunque sí es cierto que estoy muy quemado. No tengo ni puta idea del nombre científico que define el proceso de llegar a quemarse sin llegar a prenderse fuego, aunque el vendedor de la ONCE del barrio a este proceso le llama ESTAR HASTA LOS COJONES. Y conste que el tipo pese a ser ciego sabe mucho de ciencias, no obstante y gracias a su afinado oído es capaz de distinguir entre el vuelo de una mosca y el de un mosquito, con un porcentaje de error del 2% y dependiendo del lugar en el que se encuentre. Por ejemplo en los wc públicos suele equivocarse con mayor frecuencia y muchas veces mea fuera de la taza o entra en el de señoras, aunque esto último a mí me tiene un poco confundido ya que en el 98% restante de los casos suele ir al baño de señoras después de que haya ido una señora o señorita a hacer uso del mismo (las malas lenguas del barrio dicen que tiene una amplia colección de pelos púbicos femeninos).
Y esto amigos, amigas e indefinidos en general, es cuestión de olfato. Porque eso sí, Pepucho, que así se llama el ciego del que os hablo, tiene un olfato de cojones pese a tenerlo en la nariz. Y para argumentar esto que acabo de decir contaré una anécdota que le ocurrió al bueno de Pepucho cierto día de verano cuando descansaba tranquilamente en un banco del parque a la sombra de un árbol de marca roble, en que se dio la circunstancia de que mientras él descansaba pasaba por la carretera un camión cargado de bacalao que Pepucho no vio por ser ciego y porque los ciegos no ven. Su olfato se activó al instante y cuando el camión se detuvo en el semáforo, Pepucho se volvió hacia el camión, y eso que no lo veía, y se puso a gritar como un condenado: ¡CACHONDA!, ¡TIA BUENA!, ¡QUIEN TE PILLARA!... Y así hasta que el semáforo se puso en verde y ahí ya no pudo pillarlo, porque Pepucho tiene buen oido y un maravilloso olfato, pero corriendo es bastante lento, no obstante salió a toda prisa tras el camión y todavía no regresó y eso que ya llovió desde aquella.
Si lo pilló o no nadie en el barrio lo sabe, pero con lo salido que era no me extrañaría que todavía anduviese revolviendo con su bastón entre las basuras que van al vertedero, porque eso sí, Pepucho con esas cosas era tan persistente y certero que allá donde ponía el ojo ponía el bastón.
Pero a lo que iba, sigo sin operar, sin fecha para la operación y cada día más jodido... ahora bien, inmolar no me inmolé, pero mañana a las 19:00 horas p.m. de la tarde (p.m.= pues del mediodía), un periodista de La Voz de Galicia me hará una interviu de esas pero no para hablar de Pepucho, sino para que le cuente los problemas que estoy teniendo para que me operen de una puta vez, para lo que llevo esperando 1 año y con un dolor de la hostia, y juro por Dios que no pienso dejar títire con cabeza aunque sufra represalias por ello, lo cual y dado ese caso, huiría de aquí en busca de Pepucho, que malo sería que con lo grande que es el vertedero municipal y gracias a mi vista miope y con la ayuda de su olfato y de su puntería con el bastón a lo mejor encontramos un menisco nuevo o valdría también uno de segunda pierna que esté poco usado.
Y sino y como mal menor, a lo mejor hasta encontramos los restos del bacalao y oye... quién sabe... a lo mejor si cierro los ojos al percibir el olor tengo las mismas sensaciones que Pepucho y me sube la líbido, que buena falta me hace también.
5 han comentado:
Es para matarlos.
Como ya te dije, si no fuese un tema tan serio, daría para un libro de humor.
dales caña... impresentables
Hi, i just want to say hello to the community
Vas a tener que invitar a tu amigo el ciego para que olfatee todo lo que se cuece en ese hospital.
Espero que te operen pronto y sigue luchando.
Un abrazo.
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