Una de toros
7 de julio San Fermín, ♫ a Pamplona hemos de ir …, sí, pero cuando recojan los toros. No es que yo tenga algo contra los toros, pero una vez me atacó una vaca y tela marinera. Y eso que era una vaca española, porque si llega a ser inglesa ni te cuento.
Lo digo porque como todos sabemos las vacas inglesas tenían fama de locas, lo que no sé si sabréis es que esta locura es producida por la falta de corridas de toros. Conste que a mi no me gustan ni los toros ni los toreros, sin embargo no le hago ascos a una buena corrida.
El pasado verano estuve por tierras de Teruel disfrutando de las fiestas y sobre todo con los espectáculos taurinos, una novillada por la tarde y el toro embolado por la noche.
Sobre la novillada diré que me dio mucha pena ver como mataban al primer toro, luego tuve la fortuna de que una bota de vino acabó colgada de mi hombro y entre trago y trago me envalentoné y cuando el cuarto de la tarde no doblaba las rodillas tras recibir una profunda estocada, mi voz se oyó en toda la plaza: ¡métele una patada en los huevos!.
En el quinto ya no sabía del lado de quien estaba, si del toro o del torero, ya que cada vez que un pitón le rozaba el cuerpo mis “uys” competían con los “olés” del respetable y en una que lo cogió y lanzó por el aire me puse en pié de un salto y le dediqué una ovación ante la atónita mirada de una señora que tenía sentada delante. “Ha visto señora lo bien que sabe caer el chaval”.
Mis más sonoros “olés” se los dediqué al chaval que estaba a mi lado por cada loncha de jamón que cortaba y me daba. Que bien las cortaba y que bueno estaba, el jamón por supuesto.
Así que salí de la plaza merendado y colocado y dejando la impresión a quienes estaban a mi lado de que yo de toros entiendo un huevo.
Y por la noche al toro embolado. Para quienes no sepan de que va esto, diré que es como un encierro de los San Fermines, sólo que aquí sueltan uno solo y por la noche, motivo por el cual le ponen al bicho unas bolas de fuego en la punta de los cuernos, no sé si para que la gente vea al toro o para que éste vea a la gente.
La verdad es que te sube una cosa así por aquí que te da un no sé qué andar por la calle y saber que te puede pillar el toro, y eso que yo era de los primeritos en meterme tras los barrotes.
El caso es que entre la novillada y el embolado me lo pasé en grande y eso que no soy yo una persona a la que le gusten los toros, yo soy de fútbol, aunque ante una buena corrida que se me quite el fútbol… y los toros.
Fiesta Toro Embolado, en Cella, Teruel. Foto sacada por el menda, ahí delante del bicho... con un par de huevos.Lo digo porque como todos sabemos las vacas inglesas tenían fama de locas, lo que no sé si sabréis es que esta locura es producida por la falta de corridas de toros. Conste que a mi no me gustan ni los toros ni los toreros, sin embargo no le hago ascos a una buena corrida.
El pasado verano estuve por tierras de Teruel disfrutando de las fiestas y sobre todo con los espectáculos taurinos, una novillada por la tarde y el toro embolado por la noche.
Sobre la novillada diré que me dio mucha pena ver como mataban al primer toro, luego tuve la fortuna de que una bota de vino acabó colgada de mi hombro y entre trago y trago me envalentoné y cuando el cuarto de la tarde no doblaba las rodillas tras recibir una profunda estocada, mi voz se oyó en toda la plaza: ¡métele una patada en los huevos!.
En el quinto ya no sabía del lado de quien estaba, si del toro o del torero, ya que cada vez que un pitón le rozaba el cuerpo mis “uys” competían con los “olés” del respetable y en una que lo cogió y lanzó por el aire me puse en pié de un salto y le dediqué una ovación ante la atónita mirada de una señora que tenía sentada delante. “Ha visto señora lo bien que sabe caer el chaval”.
Mis más sonoros “olés” se los dediqué al chaval que estaba a mi lado por cada loncha de jamón que cortaba y me daba. Que bien las cortaba y que bueno estaba, el jamón por supuesto.
Así que salí de la plaza merendado y colocado y dejando la impresión a quienes estaban a mi lado de que yo de toros entiendo un huevo.
Y por la noche al toro embolado. Para quienes no sepan de que va esto, diré que es como un encierro de los San Fermines, sólo que aquí sueltan uno solo y por la noche, motivo por el cual le ponen al bicho unas bolas de fuego en la punta de los cuernos, no sé si para que la gente vea al toro o para que éste vea a la gente.
La verdad es que te sube una cosa así por aquí que te da un no sé qué andar por la calle y saber que te puede pillar el toro, y eso que yo era de los primeritos en meterme tras los barrotes.
El caso es que entre la novillada y el embolado me lo pasé en grande y eso que no soy yo una persona a la que le gusten los toros, yo soy de fútbol, aunque ante una buena corrida que se me quite el fútbol… y los toros.
3 han comentado:
yo voy todos los años al torico, de echo el sabado voy para alla
Los encierros aca en Pamplona son maravillosos, sobre todo en televisión y a cámara lenta.
Saludos.
A mi me gusta el fútbol, los toros no mucho. Ahora donde se ponga una buena corrida que se quiten los toros y el fútbol. No tiene comparación ja ja ja...
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