Ordenando mis pensamientos
Hoy quise ordenar un poco mis pensamientos y no he sido capaz de hacerlo, pues en cuanto me puse a ello mi mente se quedó fijada en el primero que me vino a la mente y se olvidó del resto.
Este pensamiento se me metió tan entre oreja y oreja que cada vez que quería pensar y ordenar el resto aparecía de primero repitiendose machaconamente "ordena el trastero, ordena el trastero"… y así hasta que aburrido me decidí por dejarlo para un día de estos, tanto lo de ordenar el trastero como los pensamientos, a fin de cuentas ambas cosas tienen mucho parecido.
Porque ¿qué es lo que suele haber en un trastero?... en el tuyo no sé, pero en el mío mucho trasto viejo. Tampoco sé que pensamientos tienes en tú cabeza, pero en estos momentos en la mía sólo hay uno: ordena el trastero, ordena el trastero…
De saber esto a buenas horas me hubiese puesto yo a ordenar los pensamientos. Sí a fin de cuentas lo único que quería era tenerlos colocados por orden alfabético.
Así aprendo para la próxima, pues de haberlos ido almacenando ordenadamente a medida que los iba pensando no tendría ahora este problema, pues hubiese comenzado por los de la letra “A”, de “aliméntate” y cuando llegase a los de la “O” de “ordenar trastero”, a lo mejor el trastero ya lo tenía ordenado mi señora.
Todo hombre que se precie debe tener los pensamientos bien clasificados y en perfecto orden para saber en todo momento lo que piensa y si es preciso exponerlos cada cual en el lugar que le corresponda, bien numéricamente o alfabeticamente.
Así a la pregunta que algunas veces nos hacen a todos de: ¿en qué estás pensando?, uno puede responder sin temor a equivocarse.
Por ejemplo, que queréis saber lo que pienso ahora, pues no hay problema.
Podría responder por orden alfabético y comenzando por la “A”, de: “acabar de una puta vez esta entrada”. En cambio si respondiese por el orden numérico de mis preferencias empezaría por la “S”, de “sexo”.
¡Ah!, pero como resulta que todavía no los tengo ordenados, me sale de primero la “O” de “ordena el trastero”, el cual no se corresponde por orden alfabético y mucho menos por el de preferencias.
Y esto es una cosa muy importante ya que al contrario de lo que mucha gente piensa, en el tema de los pensamientos el orden de los mismos sí altera el producto, ya que si por ejemplo a mí se me diese por pensar en este orden: primero acabar esta entrada y segundo ordenar el trastero, poca disposición me quedaría para realizar el tercero, el sexo, y que a la postre es el que más me interesaría.
Lo lógico y con la cabeza bien ordenada sería, primero acabar esta entrada, lo que después de 30 palabras más haré poniendole el punto final al texto. Segundo entregarme al sexo y por último esperar a que el trastero me lo ordene San Pedro, o en su defecto mi mujer.
Este pensamiento se me metió tan entre oreja y oreja que cada vez que quería pensar y ordenar el resto aparecía de primero repitiendose machaconamente "ordena el trastero, ordena el trastero"… y así hasta que aburrido me decidí por dejarlo para un día de estos, tanto lo de ordenar el trastero como los pensamientos, a fin de cuentas ambas cosas tienen mucho parecido.
Porque ¿qué es lo que suele haber en un trastero?... en el tuyo no sé, pero en el mío mucho trasto viejo. Tampoco sé que pensamientos tienes en tú cabeza, pero en estos momentos en la mía sólo hay uno: ordena el trastero, ordena el trastero…
De saber esto a buenas horas me hubiese puesto yo a ordenar los pensamientos. Sí a fin de cuentas lo único que quería era tenerlos colocados por orden alfabético.
Así aprendo para la próxima, pues de haberlos ido almacenando ordenadamente a medida que los iba pensando no tendría ahora este problema, pues hubiese comenzado por los de la letra “A”, de “aliméntate” y cuando llegase a los de la “O” de “ordenar trastero”, a lo mejor el trastero ya lo tenía ordenado mi señora.
Todo hombre que se precie debe tener los pensamientos bien clasificados y en perfecto orden para saber en todo momento lo que piensa y si es preciso exponerlos cada cual en el lugar que le corresponda, bien numéricamente o alfabeticamente.
Así a la pregunta que algunas veces nos hacen a todos de: ¿en qué estás pensando?, uno puede responder sin temor a equivocarse.
Por ejemplo, que queréis saber lo que pienso ahora, pues no hay problema.
Podría responder por orden alfabético y comenzando por la “A”, de: “acabar de una puta vez esta entrada”. En cambio si respondiese por el orden numérico de mis preferencias empezaría por la “S”, de “sexo”.
¡Ah!, pero como resulta que todavía no los tengo ordenados, me sale de primero la “O” de “ordena el trastero”, el cual no se corresponde por orden alfabético y mucho menos por el de preferencias.
Y esto es una cosa muy importante ya que al contrario de lo que mucha gente piensa, en el tema de los pensamientos el orden de los mismos sí altera el producto, ya que si por ejemplo a mí se me diese por pensar en este orden: primero acabar esta entrada y segundo ordenar el trastero, poca disposición me quedaría para realizar el tercero, el sexo, y que a la postre es el que más me interesaría.
Lo lógico y con la cabeza bien ordenada sería, primero acabar esta entrada, lo que después de 30 palabras más haré poniendole el punto final al texto. Segundo entregarme al sexo y por último esperar a que el trastero me lo ordene San Pedro, o en su defecto mi mujer.
4 han comentado:
Ahora que hablas del trastero, te contaré un secreto:
"Yo no quiero ordenarlo, porque todo me vale o me valía y me da pena que la mujer me diga "tira eso a la basura", ¿Y porqué? si vale dinero, si es un recuerdo, si le tengo cariño porque es mío".
Así que ya no tengo ese problema, al trastero sube sola la mujer y me tira lo que quiere, pero sin que me entere.
Lo malo viene después, el día que digo yo tenía, recuerdo que lo deje, NO LO ENCUENTRO POR DIOS, ¿Donde lo pondría?.
Y llega ella muy sonriente y dice no sería eso tan viejo que no usabas y que una vez TIRASTE...
Me hago el sueco y asumo que fui yo el que lo tiré por no discutir sobre ¿quién fue?, si yo ya lo se.
Saludos Cordiales y cuidado con McCain, me da en la nariz que nos puede sorprender por muy poco.
Saludos Cordiales.
Querido MAnolo:
No te mo ordenando el trastero... aqui no lo llamamos así sino cuarto de los checheres pero en escencia es lo mismo...
Yo vivía mortificandome por tratar de mantenerlo ordenado y mi esposo era feliz desordenandolo para solucionar ese pequeño inconveniente decidi botar todo a la basura y ADIOS TRASTERO....
Un abrazo y o lo arreglas pronto o esperas que un día tu esposa haga lo mismo que yo... ajajjaja...
Hace un par de semanas que me tocó a mi y aún me duele la cabeza de los golpes que me pegué.
Manolo, te diré que yo soy la encargada de mi trastero y lo mejor es hacer como tú dices con los pensamientos "tenerlo siempre ordenado" y de esta manera nunca llegua el desorden y la desgana por ordenarlo.
Es una recomendación!!!
Besos y buen día
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