Dudas, recomendaciones y otras cosas.
Distinguidos lectores, queridísimas lectoras, etc, etc y etc. Finalizaba mi anterior entrada diciendo que profundizaría en el tema de los Mayas, a lo cual me he puesto hoy y nada más ponerme me surgió mi primera gran duda y que todavía no he despejado. La duda a la que me refiero es que no sé si Maya se escribe con "i griega" o con "elle".
Y dado que a mi me gusta documentarme bien antes de hablar de un tema, dejaré temporalmente este de los Mayas mientras no despeje la duda. Mientras tanto y por si los tuviese que volver a nombrar lo haré con "i griega" aunque me llamen burra vieja.
Sí podría hablaros de los Aztecas, pues sobre estos tengo muy claro que se escriben sin "h" y con "z".
Podría deciros muchas cosas sobre ellos, como por ejemplo que dieron nombre al estadio en el que Butragueño le metió cuatro goles como cuatro soles a los daneses en el Mundial de México 86.
Necesitaría muchos gigas de espacio en la red para escribir todo lo que sé de estos sujetos, también necesitaría tiempo y mucho "tecleteo con los dedos", por lo tanto y dado que cada día soy más vago, dejo a los Aztecas de lado y dedico esta entrada a otra cosa mariposa.
Antes de nada quisiera responderle a mi amigo Eulogio, "Logio" para los amigos, a un comentario que hizo en una de mis entradas. En este comentario decía que sentía cierta envidia de un amigo que se pasaba parte del día sacando fotos y el resto rascando los huevos.
En su comentario decía que la envidia se le iba en el momento de recoger a su niña en las actividades multideportivas.
Ahora mi querido amigo, cierra la boca y abre bien las orejas que te va a hablar la voz de la experiencia.
¿Hay cosa más hermosa que ir a recoger a la niña al cole y que nada más verte corra hacia tí para abrazarte, besarte y decirte "hola papi"?. Pues aunque parezca mentira sí que la hay... y es ir a recoger al niño.
Pero mi querido amigo (siempre hay un pero que jode la marrana), ¿tú te crees que la cosa será así el día de mañana?... (no me refiero a mañana exactamente, sino a un mañana que tarde o temprano llegará, siempre y cuando los Mayas de los cojones fallen en sus prediciones).
¡NOOOOOOOOOOOOOO!, quítate eso de la cabeza.
Tarde o temprano llegará el día en el que quieras dar un beso a tu niña y ella te apartará la cara diciéndote "no me des besos que me babas". ¿Y qué crees que pasará por tu cabeza?... Yo te lo diré por mi experiencia: pensarás que la "mocosa" se guarda los besos para otro.
¡SIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII!, lo pensarás, lo pensarás. Y pensarás también en quién será el cabroncito que te roba los besos de tu corazoncito. Mirarás de reojo a todos los criajos del pueblo y te preguntarás: "¿será este el cabrón?", "¿será este otro?", ¿o será aquel que va por allí?". ¡Y el disgusto que te llevarás cuando te enteres de que a tú pequeña el que le gusta es el más gamberro del pueblo!, porque si algo está claro aunque no lo mencionen las Sagradas Escrituras, es que a las niñas y a las no tan niñas, cuanto más traviesos, gamberros y hasta malvados, son de los que primero se enamoran. Por eso yo que soy muy bueno me casé a los 29.
Pensarás que es Ley de Vida, pero jode de carallo que tu pequeña te niegue un beso... porque te los negará, eso dalo por hecho. Y ya no te quiero ni contar como te pondrás cuando veas que tu pequeñita salga del baño un poco maquilladita.
Y luego viene lo peor lo cual yo afortunadamente todavía no he pasado pero sí comienzo a notar ciertos cambios, y es que las niñas cuando crecen se convierten en mujeres, es más haylas que se creen ya mujeres cuando todavía son unas crías y luego viene lo que viene.
¿Y qué te viene a tí especialmente?, que tu hija se convertirá en un sargento con el consiguiente ascenso a coronel que asumirá tu mujer.
Y tú, aún estando en mil batallas curtido siempre serás el soldado raso de la casa, sin posibilidad de ascenso y esos galones que seguro sacabas a relucir en cuanto te hinchan los cojones, no te serviránn de nada, porque serán dos contra uno y aunque tengas un hijo varón, no esperes de él otra cosa más que una puñalada trapera, porque los muy cabritos siempre se alían con ellas.
En fin, avisado quedas y el tiempo dirá si me he equivocado o no.
Ahora dejando de lado a Eulogio, para los amigos "Logio" y cambiando de tema, quisiera aprovechar el espacio que me queda para acabar esta entrada, el cual será más o menos tres párrafos y medio, para hacer una recomendación a nuestra Ministra de Igualdad, de la cual diré ahora y para no desperdiciar uno de los tres párrafos que me quedan: ¡que buena que estás, sobre todo cuando el viento ondea tu melena!.
Como ya sabréis los más ilustrados me estoy refiriendo a Bibiana Aido, a la que nombro así pese a ser toda una ministra de este país llamado aquí, sin reverencias ni otra clase de miramientos. A fin de cuentas fueron ellos, los socialistas, quienes tuvieron la ocurrencia de suprimir los "refinamientos" a la hora de tratar con ellos. Es decir, puedes llamar a Zapatero, simplemente José Luis sin poner delante lo de Ilustrísimo o Excelentísimo.
Este es un buen momento para aprovechar el medio párrafo al que me refería al decir que a esta entrada le quedaban tres párrafos y medio. Pues ahí va el medio: osea que nada de Ilustrísimo o Excenlentísimo... pero a la hora de volar que sea en "primera clase", ¡manda carallo!. Cuando yo sea mayor quiero tener los huevos tan grandes como los vuestros.
Si no cuento mál me quedan dos párrafos, así que vuelvo a vueltas con la ministra y mi recomendación hacia ella, pues después de darle muchas vueltas a la cabeza he llegado a la conclusión de que en aras de la igualdad de sexos, a muchos hombres de este país y cuyas esposas son amas de casa, les vendría como Dios un año sabático como el que yo estoy pasando.
¡No vea usted doña ministra lo que tal se puede aprender!. Yo, sin ir más lejos he aprendido muchas cosas que a buen seguro me serán de utilidad en un futuro (y vuelvo a repetir que siempre y cuando los Mayas de los cojones se equivoquen en sus prediciones). He aprendido y por poner varios ejemplos: a diferenciar una cabeza de ajos a un diente de ajo, a adobar las costilletas, a fregar perolas y suelos y a tender la colada. Esto aparte de muchas otras cosas, como cocinar, siendo mi plato fuerte el atún con arroz al curry (tengo que mejorar al hacer huevos fritos porque me salen tan esperrechados que ni huevos parecen).
Y como ya he escrito los tres párrafos y medio que tenía calculados para finalizar esta entrada, pongo punto final a ella recurriendo a la típica frase de "colorín colorado, esta entrada se ha acabado".
P.D.
Créeme lo que te digo mi querido amigo Logio, Y usted ministra (que buena estás reitero con la melena ondeando al viento), tome nota de mi recomendación y otorgue a los hombres de este país un año sabático y haga como el Ministro de no sé qué, pero en lugar de regalar una bombilla de bajo consumo, mándenos una fregona por cabeza, la cual debería ser yo el primero en recibir, una por ser el artífice de tan magnífica ocurrencia y otra porque la que tengo ya está hecha una mierda.
Y dado que a mi me gusta documentarme bien antes de hablar de un tema, dejaré temporalmente este de los Mayas mientras no despeje la duda. Mientras tanto y por si los tuviese que volver a nombrar lo haré con "i griega" aunque me llamen burra vieja.
Sí podría hablaros de los Aztecas, pues sobre estos tengo muy claro que se escriben sin "h" y con "z".
Podría deciros muchas cosas sobre ellos, como por ejemplo que dieron nombre al estadio en el que Butragueño le metió cuatro goles como cuatro soles a los daneses en el Mundial de México 86.
Necesitaría muchos gigas de espacio en la red para escribir todo lo que sé de estos sujetos, también necesitaría tiempo y mucho "tecleteo con los dedos", por lo tanto y dado que cada día soy más vago, dejo a los Aztecas de lado y dedico esta entrada a otra cosa mariposa.
Antes de nada quisiera responderle a mi amigo Eulogio, "Logio" para los amigos, a un comentario que hizo en una de mis entradas. En este comentario decía que sentía cierta envidia de un amigo que se pasaba parte del día sacando fotos y el resto rascando los huevos.
En su comentario decía que la envidia se le iba en el momento de recoger a su niña en las actividades multideportivas.
Ahora mi querido amigo, cierra la boca y abre bien las orejas que te va a hablar la voz de la experiencia.
¿Hay cosa más hermosa que ir a recoger a la niña al cole y que nada más verte corra hacia tí para abrazarte, besarte y decirte "hola papi"?. Pues aunque parezca mentira sí que la hay... y es ir a recoger al niño.
Pero mi querido amigo (siempre hay un pero que jode la marrana), ¿tú te crees que la cosa será así el día de mañana?... (no me refiero a mañana exactamente, sino a un mañana que tarde o temprano llegará, siempre y cuando los Mayas de los cojones fallen en sus prediciones).
¡NOOOOOOOOOOOOOO!, quítate eso de la cabeza.
Tarde o temprano llegará el día en el que quieras dar un beso a tu niña y ella te apartará la cara diciéndote "no me des besos que me babas". ¿Y qué crees que pasará por tu cabeza?... Yo te lo diré por mi experiencia: pensarás que la "mocosa" se guarda los besos para otro.
¡SIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII!, lo pensarás, lo pensarás. Y pensarás también en quién será el cabroncito que te roba los besos de tu corazoncito. Mirarás de reojo a todos los criajos del pueblo y te preguntarás: "¿será este el cabrón?", "¿será este otro?", ¿o será aquel que va por allí?". ¡Y el disgusto que te llevarás cuando te enteres de que a tú pequeña el que le gusta es el más gamberro del pueblo!, porque si algo está claro aunque no lo mencionen las Sagradas Escrituras, es que a las niñas y a las no tan niñas, cuanto más traviesos, gamberros y hasta malvados, son de los que primero se enamoran. Por eso yo que soy muy bueno me casé a los 29.
Pensarás que es Ley de Vida, pero jode de carallo que tu pequeña te niegue un beso... porque te los negará, eso dalo por hecho. Y ya no te quiero ni contar como te pondrás cuando veas que tu pequeñita salga del baño un poco maquilladita.
Y luego viene lo peor lo cual yo afortunadamente todavía no he pasado pero sí comienzo a notar ciertos cambios, y es que las niñas cuando crecen se convierten en mujeres, es más haylas que se creen ya mujeres cuando todavía son unas crías y luego viene lo que viene.
¿Y qué te viene a tí especialmente?, que tu hija se convertirá en un sargento con el consiguiente ascenso a coronel que asumirá tu mujer.
Y tú, aún estando en mil batallas curtido siempre serás el soldado raso de la casa, sin posibilidad de ascenso y esos galones que seguro sacabas a relucir en cuanto te hinchan los cojones, no te serviránn de nada, porque serán dos contra uno y aunque tengas un hijo varón, no esperes de él otra cosa más que una puñalada trapera, porque los muy cabritos siempre se alían con ellas.
En fin, avisado quedas y el tiempo dirá si me he equivocado o no.
Ahora dejando de lado a Eulogio, para los amigos "Logio" y cambiando de tema, quisiera aprovechar el espacio que me queda para acabar esta entrada, el cual será más o menos tres párrafos y medio, para hacer una recomendación a nuestra Ministra de Igualdad, de la cual diré ahora y para no desperdiciar uno de los tres párrafos que me quedan: ¡que buena que estás, sobre todo cuando el viento ondea tu melena!.
Como ya sabréis los más ilustrados me estoy refiriendo a Bibiana Aido, a la que nombro así pese a ser toda una ministra de este país llamado aquí, sin reverencias ni otra clase de miramientos. A fin de cuentas fueron ellos, los socialistas, quienes tuvieron la ocurrencia de suprimir los "refinamientos" a la hora de tratar con ellos. Es decir, puedes llamar a Zapatero, simplemente José Luis sin poner delante lo de Ilustrísimo o Excelentísimo.
Este es un buen momento para aprovechar el medio párrafo al que me refería al decir que a esta entrada le quedaban tres párrafos y medio. Pues ahí va el medio: osea que nada de Ilustrísimo o Excenlentísimo... pero a la hora de volar que sea en "primera clase", ¡manda carallo!. Cuando yo sea mayor quiero tener los huevos tan grandes como los vuestros.
Si no cuento mál me quedan dos párrafos, así que vuelvo a vueltas con la ministra y mi recomendación hacia ella, pues después de darle muchas vueltas a la cabeza he llegado a la conclusión de que en aras de la igualdad de sexos, a muchos hombres de este país y cuyas esposas son amas de casa, les vendría como Dios un año sabático como el que yo estoy pasando.
¡No vea usted doña ministra lo que tal se puede aprender!. Yo, sin ir más lejos he aprendido muchas cosas que a buen seguro me serán de utilidad en un futuro (y vuelvo a repetir que siempre y cuando los Mayas de los cojones se equivoquen en sus prediciones). He aprendido y por poner varios ejemplos: a diferenciar una cabeza de ajos a un diente de ajo, a adobar las costilletas, a fregar perolas y suelos y a tender la colada. Esto aparte de muchas otras cosas, como cocinar, siendo mi plato fuerte el atún con arroz al curry (tengo que mejorar al hacer huevos fritos porque me salen tan esperrechados que ni huevos parecen).
Y como ya he escrito los tres párrafos y medio que tenía calculados para finalizar esta entrada, pongo punto final a ella recurriendo a la típica frase de "colorín colorado, esta entrada se ha acabado".
P.D.
Créeme lo que te digo mi querido amigo Logio, Y usted ministra (que buena estás reitero con la melena ondeando al viento), tome nota de mi recomendación y otorgue a los hombres de este país un año sabático y haga como el Ministro de no sé qué, pero en lugar de regalar una bombilla de bajo consumo, mándenos una fregona por cabeza, la cual debería ser yo el primero en recibir, una por ser el artífice de tan magnífica ocurrencia y otra porque la que tengo ya está hecha una mierda.
1 han comentado:
Para eso están los amigos... para desvelarle a uno la cruda realidad, jajajajajaja.
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