Manolo presidente

Ayer he escrito la que sin duda ha sido la entrada más relajada y cómoda de todas cuantas he publicado en el blog hasta la fecha, está escrita desde el portátil y en posición tumbado en el sofá, pero no la busques porque era tan cómoda, tan cómoda, que me quedé dormido antes de publicarla.
Y así, tumbado en el sofá, con una mano sobre el teclado y sin tener puta idea de donde posaba la otra, soñé un sueño muy bonito por culpa de algo que leí en El Rincón de Opaito, desde donde una de las plumas más mordaces de toda esta cosa que se llama blogocosa, El Cabreado enmascarado, pedía formar un partido para gobernar y del que a mí me nombraba presidente.
Sí, no hace falta que me lo digas que yo también lo sé, me han nombrado a dedo como a Rajoy, y puedes pensar lo que quieras porque el sueldo es tan suculento que lo que tú pienses o digas me la trae al pairo.
Además que nada más jurar y tomar posesión del cargo lo primero que he hecho ha sido aumentarme el sueldo y colocar a media familia y amigos en diversos cargos de la administración.
Fue un mandato corto pero muy fructífero, sobre todo para las arcas del Estado, ya que mi segundo decreto fue obligar a que los bancos devolviesen el préstamo recibido más los intereses.
Con el problema del paro acabé en un santiamén, para ello regalé porros a tutiplén en las oficinas del INEM, a las que llegaban en oleadas y cabizbajos y de las que salían todos sonrientes y colocados.
Y no te creas que proveer de marihuana a los parados fue un excesivo gasto, ya que antes había llegado a un acuerdo con Mohamé y pico de Marruecos, un pringao éste al que le cambié el islote de Perejil por la mejor plantación de su reino.
Hice también un recuento de los vehículos oficiales de cada uno de los miembros del gobierno así como de los gobiernos autonómicos. De este recuento me sobraron más de cincuenta coches de gama alta, de los cuales unos pocos destiné para el transporte de las personas discapacitadas. Ya sé que no es mucho pero al menos puse en marcha de una puta vez algo de la Ley de Dependencia.
Otra parte de los vehículos blindados sobrantes fueron fundidos y utilizados para hacer un blindage decente en los vehículos de nuestros militares que se la están jugando por el mundo adelante.
Todo comenzaba a ir sobre ruedas, Gabilondo me halagaba, Federico me aplaudía, y con Maleni destituida la oposición no tenía motivos para la risa.
Hasta que pasó lo que tenía que pasar y mi hermoso sueño se convirtió en una pesadilla.
Mi socio de gobierno Danibai comenzó a exigirme más de lo que podía darle, amenazándome con no llegar a ningún acuerdo si no cedía a sus pretensiones, por lo que no me quedó otra más que negociar con él a base de talonario, con lo cual la caja volvió a vaciarse.
Trabajaba yo en una nueva Ley con la que poner en su sitio al socio espabilado que me había echado, cuando fui bruscamente interrumpido por la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega, quien se me acercó y poniendo su mano sobre mi hombro me dijo: “Presidente, despierta… Presidente, despierta…” y cuando abrí los ojos me encontré a la parienta que también me amenazaba: “o vienes ahora mismo para cama, o esta noche la pasas en el sofá”.
Y como por aquí las noches son muy frías me levanté y me fui para cama con ella, eso sí, me entraron escalofríos cuando al incorporarme comprobé que tenía una erección de la que juro por mis hijos la vicepresidenta no tiene la culpa.
En fin, que si me hubiesen dejado dormir media hora más hubiese solucionado los problemas del mundo, si acaso vuelvo a intentarlo el sábado de paso que me echo la siesta, lo que no quisiera es acabar esta entrada sin señalar al culpable de nuestros males y decirle al mundo entero que si España va mal, la culpa es de mi socio Danibai…