Ays, el amor...
Foto mangada en http://fogonazos.blogspot.com/
Sea del tipo que sea el amor que siente, seguro que no ha de ser nada comparado con el tamaño de sus cojones.
Pero por muy extraña que parezca esta forma de declararse, siempre es mejor que tatuarse el nombre de la amada en la piel, algo que probablemente se haga más a menudo que en la furgoneta.
Un buen amigo mío llegó de la legión en pleno mes de invierno con los brazos remangados luciendo uno de ellos tatuado en mayúsculas y en grande, con una impecable caligrafía y sin una sola falta de ortografía, el nombre de su novia LOLI.
Menos mal que antes de enseñarselo orgulloso a la interesada alguien lo puso sobre aviso: “que bonito, tú te grabas su nombre y ella te pone los cuernos”.
Y así que donde antes ponía LOLI, ahora lleva un paisaje marinero, en el que una L es un faro y la otra un velero.
En fin, son cosas del amor y del desamor, que unas veces no sabes como decirlo y otras como esconderlo.
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