Adios verano, hola otoño
Distinguidos lectores, queridísimas lectoras, querid@s amig@s, etc. etc. y etc.. Una vez más, y van tantas que ya ni las recuerdo, después del domingo llegó el lunes y después del verano llegó el otoño. Ambos hechos han ocurrido casualmente este fin de semana y este de hoy es el primer lunes de otoño, donde la mañana por estos lares está transcurriendo como mandan los cánones estacionales, es decir, nublada, y gris.
Por eso que aquí estamos de nuevo y para no variar rascando los huevos con una mano mientras con la otra tecleo en el teclado. Dentro de unos instantes dejaré lo que tengo entre manos para ir a tomar café y fumarme un cigarro. A la vuelta y en vista de que siguen sin darme trabajo para realizar y que la semana acaba de comenzar, lo mismo me hago una parada en el retrete y allí encerrado veremos a ver que hago. Si eso sólo hago el tiempo o si acaso un apaño con la mano.
Salido, lo que se dice salido no es que ande, pero entre café, cigarro y un trabajo manual, se me pasa una hora volando que a la velocidad que corre el tiempo aquí dentro no es poca cosa. Y ya se sabe que con un granito de aquí y otro granito de allí se hace una montaña, y que con un movimiento de ascenso-descenso del miembro le pongo río a la montaña y voy matando el tiempo.
Y si por hacer esto a fin de mes me pagan bendito sea el castigo que me han impuesto aunque a veces sea muy difícil de llevar.
El caso es que ya va allá otro fin de semana y que acabada ésta se irá también el mes de septiembre, con lo cual y de aquí a poco me veo colocando ya el árbol de Navidad porque el tiempo transcurre a una velocidad endiablada.
Como he dicho en el primer párrafo y para los amantes de la calendariofilia, esta semana aparte de estrenar estación coincide con fin de mes, por lo que los afortunados asalariados de este país llamado aquí tendrán el próximo fin de semana algo más alegre que éste ya que sus billeteras estarán rebosantes de dinero fresco. Servidor por el contrario estará un poco más cabreado cuando por quinta vez consecutiva le sisen de su ajustada nómina el plus de asistencia que desde el 1.978 venía percibiendo, el cual asciende a 150 eurazos y que lo convierte en sablazo en toda regla o un atraco a mano escondida, ya que lo hacen a la callada y escondidas, pasándose la pelota el jefe al de la gestoría y el de ésta al jefe. Y lo hacen con tal arte y maestría que hasta ridiculizan el tiki-taka del Barcelona para la envidia de Pep Guardiola.
Por lo que a mi respecta y en lo tocante a este tema, no me queda otra más que esperar a que los del sindicato se pongan a currar, lo cual a juzgar por lo que veo irá para largo ya que por lo hablado con ellos los percibo un poco deprimidos, aunque quizá sólo sea la típica depresión post-vacacional que espero les pase antes de que mis reclamaciones prescriban.
Pero cambiando de tema y dejando de una puta vez de lado mis problemas laborales, debo decir que por fin este pasado fin de semana el satélite que se dirigía hacia la tierra por fin se escaralló contra ella en un punto inexacto del planeta luego de surcar por dos veces el cielo de España.
A este respecto presumo que muchos han sido los que hubiesen deseado que el aparato se estampase en un lugar más concreto y exacto, unos en la sede del Banco Central Europeo, otros en la del Fondo Monetario Internacional, otros en el Congreso de los diputados y yo hubiese preferido que lo hiciese sobre la casa de mi jefe o en su defecto sobre el césped del Nou Camp el sábado por la noche y una hora antes de que el Barça bailase al Atlético de Madrid y le endosase un 5-0 que tardaré en olvidar, más que por la derrota y el abultado resultado, por lo que he tenido que aguantar.
A las 9:40 o'clock en punto de la noche me presenté en el bar ataviado con mi bufanda rojiblanca en la que se puede leer: Atlético hasta la muerte. Allí estaba yo sólo contra todos, presumiendo y chuleándome de la "palleira" que Falcao y cía. le iban a meter. Puedo presumir y presumiré de no haberme equivocado en el resultado y que tan sólo un pequeño error me impidió llevar los 1.100 euros de bote que hay en la porra. Un error sin importancia que más que al resultado afectó al orden de colocación, pues ese 0-5 que yo había puesto en la porra debería ser un 5-0 para llevarme el dinero.
El partido duró 90 minutos como todos, más a los 15 de empezar el partido yo ya había abandonado el bar por la puerta de atrás y estaba en casa ataviado con el uniforme de estar en el sofá y con 2-0 en el casillero. Total que sólo me pude chulear 20 minutos antes de comenzar el partido y 15 del mismo, luego tocó salir de allí camuflado entre el bullicio de los barcelonistas cuando marcaron el primero.
Fue fumarme un cigarro en la puerta del bar para hacer un poco el tiempo y esperar y confiar en que se recompusiese el equipo. Cuando llevaba medio cigarro consumido noté dentro del bar más jolgorrio y en vista de que nos habían marcado de nuevo me fui corriendo para casa antes de que comenzasen a tocarme los huevos, doblé bien doblada la bufanda rojiblanca y la guardé bien guardada en el armario donde guardo la ropa de invierno y antes de que me los tocasen otros en el bar opté por tocármelos yo en el sofá viendo una película.
El soponcio llegó luego cuando me enteré que nos habían ganado por 5-0, claro está que siendo un forofo colchonero este tipo de derrotas afectan menos por estar ya acostumbrado, pero que coño, la de este sábado me dejó especialmente tocado por ser la mayoría de mis amigos y conocidos Culés incondicionales, siendo el más incondicional de todos mi propio hijo, al que acabado el partido tuve que amenazar para que me dejase en paz y al cual no le faltó nada para que lo echase de casa.
En fin, que otra vez será porque esto no puede seguir así por siempre, sé con certeza que algún día les ganaremos. Donde me surgen dudas es en lo de echar al chaval de casa, pues no sé si algún día podré hacerlo o si por el contrario será él quien consiga que sea yo quien se vaya.
Por eso que aquí estamos de nuevo y para no variar rascando los huevos con una mano mientras con la otra tecleo en el teclado. Dentro de unos instantes dejaré lo que tengo entre manos para ir a tomar café y fumarme un cigarro. A la vuelta y en vista de que siguen sin darme trabajo para realizar y que la semana acaba de comenzar, lo mismo me hago una parada en el retrete y allí encerrado veremos a ver que hago. Si eso sólo hago el tiempo o si acaso un apaño con la mano.
Salido, lo que se dice salido no es que ande, pero entre café, cigarro y un trabajo manual, se me pasa una hora volando que a la velocidad que corre el tiempo aquí dentro no es poca cosa. Y ya se sabe que con un granito de aquí y otro granito de allí se hace una montaña, y que con un movimiento de ascenso-descenso del miembro le pongo río a la montaña y voy matando el tiempo.
Y si por hacer esto a fin de mes me pagan bendito sea el castigo que me han impuesto aunque a veces sea muy difícil de llevar.
El caso es que ya va allá otro fin de semana y que acabada ésta se irá también el mes de septiembre, con lo cual y de aquí a poco me veo colocando ya el árbol de Navidad porque el tiempo transcurre a una velocidad endiablada.
Como he dicho en el primer párrafo y para los amantes de la calendariofilia, esta semana aparte de estrenar estación coincide con fin de mes, por lo que los afortunados asalariados de este país llamado aquí tendrán el próximo fin de semana algo más alegre que éste ya que sus billeteras estarán rebosantes de dinero fresco. Servidor por el contrario estará un poco más cabreado cuando por quinta vez consecutiva le sisen de su ajustada nómina el plus de asistencia que desde el 1.978 venía percibiendo, el cual asciende a 150 eurazos y que lo convierte en sablazo en toda regla o un atraco a mano escondida, ya que lo hacen a la callada y escondidas, pasándose la pelota el jefe al de la gestoría y el de ésta al jefe. Y lo hacen con tal arte y maestría que hasta ridiculizan el tiki-taka del Barcelona para la envidia de Pep Guardiola.
Por lo que a mi respecta y en lo tocante a este tema, no me queda otra más que esperar a que los del sindicato se pongan a currar, lo cual a juzgar por lo que veo irá para largo ya que por lo hablado con ellos los percibo un poco deprimidos, aunque quizá sólo sea la típica depresión post-vacacional que espero les pase antes de que mis reclamaciones prescriban.
Pero cambiando de tema y dejando de una puta vez de lado mis problemas laborales, debo decir que por fin este pasado fin de semana el satélite que se dirigía hacia la tierra por fin se escaralló contra ella en un punto inexacto del planeta luego de surcar por dos veces el cielo de España.
A este respecto presumo que muchos han sido los que hubiesen deseado que el aparato se estampase en un lugar más concreto y exacto, unos en la sede del Banco Central Europeo, otros en la del Fondo Monetario Internacional, otros en el Congreso de los diputados y yo hubiese preferido que lo hiciese sobre la casa de mi jefe o en su defecto sobre el césped del Nou Camp el sábado por la noche y una hora antes de que el Barça bailase al Atlético de Madrid y le endosase un 5-0 que tardaré en olvidar, más que por la derrota y el abultado resultado, por lo que he tenido que aguantar.
A las 9:40 o'clock en punto de la noche me presenté en el bar ataviado con mi bufanda rojiblanca en la que se puede leer: Atlético hasta la muerte. Allí estaba yo sólo contra todos, presumiendo y chuleándome de la "palleira" que Falcao y cía. le iban a meter. Puedo presumir y presumiré de no haberme equivocado en el resultado y que tan sólo un pequeño error me impidió llevar los 1.100 euros de bote que hay en la porra. Un error sin importancia que más que al resultado afectó al orden de colocación, pues ese 0-5 que yo había puesto en la porra debería ser un 5-0 para llevarme el dinero.
El partido duró 90 minutos como todos, más a los 15 de empezar el partido yo ya había abandonado el bar por la puerta de atrás y estaba en casa ataviado con el uniforme de estar en el sofá y con 2-0 en el casillero. Total que sólo me pude chulear 20 minutos antes de comenzar el partido y 15 del mismo, luego tocó salir de allí camuflado entre el bullicio de los barcelonistas cuando marcaron el primero.
Fue fumarme un cigarro en la puerta del bar para hacer un poco el tiempo y esperar y confiar en que se recompusiese el equipo. Cuando llevaba medio cigarro consumido noté dentro del bar más jolgorrio y en vista de que nos habían marcado de nuevo me fui corriendo para casa antes de que comenzasen a tocarme los huevos, doblé bien doblada la bufanda rojiblanca y la guardé bien guardada en el armario donde guardo la ropa de invierno y antes de que me los tocasen otros en el bar opté por tocármelos yo en el sofá viendo una película.
El soponcio llegó luego cuando me enteré que nos habían ganado por 5-0, claro está que siendo un forofo colchonero este tipo de derrotas afectan menos por estar ya acostumbrado, pero que coño, la de este sábado me dejó especialmente tocado por ser la mayoría de mis amigos y conocidos Culés incondicionales, siendo el más incondicional de todos mi propio hijo, al que acabado el partido tuve que amenazar para que me dejase en paz y al cual no le faltó nada para que lo echase de casa.
En fin, que otra vez será porque esto no puede seguir así por siempre, sé con certeza que algún día les ganaremos. Donde me surgen dudas es en lo de echar al chaval de casa, pues no sé si algún día podré hacerlo o si por el contrario será él quien consiga que sea yo quien se vaya.
1 han comentado:
¿no dicen que el orden de los factores no altera el producto?... puuuuuuuuuuuuues, no entiendo porque has perdido la porra... yo lo impugnaría
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