Los renglones torcidos de Dios (II)

Distinguidos lectores, queridísimas lectoras, querid@s amig@s, etc. etc. y etc. Este mediodía y mientras comía unas pechugas de pollo con patatas fritas, me he parado a reflexionar sobre mi anterior entrada y claro, al parar de masticar me he quedado con la boca así de llena e hinchada y aunque tenía la mirada perdida ésta no iba más allá de los azulejos que decoran las paredes de mi cocina.
Estuve así un buen rato hasta que las palabras de mi pequeña me volvieron a la realidad: "papá, ¿cuando tienes que volver al psiquiatra?". Y tras ellas un "ji ji ji" del hijo mayor que me dejaron con la mosca tras la oreja. Pensé que se estaban cachondeando de mí, pero en vista de que las pechugas de pollo estaban poco hechas opté por no hacerles caso y seguir comiendo antes de que el pollo escapase volando.
Pero mientras masticaba y masticaba, tragaba y tragaba y un par de tragos que le di al agua, mi mente seguía dándole vueltas a lo que me había venido a la cabeza y que como he dicho tenía que ver con la anterior entrada.
De todo lo pensado y reflexionado mientras comía, me he quedado con la siguiente duda y que convierto en pregunta por si algun@ de vosotros puede aclarar mis pensamientos.
La duda y la pregunta que me queda y os hago es la siguiente: "¿no seremos los humanos un engendro de la naturaleza y que lo que Dios en realidad creó fue a los dinosaurios?".
Pueden ustedes y ustedas dejar aquí sus respuestas, de las cuales y a la que me resulte más convincente premiaré con los trozos de pechuga de pollo que me sobraron de la comida.
Gracias