Un truco de magia
Distinguidos lectores, queridísimas lectoras, querid@s amig@s, etc. etc. y etc. Por primera vez en este humilde, ordinario y maleducado blog, voy a llevar a cabo algo que será la primera vez que hago. Para tod@s ustedes y ustedas les voy a hacer un truco de magia que los dejará pasmados.
Primero y para que se hagan una idea del escenario sobre el que actuo diré que estoy encerrado en un cuarto de 20 m2 y que se encuentra en un sótano, tiene una ventana que da a un abandonado patio de luces en el que crece la maleza y las ratas pululan a sus anchas, dicha ventana cuenta con unos barrotes que en principio se pusieron para evitar la entrada de los cacos y que actualmente sirven para todo lo contrario: evitar que los de dentro escapemos.
Tengo ante mí el teclado, un pelín más allá el monitor y 30 cm a la derecha de éste una calculadora que no calcula porque no hay nada que calcular. A mi izquierda tengo un folio en blanco en el cual no escribiré nada ya que únicamente lo tengo para disimular y sobre éste un bolígrafo Bic cristal que ayuda al disimulo.
En el cajón de arriba de la mesa tengo un portaminas, una caja de grapas, una regla y unas miajas de tabaco esparcidas por el mismo por liar los cigarros a escondidas. En el cajón de abajo sólo tengo un trapo para limpiar la mesa.
Una vez descrito el escenario mis más sagaces lectores ya se habrán dado cuenta de que estoy en horario de oficina y que no tengo ningún tipo de trabajo con lo cual y para no aburrirme y hacer que la mañana y el resto de la jornada no se me hagan excesivamente largas recurriré a la "Magia Potagia".
Ahora señores, señoras y señoritas, no tienen más que cerrar los ojos e imaginarse el escenario, el cual debo aclarar lleva por lo menos 15 días sin ver una escoba y que la peste que desprende la pintura podrida es indescriptible.
¿Han cerrado los ojos y se lo están imaginando?... bien, pues imagínenselo más chungo y guarro porque aún es peor de lo que parece.
Vamos con el truco el cual consiste en encontrar algo que hacer para ser productivo y al mismo tiempo matar el tiempo mismo.
Comencemos:
Nada por aquí, nada por allí, nada por aca y nada por allá, ahora doy un toque mágico con el bolígrafo y pronuncio las palabras mágicas: "abracadabra, aunque no me den trabajo para hacer, que me paguen a fin de mes"... abro el cajón de arriba y... ¡NADA!..., pero quietos y quietas ahí que me falta el cajón de abajo, lo abro despacito y... ¡TAMPOCO!... Un momento, déjenme que mire bien porque a lo mejor está envuelto en el trapo que tengo para limpiar la mesa.
Lo abro con cuidado no sea que haya algo delicado, a ver... ¡SOLO MIERDA Y POR LO DEMÁS NADA DE NADA!.
No señores, señoras y señoritas, pese a haberlo intentado no he logrado conseguir trabajo y eso que yo soy casi tan buen mago como Harry Potter en persona. Lamento muchísimo haber fallado en el truco, lo lamento casi tanto como el hecho de que aún me falten 7 horas para abandonar el escenario.
Querid@s lectores y lectoras, hacer aparecer cosas donde no las hay es más difícil que hacerlas desaparecer, sirva como ejemplo de esto que antigüedad y plus de asistencia han desaparecido de mi nómina de una noche a una mañana y a la cual estaban bien anclados y amarrados desde hace 34 años, y eso que mi patrón de magia no tiene puta idea, pues de tenerla yo hubiese desaparecido igual que ambas retribuciones.
Ahora con vuestro permiso, voy a insistir de nuevo en el truco las veces que haga falta y hasta que me salga. Bien si acierto y bien también si fallo, pues abriendo y cerrando cajones estaré entretenido y no le doy vueltas al coco.
Con vuestro permiso corto y cierro esta entrada y me dedico a los cajones ya que a un servidor no le hace ninguna gracia pasarse la jornada laboral rascándose los cojones.
----------
Dos horas y pico más tarde.
Señores, señoras y señoritas, cuando han transcurrido más de dos horas desde que publiqué la primera parte de esta entrada, por aquí sigo y sin nada que hacer pues de abrir y cerrar cajones a ver si me salía el truco, acabé hasta los cojones de tanto tirar y empujar y nada que encontrar.
Ante esta situación mi coco piensa, se estruja y se rompe dándole mil vueltas a lo mismo: a todo lo que me está sucediendo en mi puesto de trabajo, a ver mi mesa vacia mientras que la de la hija del jefe (ausente por estar antendiendo a los hijos sin que sus continuas faltas afecten a su elevado salario) está repleta de papeles y trabajo que hace un par de años eran de mi competencia.
Me reprocho y me maldigo por haber hecho el primo y haberles enseñado todo cuanto yo sabía referente al mismo así como al funcionamiento de la empresa. Recuerdo con exactitud la cantidad de veces que el jefe me animaba a que los enseñase: "enséñales de todo y estate tranquilo que no te quitarán el puesto, pues no han estudiado una carrera para ser simples oficinistas".
Y luego de darle tantas y tantas vueltas al coco he llegado por fin a una conclusión: dentro de dos semanas tengo cita con el psiquiatra y le pediré una baja.
Las razones por las que lo haré son dos: la primera y más importante es porque de seguir en esta situación seguro que acabaré empeorando psicológicamente, lo cual de un tiempo a esta parte es ya más que evidente pues me está provocando trastornos en el aparato dijestivo, el cual desde siempre ha padecido los daños colaterales que me provocan la ansiedad y el nerviosismo. La segunda será para provocar al enemigo, muy amable y tranquilo últimamente conmigo lo cual en lugar de tranquilizarme me mosquea bastante.
Ayer he ido al sindicato y he estado con la abogada, pues hace más de dos meses que interpuse la dununcia y de momento nada de nada. Mala suerte la mía coño, que por presentarla en verano y con medio sindicato de vacaciones, para llegar a una solución tenga que esperar hasta otoño.
También hablé con mi esposa sobre el tema y creo que la he hecho entrar en razón y que de una vez por todas es del todo consciente de mi situación, por lo que me ha dicho que sea como sea le ponga remedio a ésta, que me olvide ya de los más de 37 años en la empresa y que si me vuelve a llamar la competencia coja la puerta y me largue con mi mísica a otra parte.
Perooo, ¡ah no!, eso sí que no... llámenme masoca si les apetece que antes prefiero irme de baja que servirle al enemigo ni una gota de agua.
Por lo tanto queridos y queridas amigos y contribuyentes, aprietense más el cinturón porque a partir del 21 de este mes habra un español más chupando de la teta. Lo tengo decidido, mejor encabronarme yo que darle agual al este jodido enemigo.
----------
Jornada vespertina.
Más de lo mismo: mi mesa limpia y vacia, los cajones del mismo modo. Me pregunto qué coño pensarán estos cuando me ven llegar, encender el ordenador y quedarme horas y horas, día tras día, mirando para él como un pasmarote y sin pulsar ni una simple tecla. A estas alturas y tal como están las cosas cambiaría mi profesión de administrativo por la de sepulturero, pocero, o como antaño hiciera mi abuelo que cambió de oficio a tiempo y paso de estar en la oficina del ayuntamiento a ser barrendero.
Ojalá pudiese seguir sus pasos porque entre una mierda y otra, que venga Dios y escoja.
Primero y para que se hagan una idea del escenario sobre el que actuo diré que estoy encerrado en un cuarto de 20 m2 y que se encuentra en un sótano, tiene una ventana que da a un abandonado patio de luces en el que crece la maleza y las ratas pululan a sus anchas, dicha ventana cuenta con unos barrotes que en principio se pusieron para evitar la entrada de los cacos y que actualmente sirven para todo lo contrario: evitar que los de dentro escapemos.
Tengo ante mí el teclado, un pelín más allá el monitor y 30 cm a la derecha de éste una calculadora que no calcula porque no hay nada que calcular. A mi izquierda tengo un folio en blanco en el cual no escribiré nada ya que únicamente lo tengo para disimular y sobre éste un bolígrafo Bic cristal que ayuda al disimulo.
En el cajón de arriba de la mesa tengo un portaminas, una caja de grapas, una regla y unas miajas de tabaco esparcidas por el mismo por liar los cigarros a escondidas. En el cajón de abajo sólo tengo un trapo para limpiar la mesa.
Una vez descrito el escenario mis más sagaces lectores ya se habrán dado cuenta de que estoy en horario de oficina y que no tengo ningún tipo de trabajo con lo cual y para no aburrirme y hacer que la mañana y el resto de la jornada no se me hagan excesivamente largas recurriré a la "Magia Potagia".
Ahora señores, señoras y señoritas, no tienen más que cerrar los ojos e imaginarse el escenario, el cual debo aclarar lleva por lo menos 15 días sin ver una escoba y que la peste que desprende la pintura podrida es indescriptible.
¿Han cerrado los ojos y se lo están imaginando?... bien, pues imagínenselo más chungo y guarro porque aún es peor de lo que parece.
Vamos con el truco el cual consiste en encontrar algo que hacer para ser productivo y al mismo tiempo matar el tiempo mismo.
Comencemos:
Nada por aquí, nada por allí, nada por aca y nada por allá, ahora doy un toque mágico con el bolígrafo y pronuncio las palabras mágicas: "abracadabra, aunque no me den trabajo para hacer, que me paguen a fin de mes"... abro el cajón de arriba y... ¡NADA!..., pero quietos y quietas ahí que me falta el cajón de abajo, lo abro despacito y... ¡TAMPOCO!... Un momento, déjenme que mire bien porque a lo mejor está envuelto en el trapo que tengo para limpiar la mesa.
Lo abro con cuidado no sea que haya algo delicado, a ver... ¡SOLO MIERDA Y POR LO DEMÁS NADA DE NADA!.
No señores, señoras y señoritas, pese a haberlo intentado no he logrado conseguir trabajo y eso que yo soy casi tan buen mago como Harry Potter en persona. Lamento muchísimo haber fallado en el truco, lo lamento casi tanto como el hecho de que aún me falten 7 horas para abandonar el escenario.
Querid@s lectores y lectoras, hacer aparecer cosas donde no las hay es más difícil que hacerlas desaparecer, sirva como ejemplo de esto que antigüedad y plus de asistencia han desaparecido de mi nómina de una noche a una mañana y a la cual estaban bien anclados y amarrados desde hace 34 años, y eso que mi patrón de magia no tiene puta idea, pues de tenerla yo hubiese desaparecido igual que ambas retribuciones.
Ahora con vuestro permiso, voy a insistir de nuevo en el truco las veces que haga falta y hasta que me salga. Bien si acierto y bien también si fallo, pues abriendo y cerrando cajones estaré entretenido y no le doy vueltas al coco.
Con vuestro permiso corto y cierro esta entrada y me dedico a los cajones ya que a un servidor no le hace ninguna gracia pasarse la jornada laboral rascándose los cojones.
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Dos horas y pico más tarde.
Señores, señoras y señoritas, cuando han transcurrido más de dos horas desde que publiqué la primera parte de esta entrada, por aquí sigo y sin nada que hacer pues de abrir y cerrar cajones a ver si me salía el truco, acabé hasta los cojones de tanto tirar y empujar y nada que encontrar.
Ante esta situación mi coco piensa, se estruja y se rompe dándole mil vueltas a lo mismo: a todo lo que me está sucediendo en mi puesto de trabajo, a ver mi mesa vacia mientras que la de la hija del jefe (ausente por estar antendiendo a los hijos sin que sus continuas faltas afecten a su elevado salario) está repleta de papeles y trabajo que hace un par de años eran de mi competencia.
Me reprocho y me maldigo por haber hecho el primo y haberles enseñado todo cuanto yo sabía referente al mismo así como al funcionamiento de la empresa. Recuerdo con exactitud la cantidad de veces que el jefe me animaba a que los enseñase: "enséñales de todo y estate tranquilo que no te quitarán el puesto, pues no han estudiado una carrera para ser simples oficinistas".
Y luego de darle tantas y tantas vueltas al coco he llegado por fin a una conclusión: dentro de dos semanas tengo cita con el psiquiatra y le pediré una baja.
Las razones por las que lo haré son dos: la primera y más importante es porque de seguir en esta situación seguro que acabaré empeorando psicológicamente, lo cual de un tiempo a esta parte es ya más que evidente pues me está provocando trastornos en el aparato dijestivo, el cual desde siempre ha padecido los daños colaterales que me provocan la ansiedad y el nerviosismo. La segunda será para provocar al enemigo, muy amable y tranquilo últimamente conmigo lo cual en lugar de tranquilizarme me mosquea bastante.
Ayer he ido al sindicato y he estado con la abogada, pues hace más de dos meses que interpuse la dununcia y de momento nada de nada. Mala suerte la mía coño, que por presentarla en verano y con medio sindicato de vacaciones, para llegar a una solución tenga que esperar hasta otoño.
También hablé con mi esposa sobre el tema y creo que la he hecho entrar en razón y que de una vez por todas es del todo consciente de mi situación, por lo que me ha dicho que sea como sea le ponga remedio a ésta, que me olvide ya de los más de 37 años en la empresa y que si me vuelve a llamar la competencia coja la puerta y me largue con mi mísica a otra parte.
Perooo, ¡ah no!, eso sí que no... llámenme masoca si les apetece que antes prefiero irme de baja que servirle al enemigo ni una gota de agua.
Por lo tanto queridos y queridas amigos y contribuyentes, aprietense más el cinturón porque a partir del 21 de este mes habra un español más chupando de la teta. Lo tengo decidido, mejor encabronarme yo que darle agual al este jodido enemigo.
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Jornada vespertina.
Más de lo mismo: mi mesa limpia y vacia, los cajones del mismo modo. Me pregunto qué coño pensarán estos cuando me ven llegar, encender el ordenador y quedarme horas y horas, día tras día, mirando para él como un pasmarote y sin pulsar ni una simple tecla. A estas alturas y tal como están las cosas cambiaría mi profesión de administrativo por la de sepulturero, pocero, o como antaño hiciera mi abuelo que cambió de oficio a tiempo y paso de estar en la oficina del ayuntamiento a ser barrendero.
Ojalá pudiese seguir sus pasos porque entre una mierda y otra, que venga Dios y escoja.
5 han comentado:
Chiqui, antes de empezarte a esmelicar (en castellano antiguo: descojonar... pero revolcándote por el suelo... esa risa floja que te hace llorar... ¿mes'entiende?): ¿te dejan leer en tu mesa?... prepárate unas opos, nene...con tanto tiempo para ti y tus leyes la plaza la tienes en el bolsillo
No guapetona, no me dejan leer ni hacer nada, quieren que esté así hasta que consigan aburrirme y me marche, he ahi the cuestion.
Además mi cabeza no esta para estudiar y memorizar, la pobre está demasiado usada, gastada, vaga y cada vez más pelada.
Entre este mes y el de diciembre tengo varias visitas al médico y pruebas que realizar para que se me reconozca como mínimo un 45% de discapacidad, el cual creo que desgraciadamente para mí conseguiré sin grandes problemas pese a que tal como está la cosa llegar a ese porcentaje no es moco de pavo.
Reina, a mis 51 y tal como está el mercado laboral, me tengo que agarrar a esta posibilidad como un clavo ardiendo.
Empecé a currar aquí mismo y a los 13 añitos y estoy demasiado quemado, lo que cientificamente se conoce como síndrome de burnout, y no es que lo diga yo, sino que me lo ha dicho el psiquiatra.
¡Quiero la invalidez permanente o jubilarme anticipadamente! y un diagnóstico por el cual puedo hacerlo a los 55 ya lo tengo, así que... sólo es papeleo y tiempo.
Como consiga lo que pretendo, me doy la vuelta a España y os hago una visita a tod@s.
Joer, masho, vaya mala fostia... pero esta situación es denunciable ¿no?...por mi parte te puedo ofrecer el enviarte mensajes via gmail... así entre estupidez y estupidez que te cuente pasarás el ratico.
En serio, si quieres buscarte la vida fuera de esa casa... te puedo decir como abrirte alguna puerta sin necesidad de abrir un libro... en mi blog tienes mi dirección
mi dirección de correo... por si te pica la curiosidad y quieres que te cuente.... m'abias entendio ¿no?
Manolo al enemigo ni agua, sigue aguantando amigo.
Un abrazo.
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