I ♥ deporte
Ayer jueves tuve mi primer día bueno de vacaciones, además lo he disfrutado como los ricos ya que por la mañana jugué al golf, por la tarde al tenis y por la noche a los bolos. Fue un día totalmente dedicado al deporte y mantenimiento físico que pudo finalizar más tarde con un partido de béisbol, pero la niña se enfadó conmigo y me apagó la wii.
Que inventazo el aparato éste, te puedes divertir y al mismo tiempo hacer ejercicio en el salón de tú casa. Yo por ejemplo, me hice unos hoyos sentado, gané un Roland Garros tumbado en el sofá y jugué unos bolos al mismo tiempo que cenaba.
Es cierto que a estas alturas uno ya domina y destaca en todas las especialidades y puede jugar con un simple movimiento de muñeca, pero en los primeros días de tener la wii me lo tomaba muy en serio y me echaba unos partidos de tenis tremendos.
Yo me metía en el papel y aparte de los gestos propios de un tenista me equipaba como uno de ellos por lo que para jugar me ponía una camiseta o un polo blanco, cinta en la cabeza y pantalón corto o en su defecto me quedaba en calzoncillos.
Preparaba la cancha y apartaba la mesa de centro del salón para poder desenvolverme con soltura, sobre todo después de que con un impresionante revés estampase contra la pared el florero que tan bien quedaba en el centro de la misma.
A mi mujer no le gustaba nada que me lo tomase tan a pecho y me lo prohibió tajantemente el día que me vio beber un trago de agua directamente de la botella y luego escupirlo todo en el suelo del salón.
Del tenis me pasé al béisbol, pero tampoco le gustaba verme batear con tanto ímpetu, así que tuve que dejarlo y probar con el golf.
Muy bien al principio con el deporte de las pelotas y los hoyos, y cuando era capaz de ganar en todos los campos de golf del circuito internacional tuve que abandonar la práctica cuando en el Havana Golf Club, y en el primer golpe lancé el mando contra la estantería del salón, menos mal que estos vienen con un protector de goma para accidentes de este tipo, por lo que no le pasó absolutamente nada.
Que lástima no haber protegido también la pecera… pobre Jacinto, cuando llegué con un vaso de agua para meterlo ya era demasiado tarde, no respiraba y estaba en asistoria. Al final se lo eché de comer al gato del vecino. Es hoy el día que aún lo echo de menos, él era el único en casa que me escuchaba y no me rechistaba, en fin, si no has tenido un pez es muy difícil que sepas lo que se siente en esos momentos.
Pero volviendo al tema principal de la entrada, del golf me pasé al boxeo, lo que me costó algún que otro moratón.
No, no… no es que la maquinita devuelva los puñetazos, fue que una velada nocturna en la que peleaba por el título mundial de los “pesos ligeros”, era tal la somanta que estaba recibiendo que me salió mi vena barriobajera y quise poner fin por lo sano a la paliza devolviendo un “crochet” de mi adversario con una patada en los cojones.
Y los cojones los tenía de un metal niquelado y brillante que son a su vez las patas y los soportes sobre los que está el televisor.
En vista de la mala suerte que tenía con este tipo de deportes, me dediqué por recomendación de mi churry a jugar al solitario de Windows, lo que me benefició mucho para la práctica de los anteriores dado que me proporcionó el sosiego necesario para realizarlos sin riesgo, agilidad mental para pensar las jugadas y sangre fría para ejecutarlas.
Hoy es tanta la destreza que tengo, que como he dicho soy capaz de ganar un Roland Garros tumbado en el sofá, con un cigarro en la boca y sin que ni siquiera me caiga la ceniza.
Que inventazo el aparato éste, te puedes divertir y al mismo tiempo hacer ejercicio en el salón de tú casa. Yo por ejemplo, me hice unos hoyos sentado, gané un Roland Garros tumbado en el sofá y jugué unos bolos al mismo tiempo que cenaba.
Es cierto que a estas alturas uno ya domina y destaca en todas las especialidades y puede jugar con un simple movimiento de muñeca, pero en los primeros días de tener la wii me lo tomaba muy en serio y me echaba unos partidos de tenis tremendos.
Yo me metía en el papel y aparte de los gestos propios de un tenista me equipaba como uno de ellos por lo que para jugar me ponía una camiseta o un polo blanco, cinta en la cabeza y pantalón corto o en su defecto me quedaba en calzoncillos.
Preparaba la cancha y apartaba la mesa de centro del salón para poder desenvolverme con soltura, sobre todo después de que con un impresionante revés estampase contra la pared el florero que tan bien quedaba en el centro de la misma.
A mi mujer no le gustaba nada que me lo tomase tan a pecho y me lo prohibió tajantemente el día que me vio beber un trago de agua directamente de la botella y luego escupirlo todo en el suelo del salón.
Del tenis me pasé al béisbol, pero tampoco le gustaba verme batear con tanto ímpetu, así que tuve que dejarlo y probar con el golf.
Muy bien al principio con el deporte de las pelotas y los hoyos, y cuando era capaz de ganar en todos los campos de golf del circuito internacional tuve que abandonar la práctica cuando en el Havana Golf Club, y en el primer golpe lancé el mando contra la estantería del salón, menos mal que estos vienen con un protector de goma para accidentes de este tipo, por lo que no le pasó absolutamente nada.
Que lástima no haber protegido también la pecera… pobre Jacinto, cuando llegué con un vaso de agua para meterlo ya era demasiado tarde, no respiraba y estaba en asistoria. Al final se lo eché de comer al gato del vecino. Es hoy el día que aún lo echo de menos, él era el único en casa que me escuchaba y no me rechistaba, en fin, si no has tenido un pez es muy difícil que sepas lo que se siente en esos momentos.
Pero volviendo al tema principal de la entrada, del golf me pasé al boxeo, lo que me costó algún que otro moratón.
No, no… no es que la maquinita devuelva los puñetazos, fue que una velada nocturna en la que peleaba por el título mundial de los “pesos ligeros”, era tal la somanta que estaba recibiendo que me salió mi vena barriobajera y quise poner fin por lo sano a la paliza devolviendo un “crochet” de mi adversario con una patada en los cojones.
Y los cojones los tenía de un metal niquelado y brillante que son a su vez las patas y los soportes sobre los que está el televisor.
En vista de la mala suerte que tenía con este tipo de deportes, me dediqué por recomendación de mi churry a jugar al solitario de Windows, lo que me benefició mucho para la práctica de los anteriores dado que me proporcionó el sosiego necesario para realizarlos sin riesgo, agilidad mental para pensar las jugadas y sangre fría para ejecutarlas.
Hoy es tanta la destreza que tengo, que como he dicho soy capaz de ganar un Roland Garros tumbado en el sofá, con un cigarro en la boca y sin que ni siquiera me caiga la ceniza.
7 han comentado:
¡Pobre Jacinto!
Veo que te lo pasas incluso mejor que yo en tus vacaciones jugando al golf y todo je je je... Yo tengo ganas de jugar veraneo justo al lado de uno pero no se dan clases, es una pena :-(
Saludos y que te lo sigas pasando muy bien M@nolo.
Saludos para todos.
Menudo invento la wii... Yo he boxeado estando estando embarazadisima, una sensacion muy muy recalcitrante...
manolo, cariño, tesoro, lucero cielo, luz de mis dias, cosa bonita, solo puedo decirte que en una entrada explico el porque de no tenerte enlazado, pero tambien esta solucionado, y para que no haya malos entendidos, te tengo en mayusculas para que lo primero que vea todo el mundo cuando entre sea a ti, sabes que aunque me vaya a casar, a quien quiero realmente es a ti jejejeje
Me alegro mucho que lo pases tan bien en tus vacaciones, sobre todo que seas tan buen deportista jejejejejejej
Saludos
Ya veo que tienes el cuerpo dolorido, descansa.
Saludos y buenas vacaciones.
Tu sigue entrenando, que pa las proximas olimpiadas te puede llamar el Equipo Olimpico de Wii, jejejeje.
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