Duelo en Kansas City
No tenía ningún caso pendiente de resolver, por lo que aquella lluviosa tarde de domingo decidí quedarme en casa para descansar. En un momento cogí el álbum de fotos familiar y me dispuse a mirarlo.
La primera foto es la de mi tatarabuelo, Don Vicent, sheriff de Kansas City, de quien sus proezas fueron conocidas desde el más lejano oeste hasta el más cercano este, desde las praderas de Texas y las montañas de Arizona, hasta los escarpados Cañones del Colorado.
Pero de todas sus hazañas, la más popular es sin duda cuando acabó con las fechorías de Jhonny, al que apodaban “el tuerto” desde que había perdido una oreja en un duelo.
La legendaria historia de cómo mi tatarabuelo había dado caza al malhechor, fue transmitida de padres a hijos de generación en generación en forma de legado familiar, siendo a la postre el principal motivo por el cual nuestra familia esté formada por una saga de valientes e intrépidos agentes de la Ley y el Orden.
Me la habían relatado tantas y tantas veces que me la conocía como si la hubiese vivido yo mismo.
Aquella tarde y viendo la foto de mi antecesor, la recordé de nuevo…….
La primera foto es la de mi tatarabuelo, Don Vicent, sheriff de Kansas City, de quien sus proezas fueron conocidas desde el más lejano oeste hasta el más cercano este, desde las praderas de Texas y las montañas de Arizona, hasta los escarpados Cañones del Colorado.
Pero de todas sus hazañas, la más popular es sin duda cuando acabó con las fechorías de Jhonny, al que apodaban “el tuerto” desde que había perdido una oreja en un duelo.
La legendaria historia de cómo mi tatarabuelo había dado caza al malhechor, fue transmitida de padres a hijos de generación en generación en forma de legado familiar, siendo a la postre el principal motivo por el cual nuestra familia esté formada por una saga de valientes e intrépidos agentes de la Ley y el Orden.
Me la habían relatado tantas y tantas veces que me la conocía como si la hubiese vivido yo mismo.
Aquella tarde y viendo la foto de mi antecesor, la recordé de nuevo…….
(Fija tu mirada en el centro de la espiral y deja que te transporte en el tiempo…)
(para dearle mayor realismo al relato, sería muy importante que lo que leas a continuación te lo imagines en blanco y negro).
KANSAS CITY, año 1.842...
Ocurrió una tarde lluviosa de domingo. Un jinete detuvo su caballo a la puerta del saloon, lentamente se apeó dejando al animal atado a la puerta del local. En ese mismo instante y al otro lado de la calle, un hombre que se percató de su llegada montó rápidamente en su caballo gris claro y se alejó de allí al galope tocoto, tocoto, tocoto, tocoto, tocoto, tocoto, tocoto, tocoto, tocoto, tocoto….
Al cabo de unos instantes y por el mismo lugar que este se había alejado, otro jinete se acercó también al galope y sobre su caballo, (sobre el suyo, no sobre el del otro), un elegante corcel gris igual al anterior pero un poco más oscuro.
Tocoto, tocoto, tocoto, tocoto, tocoto, tocoto, tocoto, tocoto, tocoto, tocoto…. ihihihihi, relinchó el caballo cuando el jinete le clavó las espuelas en sus partes para detenerlo.
El sheriff Vicent bajó de su montura, posó su mano sobre el revolver y se dispuso a entrar en el saloon. Traspasó las pequeñas puertas abatibles tras las que se detuvo para desde allí echar una ojeada al interior.
Del bullicio y la algarabía del saloon se pasó al más inquietante de los silencios. Tanto los clientes que jugaban al poker y las máquinas tragaperras como los que bebían en la barra, se hicieron a un lado dejando un pasillo vacío entre mi tatarabuelo y el forajido.
Sólo Sam “el borrachín” se quedó en su sitio, apoyado en la barra y ajeno a lo que pasaba. Al cabo de unos segundos se volvió estremeciéndose de terror al ver la figura del sheriff apostado en la puerta.
-¡demonios!- masculló –un control de alcoholemia y yo con esta mierda...-
Dio un salto y se escondió tras la barra donde también se ocultaba Joe, al que apodaban “el barman” precisamente por ser el barman del saloon.
Mi tatarabuelo se acercó un poco más hasta “el tuerto”, que seguía inamovible en su sitio y sin haberse dado la vuelta.
Se situó un par de metros a su espalda y transmitió un saludo que más bien pareció una amenaza.
-No has debido cruzar el Missisipi, Jhonny-.
Jhonny se volvió y se encaró a mi tatarabuelo.
-vaya, vaya… a quién tenemos aquí, nada más y nada menos que al sheriff Vicent, jajaja...-
-tengo que arrestarte Jhonny-.
-¿cómo dice sheriff?-, preguntó con arrogancia “el tuerto”.
Mi tatarabuelo dio dos pasos a su izquierda, situándose del mismo lado en el que Jhonny tenía la oreja y le repitió el mensaje.
-lo he escuchado a la primera sheriff… tengo sólo una oreja pero muy buen oído. No le será tan fácil ponerme la soga al cuello, así que tendrá que sacarme de aquí a la fuerza-. Jhonny bajó léntamene su mano hasta ponerla a la altura de su revolver, lista para desenfundar.
-no hagas una tontería Jhonny, y acompañame-.
-¿de verdad piensa que me voy a ir con usted para que me ahorque sheriff?...-KANSAS CITY, año 1.842...
Ocurrió una tarde lluviosa de domingo. Un jinete detuvo su caballo a la puerta del saloon, lentamente se apeó dejando al animal atado a la puerta del local. En ese mismo instante y al otro lado de la calle, un hombre que se percató de su llegada montó rápidamente en su caballo gris claro y se alejó de allí al galope tocoto, tocoto, tocoto, tocoto, tocoto, tocoto, tocoto, tocoto, tocoto, tocoto….
Al cabo de unos instantes y por el mismo lugar que este se había alejado, otro jinete se acercó también al galope y sobre su caballo, (sobre el suyo, no sobre el del otro), un elegante corcel gris igual al anterior pero un poco más oscuro.
Tocoto, tocoto, tocoto, tocoto, tocoto, tocoto, tocoto, tocoto, tocoto, tocoto…. ihihihihi, relinchó el caballo cuando el jinete le clavó las espuelas en sus partes para detenerlo.
El sheriff Vicent bajó de su montura, posó su mano sobre el revolver y se dispuso a entrar en el saloon. Traspasó las pequeñas puertas abatibles tras las que se detuvo para desde allí echar una ojeada al interior.
Del bullicio y la algarabía del saloon se pasó al más inquietante de los silencios. Tanto los clientes que jugaban al poker y las máquinas tragaperras como los que bebían en la barra, se hicieron a un lado dejando un pasillo vacío entre mi tatarabuelo y el forajido.
Sólo Sam “el borrachín” se quedó en su sitio, apoyado en la barra y ajeno a lo que pasaba. Al cabo de unos segundos se volvió estremeciéndose de terror al ver la figura del sheriff apostado en la puerta.
-¡demonios!- masculló –un control de alcoholemia y yo con esta mierda...-
Dio un salto y se escondió tras la barra donde también se ocultaba Joe, al que apodaban “el barman” precisamente por ser el barman del saloon.
Mi tatarabuelo se acercó un poco más hasta “el tuerto”, que seguía inamovible en su sitio y sin haberse dado la vuelta.
Se situó un par de metros a su espalda y transmitió un saludo que más bien pareció una amenaza.
-No has debido cruzar el Missisipi, Jhonny-.
Jhonny se volvió y se encaró a mi tatarabuelo.
-vaya, vaya… a quién tenemos aquí, nada más y nada menos que al sheriff Vicent, jajaja...-
-tengo que arrestarte Jhonny-.
-¿cómo dice sheriff?-, preguntó con arrogancia “el tuerto”.
Mi tatarabuelo dio dos pasos a su izquierda, situándose del mismo lado en el que Jhonny tenía la oreja y le repitió el mensaje.
-lo he escuchado a la primera sheriff… tengo sólo una oreja pero muy buen oído. No le será tan fácil ponerme la soga al cuello, así que tendrá que sacarme de aquí a la fuerza-. Jhonny bajó léntamene su mano hasta ponerla a la altura de su revolver, lista para desenfundar.
-no hagas una tontería Jhonny, y acompañame-.
-te aseguro Jhonny que no será así. Te doy mi palabra de sheriff de Kansas de que antes serás sometido a un juicio justo... y después te ahorcaremos-.
El silencio era tan denso que se podía cortar. Pero éste se rompió al irrumpir en el saloon Jonas "el enterrador", al que con cinta métrica en la mano y desde la puerta se le escuchó decir:
–me han dicho que tengo trabajo… glups-, y tragó saliva al comprobar que se había precipitado y que los muertos aún estaban vivos.
El ruido de un vaso al estrellarse contra el suelo llamó la atención de todos. Tanto Jhonny como mi tatarabuelo lanzaron una rápida mirada hacia donde procedía el ruido. “El tuerto” hizo un leve movimiento, mi tatarabuelo desenfundó con una rapidez endiablada y de un certero disparó alcanzaó a Jhonny, que cayó desplomado.
Se acercó hasta él y antes de morir lo escuchó decir con la voz entrecortada:
El ruido de un vaso al estrellarse contra el suelo llamó la atención de todos. Tanto Jhonny como mi tatarabuelo lanzaron una rápida mirada hacia donde procedía el ruido. “El tuerto” hizo un leve movimiento, mi tatarabuelo desenfundó con una rapidez endiablada y de un certero disparó alcanzaó a Jhonny, que cayó desplomado.
Se acercó hasta él y antes de morir lo escuchó decir con la voz entrecortada:
-¿por qué me… has dispa…rado hi…jo de puta… si sólo iba a… quitar dinero… para… pagar el wisky?… aggg…-.
Y tras decir esto un hilo de sangre brotó de su boca, muriéndose a continuación con ella abierta.
(Ahora ya puedes imaginártelo en color porque volvemos al tiempo actual)
La melodía de los pajaritos de mi teléfono móvil me devolvió a la realidad. Descolgué y el comisario me puso en conocimiento de un nuevo caso.
Para los criminales no hay días festivos, pero para los defensores de la Ley tampoco y allá donde haya que capturar a un delincuente… presto va el Teniente Vicente.
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(Ahora ya puedes imaginártelo en color porque volvemos al tiempo actual)
La melodía de los pajaritos de mi teléfono móvil me devolvió a la realidad. Descolgué y el comisario me puso en conocimiento de un nuevo caso.
Para los criminales no hay días festivos, pero para los defensores de la Ley tampoco y allá donde haya que capturar a un delincuente… presto va el Teniente Vicente.
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Nota del autor:
Este relato se presenta para
29 han comentado:
Y viajamos al Oeste con Manolo!! Digo... con el Teniente Vicente!! Los efectos especiales son un arte, así que están bien donde están.
Me ha gustado. Suerte!!
que bueno!!
mucha suerte!!
Después de esto haber quien es el majo que presenta nada.
¿Los efectos?, ¿que efectos?
de lo mejor que he leído a este lado del Tambre ;-)
jajajajja
Los efectos son un recurso literario amigo Manolo...jajajaa
Como dicen por ahí, estan bien donde estan. Además...¿qué mejor forma de imaginarse una caballo alejándose que con un Tocoto tocoto decreciente?
Impresionante.
Historia ganadora, repito historia ganadora y Oscar a los mejores efectos especiales je je je... Saludos y suerte para el concurso.
Guau... La melodía de mi teléfono móvil tiene pajaritos, como la del Teniente Vicente. jA JA JA como eres, con los efectos especiales, la música de la pantera rosa y el suSpeNse. No te deseo suerte. No.
Vaya visabuelo valiente que tiene el Teniente Vicente.
Buenísimo y mucha suerte.
Besos
jejeje, la escenografía y los efectos especiales un 10.
De tal palo tal astilla, mi teniente...ahora comprendo su talante y su puntería..
(Los efectos especiales me han "flipao")
Tan bueno como siempre!
Mucha suerte.
Un bico
tocoto tocoto tocoto
hihihihi
bajo del caballo para leer la historia, muy divertida por cierto xD
un abrazo y suerte
Eres el más rápido del oeste.
Magistral forma de participar.
Saludos amigo.
botaste la bola de home run Manolo con esos efectos especiales... y además conservando tu gracia característica...
Cada día me recuerdas más a Eduardo Mendoza... ¿no seréis parientes o algo, quizás por parte de tatarabuelo?
Sensacional!!!... eres un crack jajaja.
Oye, que después de leer tu relato aun tengo más dudas de volver a presentarme... si es que lo ponéis muy difícil...
Has vuelto a superarte.
Un beso.
Genial Manolo, si sigues así para la próxima nos sorprenderas con una película. De verdad bueno y simpático
Suerte!!
Muchas gracias a tod@s.
Me alegra enormemente que os haya divertido, no lo hago con otra intención.
Muy curioso tu relato con efectos especiales, viajes al pasado (yo me he mareado un poco!)y qué decir de los efectos sonoros...! :) Este Vicente debería contarnos más cosas de su tatarabuelo en un futuro!
Mucha suerte!
Tocoto, tocoto, tocoto....?.
ihihihihihi...?.
Jajajajajaja!!! buenísimos los efectos!!.
Lo que me ha dejado un poco "pallá" y dolorida (y mira que yo no gasto de "esas partes") es cuándo he leído;
...el jinete le clavó las espuelas en sus partes (ouch!! que dolor más doloroso!!) para detenerlo.
Muy bueno Manolo!! El relato!! no el clavarle las espuelas en "sus partes", se entiende.
Un abrazo del Oeste.
sos muy creativo :)
me gusto mucho la historia, pero especialmente la manera tan especial en que está escrita !
suerte, sigue asi.
Extrañé tu inconfundible toque de picardía pero me han divertido los efectos. Es que tu siempre nos traes una bajo la manga aunque el atuendo sea de manga corta. No te deseo suerte porque el exito siempre te acompaña.
Un abrazo amigo Manolo
Por cierto extrañé un tantito el nombre de mi personaje en tu collage tipo grafitti que tienes de encabezado. :(
juas, juas, juas, Manolo esto es un escandalo, que gracia tienes picha, pa que veas que no hay que ser de cadiz para tener gracia, cojonudo de verdad.
Un saludo y felicidades.
P.D. Killo, pon a Opaito en el collage picha, enga no seas chungo y dejate caer
joer que no lo habia visto,, jajajaj, es que tengo las gafas antiguas y no veo un pijo, gracias, gracias hermano.
juas, juas
Que bueno, Manolo, siempre nos sacas una sonrisa. Ademas de estar muy bien escrito !
A mi lo que mas me ha gustado ha sido "te haremos un juicio justo ... y luego te ahorcaremos" ;)
Que bueeeeno!! me he reído un montón!! lo del tocoto tocoto..lo has bordado, bueno en general con todo. Felicidades y suerte!
Me encanta el estilo. Sin duda un relato sensacional. Con los mejores efectos especiales literarios... :)
Nunca viene mal una sonrisa...
Me he reído mucho, muy bien ambientado!! Suerte!
Vengo a releer de nuevo la historia del concurso.
De nuevo me vuelvo a reír, no se como lo haces Manolo.
Saludos Cordiales.
Vengo para repasar las candidatas al concurso, eres una de mis favoritos, si señor.
Saludos.
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