El más guapo de todas
Tomo café a diario en la cafetería más próxima al lugar en el que trabajo y que es propiedad de dos chicas jóvenes y en la que cada vez que voy estoy rodeado únicamente de individuas de esa misma especie, es decir, de mujeres.
Ser el único hombre entre tanta mujer me ha hecho acreedor del título de Hombre más guapo del establecimiento. Más de una docena de bellas mujeres me han votado y les estaría muy agradecido de no ser porque esas más de doce cabronas también me han votado y otorgado el título de Hombre más feo del establecimiento.
Y coño, siempre que me ha pasado igual me ha sucedido lo mismo y ya una vez gané un concurso de disfraces por ser el único que se había inscrito. Había quedado de primero y aún así mis amigos y allegados en lugar de felicitarme me dieron el pésame por haber quedado de último.
Lo mismo me ocurre con mi churry cada vez que le pregunto por qué o le agradezco que aun siga conmigo y ella siempre me responde que es porque no tiene a otro.
En el refranero castizo hay ya un dicho para casos como este mío y dice que en el país de los ciegos, el tuerto es el rey… y yo soy un poco miope… sí, pero la miopía no duele y aunque así fuese me sentiría recompensado siendo el hombre más guapo entre tanta mujer.
Y lo bien que hace sentir a uno eso de entrar en la cafetería y que todas lo miren. Esto me ha hecho comprender a mi abuelo, que trabajando en las oficinas del ayuntamiento pidió el cambio para el servicio de limpieza.
Cuántas veces le he preguntado: -abuelo ¿por qué has cambiado el bolígrafo por la escoba?-.
Y él siempre me respondía lo mismo:
-Manolito, cuando seas mayor te darás cuenta que no hay nada más gratificante que el que las mujeres salgan a la calle todas las mañanas cuando pasas, únicamente para echarte el polvo-.
¡Que vista tenía mi abuelo!. No era tuerto y sin embargo acabó siendo el rey de los barrenderos.
Pues bien, esta entrada la hago porque hoy, a las 10:05 a.m. y cuando todas tomábamos… (quiero decir que cuando todas las mujeres que estaban, yo aparte ya que aunque estaba en medio soy un hombre) tranquilamente el café, entró por la puerta otro hombre de así a simple vista 20 años menos de los que yo tengo y 16 de los que aparento, y que no tenía pinta de ser tuerto ni miope ya que no llevaba gafas.
Y como le cambió la cara al verse entre tanto escote. Yo soy miope pero no tonto y en cuanto se lo noté me abroché un botón más de la camisa.
En ese momento y no sé por qué, me vino a la mente el recuerdo de tantos documentales que he visto en los que una manada de leonas reposa tranquilamente en la sabana en compañía de su macho y un día cualquiera aparece sin avisar otro más joven que pretende hacerse el gallito… mejor dicho, el leoncito… bueno, pretende hacerse el rey de la manada y dejémoslo así que apuesto a que también has visto ese documental.
Y sabes como acaba, verdad… con los dos leones a hostia limpia hasta que uno de ellos se larga… y que éste suele ser el más viejo…y a mi no me apetecía buscar otro bar en el que campar, así que me puse chulo.
Desabroche otra vez el botón de la camisa y saqué tres pelos del pecho para fuera, y sin dejar de mirar para él fijamente mientras que con el brazo apartaba el platillo que me habían puesto al lado del café, en voz alta y con chulería le decía a la camarera:
-Lola, hoy el churro lo pongo yo-.
El intruso captó el mensaje, pidió que le desactivasen el control de menores de la máquina de tabaco, cogió de ella un paquete y se fue por donde había venido.
-Deja ahí el churro Lola, que se me ha abierto el apetito-.
De 10:00 a 10:10 de la mañana sigo siendo el rey del mambo y el más guapo del establecimiento… y eso que no soy tuerto.
Ser el único hombre entre tanta mujer me ha hecho acreedor del título de Hombre más guapo del establecimiento. Más de una docena de bellas mujeres me han votado y les estaría muy agradecido de no ser porque esas más de doce cabronas también me han votado y otorgado el título de Hombre más feo del establecimiento.
Y coño, siempre que me ha pasado igual me ha sucedido lo mismo y ya una vez gané un concurso de disfraces por ser el único que se había inscrito. Había quedado de primero y aún así mis amigos y allegados en lugar de felicitarme me dieron el pésame por haber quedado de último.
Lo mismo me ocurre con mi churry cada vez que le pregunto por qué o le agradezco que aun siga conmigo y ella siempre me responde que es porque no tiene a otro.
En el refranero castizo hay ya un dicho para casos como este mío y dice que en el país de los ciegos, el tuerto es el rey… y yo soy un poco miope… sí, pero la miopía no duele y aunque así fuese me sentiría recompensado siendo el hombre más guapo entre tanta mujer.
Y lo bien que hace sentir a uno eso de entrar en la cafetería y que todas lo miren. Esto me ha hecho comprender a mi abuelo, que trabajando en las oficinas del ayuntamiento pidió el cambio para el servicio de limpieza.
Cuántas veces le he preguntado: -abuelo ¿por qué has cambiado el bolígrafo por la escoba?-.
Y él siempre me respondía lo mismo:
-Manolito, cuando seas mayor te darás cuenta que no hay nada más gratificante que el que las mujeres salgan a la calle todas las mañanas cuando pasas, únicamente para echarte el polvo-.
¡Que vista tenía mi abuelo!. No era tuerto y sin embargo acabó siendo el rey de los barrenderos.
Pues bien, esta entrada la hago porque hoy, a las 10:05 a.m. y cuando todas tomábamos… (quiero decir que cuando todas las mujeres que estaban, yo aparte ya que aunque estaba en medio soy un hombre) tranquilamente el café, entró por la puerta otro hombre de así a simple vista 20 años menos de los que yo tengo y 16 de los que aparento, y que no tenía pinta de ser tuerto ni miope ya que no llevaba gafas.
Y como le cambió la cara al verse entre tanto escote. Yo soy miope pero no tonto y en cuanto se lo noté me abroché un botón más de la camisa.
En ese momento y no sé por qué, me vino a la mente el recuerdo de tantos documentales que he visto en los que una manada de leonas reposa tranquilamente en la sabana en compañía de su macho y un día cualquiera aparece sin avisar otro más joven que pretende hacerse el gallito… mejor dicho, el leoncito… bueno, pretende hacerse el rey de la manada y dejémoslo así que apuesto a que también has visto ese documental.
Y sabes como acaba, verdad… con los dos leones a hostia limpia hasta que uno de ellos se larga… y que éste suele ser el más viejo…y a mi no me apetecía buscar otro bar en el que campar, así que me puse chulo.
Desabroche otra vez el botón de la camisa y saqué tres pelos del pecho para fuera, y sin dejar de mirar para él fijamente mientras que con el brazo apartaba el platillo que me habían puesto al lado del café, en voz alta y con chulería le decía a la camarera:
-Lola, hoy el churro lo pongo yo-.
El intruso captó el mensaje, pidió que le desactivasen el control de menores de la máquina de tabaco, cogió de ella un paquete y se fue por donde había venido.
-Deja ahí el churro Lola, que se me ha abierto el apetito-.
De 10:00 a 10:10 de la mañana sigo siendo el rey del mambo y el más guapo del establecimiento… y eso que no soy tuerto.
10 han comentado:
Hola Manolo, me ha divertido este pequeño fragmento acerca de la cafetería, pues que bien que te traigas a las viejas encima. ¡Así se hace! Y si hay alguno que ya me confundió como machista ¡pues no!. A por ellos mujeres si hay uno bien y si son dos mejor ¿a que no se enrolan a tres? Hagan como el Manolete que para defender el harem basta apenas mostrar los dientes y ya ven que no se ven :) Saludos y un abrazo Manolo !!
jajajaja. Pero al final te comiste el churro, o no??? jajajaja
Te informo:
Ha nacido un nuevo blog abierto a la colaboración de todos nosotros. Si quieres participar, sólo tienes que decírmelo, o dejar un comentario en alguno de los posts en http://nuestro-proyecto-blog.blogspot.com/
Espero que te guste y te animes!!
manolo!! solo te a faltado mear las esquinas joer!!! jajaaja tengo la misma duda que sara, te comistes el churro o no?
gracias Denis por la visita y el comentario, me alegro que te haya divertido.
Sarinha
Pues claro que me comí el churro, y media docena más si me los pusieran.
Esta tarde me paso por allí.
gracias.
Rosiña
Pues eso, que al final me comí el churro, en cuanto a lo de mear por las esquinas nada, que la dueña del bar me mata.
Es que hasta para comerse el churro hay que hacerlo con gracia.
Animate cuando te pase por el nuevo proyecto, seguro que sacamos una divertida experiencia blogosférica y dile a Guille que el también está invitado,pero que no sea muy duro con los del Madrid.
Saludos.
Amigo Manolo..., sé como te sientes, a mi me pasaba igual cuando iba al gimnasio y se fijaba todo el mundo en mi..., bueno, donde digo todo el mundo, digo las hembras...
Pero como ahi no dan churros ni ná, y la maquina de café que había al principio nos la sacaron, pues comer lo que es comer, no me como ná de ná...
Ay....
Ya se que te comiste el churro, y que no eres tuerto, pero eres miope o no? jajajajaj
Muy buen artículo.
Un saludo
Amigo Manolo, tienes un arte de los de morirse de gusto. Magnifico post y divertido de verdad.
Un placer visitarte.
Saludos.
quillo manolo eres un artista tio, ... jeje, vaya pasote tus entradas. tenias que pedir una columna en el jueves.
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