¿Hay vida dentro de la caja?...
Soy una persona a la que le gusta coger el toro por los cuernos. Si alguna desgracia tiene que ocurrir, que ocurra cuanto antes así me evito sufrimientos. Es por eso que cuando en el estanco me venden un paquete de tabaco en el que pone que FUMAR PROVOCA IMPOTENCIA, le pido que me lo cambien por uno que ponga que FUMAR PUEDE MATAR.
Creo que es mejor morir de una pieza que ir muriendo a cachos. Aunque ya sé que la ciencia ha avanzado tanto que hoy en día te pueden empalmar un miembro y a vivir como si nada.
No le temo a la muerte y eso que no fui legionario, además me parece inútil temerle cuando sabes que no te librarás de ella, eso sí, le temo a la forma en que ésta me ha de llegar o que le entre prisa por venir a buscarme, yo no tengo ninguna así que por mí que se tome su tiempo.
Pero creo que muchos coincidiremos en que ante una enfermedad irreversible, casi mejor morir cuanto antes que padecer dolor, sufrir y hacer que nuestros seres más cercanos sufran con nosotros y ya de paso ahorrar unos euros a la Seguridad Social, aunque esto último no se puede ir diciendo por ahí, que luego vas a urgencias por una gripe y te dan una inyección letal.
Yo puedo decir que he visto a la muerte muy de cerca gracias a una larga lista de funerales y entierros a los que he asistido, afortunadamente y hasta el momento sólo como invitado, y con todo ello todavía no se si hay vida dentro de la caja.
Se sabe o se dice que hay una luz, una luz que yo creí ver una vez, pero al otro lado de ella había un Guardia Civil que me despertó cuando dormía placidamente dentro del coche en el parking de una playa. Y todo para identificarme.
Pero aquella voz fuerte, autoritaria… “usted, identificación”… creí que era San Pedro que me pedía la entrada para el cielo y me quedé sin habla, asustado, no tenía la entrada... Cuando me dí cuanta de que era un picoleto casi me cago de miedo.
Como iba diciendo, se dice que hay una luz al otro lado que ves tan pronto cierras los ojos aquí y los abres allí, y un túnel, pero lo que hay al otro lado del túnel es algo que de momento no se sabe, al menos yo no tengo ni la más remota idea.
Se habla del un cielo para los buenos y un infierno para los malos, también de un paraíso, y también de la reencarnación… hay quien incluso habla de 49 vírgenes por cabeza, jeje… y esto con todos mis respetos, no se lo cree ni Dios. ¡49 vírgenes por cabeza!, ¿de dónde?...
Los libros de historia nos hablan también de alguna que otra resurrección legendaria. Como la del Cid Campeador, por poner un ejemplo, aunque eso sí, lo tuvieron que atar al caballo para que no se cayese.
Gosht, es otra prueba de que hay algo, aunque tampoco nos despeja ninguna duda, pues el protagonista anduvo un poco por allí después de muerto, pero en cuanto cogió el tunel, adiós para siempre… y claro, a continuación the end.
Lo que sí es indiscutible pues se sabe con certeza, que para allí no te llevas nada, si te has fijado en Gosht, el protagonista no tenía reloj. Lo que quiere decir que no te llevas ni relojes, ni anillos, ni pendientes, ni persings, ni otras joyas. Las dentaduras postizas tampoco, pero lo que no sé es si los tatuajes perduran.
En fin, que haya hecho esta entrada no quiere decir que esté pensando en la muerte, ni mucho menos, es que he comprado el tabaco en una máquina de bar y el paquete traía la leyenda de que fumar te puede volver impotente, y no sé yo si antes que eso… mejor bajo a por otro paquete…
Creo que es mejor morir de una pieza que ir muriendo a cachos. Aunque ya sé que la ciencia ha avanzado tanto que hoy en día te pueden empalmar un miembro y a vivir como si nada.
No le temo a la muerte y eso que no fui legionario, además me parece inútil temerle cuando sabes que no te librarás de ella, eso sí, le temo a la forma en que ésta me ha de llegar o que le entre prisa por venir a buscarme, yo no tengo ninguna así que por mí que se tome su tiempo.
Pero creo que muchos coincidiremos en que ante una enfermedad irreversible, casi mejor morir cuanto antes que padecer dolor, sufrir y hacer que nuestros seres más cercanos sufran con nosotros y ya de paso ahorrar unos euros a la Seguridad Social, aunque esto último no se puede ir diciendo por ahí, que luego vas a urgencias por una gripe y te dan una inyección letal.
Yo puedo decir que he visto a la muerte muy de cerca gracias a una larga lista de funerales y entierros a los que he asistido, afortunadamente y hasta el momento sólo como invitado, y con todo ello todavía no se si hay vida dentro de la caja.
Se sabe o se dice que hay una luz, una luz que yo creí ver una vez, pero al otro lado de ella había un Guardia Civil que me despertó cuando dormía placidamente dentro del coche en el parking de una playa. Y todo para identificarme.
Pero aquella voz fuerte, autoritaria… “usted, identificación”… creí que era San Pedro que me pedía la entrada para el cielo y me quedé sin habla, asustado, no tenía la entrada... Cuando me dí cuanta de que era un picoleto casi me cago de miedo.
Como iba diciendo, se dice que hay una luz al otro lado que ves tan pronto cierras los ojos aquí y los abres allí, y un túnel, pero lo que hay al otro lado del túnel es algo que de momento no se sabe, al menos yo no tengo ni la más remota idea.
Se habla del un cielo para los buenos y un infierno para los malos, también de un paraíso, y también de la reencarnación… hay quien incluso habla de 49 vírgenes por cabeza, jeje… y esto con todos mis respetos, no se lo cree ni Dios. ¡49 vírgenes por cabeza!, ¿de dónde?...
Los libros de historia nos hablan también de alguna que otra resurrección legendaria. Como la del Cid Campeador, por poner un ejemplo, aunque eso sí, lo tuvieron que atar al caballo para que no se cayese.
Gosht, es otra prueba de que hay algo, aunque tampoco nos despeja ninguna duda, pues el protagonista anduvo un poco por allí después de muerto, pero en cuanto cogió el tunel, adiós para siempre… y claro, a continuación the end.
Lo que sí es indiscutible pues se sabe con certeza, que para allí no te llevas nada, si te has fijado en Gosht, el protagonista no tenía reloj. Lo que quiere decir que no te llevas ni relojes, ni anillos, ni pendientes, ni persings, ni otras joyas. Las dentaduras postizas tampoco, pero lo que no sé es si los tatuajes perduran.
En fin, que haya hecho esta entrada no quiere decir que esté pensando en la muerte, ni mucho menos, es que he comprado el tabaco en una máquina de bar y el paquete traía la leyenda de que fumar te puede volver impotente, y no sé yo si antes que eso… mejor bajo a por otro paquete…
10 han comentado:
Lo peor de todo Manolo es que según la película que mencionas Gosht allí tendremos ganas de fumar, ya veremos como nos las ingeniamos para echar unos pitillos.
Saludos.
Manolo tu oráculo es un divino templo, eres increible.
Algún día tendremos que dejar de fumar senovilla, yo espero hacerlo antes de dejar de respirar.
josete
Para templo tu impresionante baul.
gracias.
Dejad de fumar u os convertiréis en fantasmas.
m4n010 tu tienes pinta de haber sido un pájaro de cuidado, creo yo.
Un juerguista eulogio, eso es lo que era... pero buena gente.
yo no estoy por la labor de dejarlo (aunque debería)...cojo un cigarrillo, dejo la cajetilla encima de la mesa procurando que el mensaje que viene en letras grandísimas siempre quede hacia abajo (de lo contrario me da mal rollo), lo enciendo...y lo disfruto...
Manoloooo, acuérdate de volver!
Creo que en realidad tememos a lo desconocido. Como muy bien has dicho no se sabe con exactitud que hay detrás de ese último proceso que nos lleva hasta ese "más allá". Muchos son los que dicen que han llegado y han podido volver (se ve que no les gustó demasiado lo que vieron, por tanto lo de las 49 vírgenes queda descartado). Personalmente yo más que miedo a lo desconocido creo que es temor a dejar de sentir cerca a las personas a las que quiero.
Sabes? yo no fumo, nunca lo he hecho, pero vivo rodeada de contaminación, comida basura, stress y radiaciones que acaban escapando de cualquier fábrica nuclear (tengo un cementerio nuclear muy cerca), y eso te puedo asegurar que si no mata en el acto, acorta bastante la vida... Un beso.
Mejor morir de una pieza que a trocitos, como tú dices, estoy completamente de acuerdo en eso, pero en lo de las cajetillas no, para el caso puedes meterlas en una pitillera transparente, pero las palabras no se van a borrar de tu cabeza. Tampoco dejaremos de fumar, somos temerarios.
Lo cierto es que debemos de plantearnos dejar de fumar, pero ¿cuando?
Yo al igual que tú quiero hacerlo antes de morirme.
Besos
Fumadoras y fumadores, un día tendremos que plantearnos el dejar de fumar... y otro día intentarlo.
Neruda
Hablas del temor a dejar de sentir cerca a las personas que quieres, sin embargo yo desde que se murió mi padre estoy convencido de que me volveré a encontrar con él.
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