Entrada sin título
Hoy mi mujer me ha traído a la memoria tiempos no muy lejanos en los que arrastrado por la moda quise convertirme en un metrosexual. Me lo ha recordado no de muy buenos modos y tampoco se lo reprocho, pues aun no le he comprado la Epi Lady que le estropeé al quitarme los pelos del pecho.
No me da ningún tipo de reparo en admitir que he utilizado un artículo exclusivamente femenino, tampoco es el primero, ya que siendo adolescente y por equivocación, me lavé el pelo durante una buena temporada con un producto llamado Lindemil, y que utilizan las señoras para lavarse ciertas zonas.
Y la verdad es que mi iba de maravilla ya que me dejaba el pelo muy suave y sedoso. Ahora y con el paso del tiempo me sorprende que después de haberlo utilizado tanto no se me haya rizado el cabello. También es cierto que aquella sensación de frescura en la cabeza no la he vuelto a sentir jamás.
Juro que fue un error, pues yo lo pregunté a gritos desde la ducha “¿cuál es el champúúú?”... “el bote con el líquido azuuul”, me respondió mi madre supongo que por equivocación. O pudiera ser que no, que lo hiciese intencionadamente, pues a la edad que yo tenía entonces, ella sabía que cuando no tenía un coño el la cabeza, tenía la cabeza en un coño.
Me di cuenta del error cuando ví a mi hermano lavarse la cabeza… No era el azul mamá, era el azul verdoso.
Ese es uno de mis secretos mejor guardados hasta ahora.
Aún la semana pasada sin ir más lejos, también por equivocación anduve un par de días con los tejanos de mi mujer puestos, y la verdad es que me sentaban tan bien como el Lindemil al pelo.
La cintura al menos era de mi talla, pero la pierna no lo sé, porque siendo 15 cm más alto que mi mujer lo lógico es que me quedasen por las pantorrillas, sin embargo yo no recuerdo haberme visto raro cuando me los puse y me miré de arriba abajo.
Tampoco ninguna de la gente con la que estuve me dijo nada de que me quedaban cortos o me preguntaron si yo había crecido.
Hoy en día de la gente poco puedes esperar, parece como si le diese apuro decirte las cosas, ya puedes tener la cremallera de la bragueta abierta e ir por la calle tan tranquilo que nadie te avisará de tu despiste.
Nadie, ni por la calle, ni en la oficina, ni en la cafetería… ¡nadie!. De no ser porque me entraron ganas de hacer pis a eso de las seis de la tarde, hubiese estado con ella abierta hasta las nueve de la noche… y no es una broma que a las nueve de la noche en este tiempo refresca de cuidado.
Cuando era un chaval si alguien te veía por la calle con la bragueta abierra no tenía ningún reparo en avisarte, “chaval, te va a escapar el pajarito”. Claro que hoy no me hubiese hecho ninguna gracia que me lo dijesen de ese modo, porque tanto el menda como el pajarito hemos crecido juntos, yo me he convertido en hombre y el pajarito en polla… y no me escapa, no, que la llevo empalmada al cuerpo como si fuese una parte más del mismo, y allá donde vaya yo le voy detrás.
Uys, las nueve y media… me lo estaba pasando bien pero corto ya que dentro de media hora empieza “Cuéntame” y quiero verla.
No me da ningún tipo de reparo en admitir que he utilizado un artículo exclusivamente femenino, tampoco es el primero, ya que siendo adolescente y por equivocación, me lavé el pelo durante una buena temporada con un producto llamado Lindemil, y que utilizan las señoras para lavarse ciertas zonas.
Y la verdad es que mi iba de maravilla ya que me dejaba el pelo muy suave y sedoso. Ahora y con el paso del tiempo me sorprende que después de haberlo utilizado tanto no se me haya rizado el cabello. También es cierto que aquella sensación de frescura en la cabeza no la he vuelto a sentir jamás.
Juro que fue un error, pues yo lo pregunté a gritos desde la ducha “¿cuál es el champúúú?”... “el bote con el líquido azuuul”, me respondió mi madre supongo que por equivocación. O pudiera ser que no, que lo hiciese intencionadamente, pues a la edad que yo tenía entonces, ella sabía que cuando no tenía un coño el la cabeza, tenía la cabeza en un coño.
Me di cuenta del error cuando ví a mi hermano lavarse la cabeza… No era el azul mamá, era el azul verdoso.
Ese es uno de mis secretos mejor guardados hasta ahora.
Aún la semana pasada sin ir más lejos, también por equivocación anduve un par de días con los tejanos de mi mujer puestos, y la verdad es que me sentaban tan bien como el Lindemil al pelo.
La cintura al menos era de mi talla, pero la pierna no lo sé, porque siendo 15 cm más alto que mi mujer lo lógico es que me quedasen por las pantorrillas, sin embargo yo no recuerdo haberme visto raro cuando me los puse y me miré de arriba abajo.
Tampoco ninguna de la gente con la que estuve me dijo nada de que me quedaban cortos o me preguntaron si yo había crecido.
Hoy en día de la gente poco puedes esperar, parece como si le diese apuro decirte las cosas, ya puedes tener la cremallera de la bragueta abierta e ir por la calle tan tranquilo que nadie te avisará de tu despiste.
Nadie, ni por la calle, ni en la oficina, ni en la cafetería… ¡nadie!. De no ser porque me entraron ganas de hacer pis a eso de las seis de la tarde, hubiese estado con ella abierta hasta las nueve de la noche… y no es una broma que a las nueve de la noche en este tiempo refresca de cuidado.
Cuando era un chaval si alguien te veía por la calle con la bragueta abierra no tenía ningún reparo en avisarte, “chaval, te va a escapar el pajarito”. Claro que hoy no me hubiese hecho ninguna gracia que me lo dijesen de ese modo, porque tanto el menda como el pajarito hemos crecido juntos, yo me he convertido en hombre y el pajarito en polla… y no me escapa, no, que la llevo empalmada al cuerpo como si fuese una parte más del mismo, y allá donde vaya yo le voy detrás.
Uys, las nueve y media… me lo estaba pasando bien pero corto ya que dentro de media hora empieza “Cuéntame” y quiero verla.
Hasta mañana.
7 han comentado:
jajajaja, joder Manolo, sí que eres despistado, eh???
Mi padre solía decirme que el hecho de que la mía se encontrara unida también a mi cuerpo era el único motivo por el cual no la había perdido ya hacía tiempo.
"Non a perdes porque a tes presa".
Manolo,
creo que tienes que reponer la Epy Lady esa, eh?
y hablando de champú...pasé la noche del sábado en un hotel, antes de acostarme me fuí al baño para lavarme la cara y con esa letra tan pequeña que tienen las botellitas, me decidí por la de color verde. me acosté y al rato me digo, ostras, tengo la cara acartonada...cogí las gafas y volví al baño...leí la botellita verde: champú (*#¬&#!)...
Es verdad, eso de que cuando eres niño la gente te dice las cosas sin reparo lo pienso muchas veces, y los adultos ahí mirándonos con cara de amargaos.. aiiins cambiemos el chip y no nos amarguemos la existencia!!
jajajajaj, ¡qué despiste manolo!
La verdad es que, hoy en día, cada cual va a lo suyo.
Por cierto, los jueves hago lo imposible para estar delante de la tele a las diez de la noche y no perderme "Cuéntame". Qué pedazo de serie española.
Besos
sarinha
Un poco despistado si que soy, o bastante mejor dicho.
eulogio
sabias palabras, recuerdalas para cuando se las tengas que decir a tu hijo.
volvoreta
jejeje... ya te vale también.
Una vez me extendí pasta de dientes por la cara en lugar de crema de afeitar. Menos mal que por el olor me di cuenta a tiempo...
gloria
si que es cierto. Supongo que si de mayores no nos decimos las cosas es por temor de que a la otra persona le parezca mal.
gracias por la visita.
camen
en mi casa los jueves me apropio del mando de la tele y de 10 hasta que acabe no quiero escuchar ni una mosca.
Estoy enganchadisimo a cuéntame. No se hizo jamás en España ni serie ni película como ella.
Besos para ellas, saludos para eulogio.
¡Epy Lady ni mariconadas! Donde estén los tirones de la cera... (Yo lo intenté y no pude soportar el dolor, me he tenido que pasar a la cuchilla de toda la vida.)
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