Tengo sed de vino
Hoy han aparecido ya por el trabajo los primeros comerciales para vender los paquetes de obsequios navideños, y ya era hora porque este año no sé por qué, el botellero se me ha quedado vacío antes de tiempo.
Claro que eso de que no sé por qué no se lo cree nadie, así que será mejor que diga la verdad. Este año he bebido más de la cuenta.
El caso es que el Albariño y el Rioja se han agotado mucho antes de lo previsto, y debe ser cosa de la edad que me está cambiando el paladar y me lo está volviendo más fino, porque antes no lo soportaba y sin embargo ahora cada vez me gusta más el vino.
Quizá lo de antes fuese a consecuencia de lo harto que quedé después de hacer un botellón junto con un grupo de amigos durante unas fiestas del barrio, quienes bajo el palco de la música bebimos un par de litros de vino de mesa marca COES, al mismo tiempo que dimos cuenta de un paquete de cigarrillos marca CELTAS sin filtro.
Por si alguien no lo conoce y por hacer una comparación, aquel COES era al vino lo que Manolo “el del Bombo” a la música clásica. Ambas marcas, cigarros y vino, estaban hechas ex profeso para paladares encallecidos.
Tendríamos sobre 12 ó 13 años y fuimos los pioneros del botellón, eso sí, salvadas un par de diferencias como pueden ser las del cubata por el vino y los porros por los cigarrillos.
Porque no le digas a un joven de hoy de hacerse un botellón con vino, yo al menos lo he probado y lo único que he conseguido es que se burlasen de mí.
Fue hace muy poco, era una noche de fiestas en el pueblo y quise ir de enrollado con media docena de adolescentes del lugar que estaban tranquilamente hablando de sus cosas en la plaza, y pensando que aplaudirían mi idea me acerqué hasta ellos y se lo propuse sin rodeos:
-que chavales, ¿nos hacemos un botellón?...-
Al principio la idea les entusiasmó aunque pusieron la excusa de no tener dinero, pero… para eso estaba yo allí, así que saqué cinco euros de la cartera y dándoselos al que me pareció más responsable, le dije:
-vete por unos cartones de Don Simón que esta noche partimos con la pana…-
¡Joder con los mocosos!, ni que les contase un chiste. Pretendían que les diese para ron, ginebra y Coca Cola.
-lo siento chavales, pero yo he dejado las drogas duras hace mucho -, y me di media vuelta y allí los dejé.
No sé si al final hicieron botellón o no, pero más tarde y cuando amanecía tiraban petardos, gritaban y hacían barullo delante de mi casa para tocarnos los cataplines a quienes dormíamos.
Apostaría que esos son de los que toman pastillitas, de ahí que aguanten tanto. Y claro, le hicieron ascos al vino que yo les pagaba porque según tengo entendido con la pastillita va bien el agua, que yo entiendo que debe ser así porque también va bien con las aspirinas.
Pero bueno, yo no puedo hablar mal de nadie porque también tengo mis vicios. Y me han regalado un riquísimo jamón de Teruel y no voy a esperar a que me regalen el vino pese a que la Navidad está cerca y presumo me felicitarán con un buen surtido.
Además he visto el catálogo, y oye, ni que estuviese embarazado, porque me entró un antojo de jamón y vino que no te lo puedes imaginar.
Claro que eso de que no sé por qué no se lo cree nadie, así que será mejor que diga la verdad. Este año he bebido más de la cuenta.
El caso es que el Albariño y el Rioja se han agotado mucho antes de lo previsto, y debe ser cosa de la edad que me está cambiando el paladar y me lo está volviendo más fino, porque antes no lo soportaba y sin embargo ahora cada vez me gusta más el vino.
Quizá lo de antes fuese a consecuencia de lo harto que quedé después de hacer un botellón junto con un grupo de amigos durante unas fiestas del barrio, quienes bajo el palco de la música bebimos un par de litros de vino de mesa marca COES, al mismo tiempo que dimos cuenta de un paquete de cigarrillos marca CELTAS sin filtro.
Por si alguien no lo conoce y por hacer una comparación, aquel COES era al vino lo que Manolo “el del Bombo” a la música clásica. Ambas marcas, cigarros y vino, estaban hechas ex profeso para paladares encallecidos.
Tendríamos sobre 12 ó 13 años y fuimos los pioneros del botellón, eso sí, salvadas un par de diferencias como pueden ser las del cubata por el vino y los porros por los cigarrillos.
Porque no le digas a un joven de hoy de hacerse un botellón con vino, yo al menos lo he probado y lo único que he conseguido es que se burlasen de mí.
Fue hace muy poco, era una noche de fiestas en el pueblo y quise ir de enrollado con media docena de adolescentes del lugar que estaban tranquilamente hablando de sus cosas en la plaza, y pensando que aplaudirían mi idea me acerqué hasta ellos y se lo propuse sin rodeos:
-que chavales, ¿nos hacemos un botellón?...-
Al principio la idea les entusiasmó aunque pusieron la excusa de no tener dinero, pero… para eso estaba yo allí, así que saqué cinco euros de la cartera y dándoselos al que me pareció más responsable, le dije:
-vete por unos cartones de Don Simón que esta noche partimos con la pana…-
¡Joder con los mocosos!, ni que les contase un chiste. Pretendían que les diese para ron, ginebra y Coca Cola.
-lo siento chavales, pero yo he dejado las drogas duras hace mucho -, y me di media vuelta y allí los dejé.
No sé si al final hicieron botellón o no, pero más tarde y cuando amanecía tiraban petardos, gritaban y hacían barullo delante de mi casa para tocarnos los cataplines a quienes dormíamos.
Apostaría que esos son de los que toman pastillitas, de ahí que aguanten tanto. Y claro, le hicieron ascos al vino que yo les pagaba porque según tengo entendido con la pastillita va bien el agua, que yo entiendo que debe ser así porque también va bien con las aspirinas.
Pero bueno, yo no puedo hablar mal de nadie porque también tengo mis vicios. Y me han regalado un riquísimo jamón de Teruel y no voy a esperar a que me regalen el vino pese a que la Navidad está cerca y presumo me felicitarán con un buen surtido.
Además he visto el catálogo, y oye, ni que estuviese embarazado, porque me entró un antojo de jamón y vino que no te lo puedes imaginar.
Sigo con antojos, y eso que ya he cenado...
10 han comentado:
Esode paladares encallecidos ha sido del carallo, jejeje y mira pos que te digo que si no te regala nadie el vino, me lo dices y yo te mando unas botellitas, ea.
Saludos.
Del carallo, si señor.
Gracias amigo, pero de verdad que si me regalasen otras cosas como me regalan vino sería un afortunado jajaja.
Mis amistades acostumbran a visitarme siempre con una botella bajo el brazo.
Pero de verdad que te lo agradezco.
un abrazo
Peor lo tiene un amigo que ya le ha dicho su jefe que este año nada de Cesta de Navidad, una cajita de Viagra para que acuda más relajado a la oficina que dice que este año le ha encontrado MUY TENSO.
Saludos Cordiales.
En mis buenos tiempos los botellones se hacían con cajas de cervezas que, por cierto se reciclaban. (Devolvías la caja y te daban algo de dinero)
Abrías el meletero del coche en la playita del embalse y allí estaba la caja de "Mahou".
No es tan distinto.
En vinos te aconsejo un Mecía o un Godello de Valdeorras.
Vaya paladar el tuyo Manolo!!!
Con esa mesa cualquiera tiene un antojito de vez en cuando.
Besos y buen día
Y a mí que no me gusta el vino...
No te preocupes por el desaire de los muchachitos, Manolo, es que son ignorantes y aún no son conscientes de lo que se pierden...desagradecidos haberlos los hayen todas partes.
A mí lo que me ha "encandilao" es ese precioso mantel de Lagartera que soporta esos manjares... lástima que ya cené.
Un bico
pues salud amigo !!!
cuanto han mejorado ultimamente algunos vinos... y que caros se han puesto.
Un buen vino con un buen jamón y un quesito, ummmmm que rico.
Oye Manolo... acuerdate un poquito de los demás y comparte el jamoncito eh? jajajaja.
Lo de los jóvenes con el ron y la ginebra no me extraña nada, y ya estoy yo temiéndole a que mi hijo empiece a hacer botellón (pienso camuflar el coche, aparcarlo estratégicamente y espiar cada uno de sus movimientos, jajaja)
Un beso.
Publicar un comentario