martes, 19 de julio de 2011

Cosas mías

Distinguidos lectores, queridísimas lectoras, querid@s amig@s, etc. etc. y etc. Hoy es miércoles 20 de julio, ya va medio verano en el carallo y hasta el día de la fecha sólo pude darme un baño en la playa y más que un baño fue un chapuzón porque el agua estaba fría del copón.
Sigo pensando en que no hay derecho a esto, que una gran parte de España se esté torrando al sol mientras aquí estamos fresquitos y de cuando en cuando con lluvia. ¡Yo quiero playa joder!, comer tortilla a la sombra de los pinos, hacer unos largos en el agua, hacer castillos de arena y saltarme la legalidad vigente cazando berberechos aún a riesgo de que los vigilantes de las Cofradías de Mariscadores me cacen a mí.
Eso sí, si cazo berberechos con un par de ellos me llegan para comerlos ipso facto e in situ, no te vayas a creer que cazo un saco de ellos, ni mucho menos, ni siquiera un puñado para hacerme una empanada. El trabajo del marisqueo es muy jodido y sufrido y no seré yo quien les robe el sustento a mis paisanos, para eso están los guiris. Aunque igual que digo una cosa digo la otra y si los percebes se diesen por la zona de Rianxo, que es la playa que suelo frecuentar, otro gallo cantaría y me pasaría por el arco del triunfo a los vigilantes de las cofradías, porque la diferencia en sabor y en precio es proporcional al riesgo en cazarlos.
Ya ves, me van los deportes de riesgo siempre y cuando estos no impliquen levantar los pies del suelo. Es decir, que he practicado y me gusta el submarinismo a pelo o con botella de oxígeno, me gusta el rafting y me apasiona tumbarme en el sofá cuando mi mujer está a punto de llegar y tengo sin hacer las tareas del hogar.
Ahora bien, nada de puenting, parapente o todo aquello que haga que mis pies se despeguen del suelo, salvo que esté borracho, porque entonces no hay ni deporte ni nada que me acojone. Ni siquiera mi mujer, que puede llegar y encontrarse la casa sin hacer y a mi tumbado en el sofá con las manos en los huevos (ya sé que lo digo muchas veces, pero es esta mi postura habitual). Si tengo 2 vinos encima soy capaz de hacerle frente a ella y a una jaula de fieras.
Quién sería el que inventó el vino, quién supiera quien fue para hacerle el monumento que se merece. Ese vino al que cuando brindo con él le dedico alabanzas y loas del tipo: "este vino cristalino, nacido entre las montañas, duro eres, tú me matas, pero cagondios, vas a saber con quien tratas".
Una exquisitez para nuestro paladar cuando es bueno, un veneno para nuestro hígado cuando es malo. En cualquier caso y si coloca nos hace vivir la vida loca.
Yo que no soy un bebedor habitual ya que lo hago sólo en ocasiones extraordinarias, cuando lo hago es siempre con vino y no con otra cosa, aunque a decir verdad como tenga a mano una botella de licor de orujo, puedo chupar de ella hasta caerme de culo. Porque si algo tiene de especial este licor es que mientras lo tomas sentado todo va bien, sin embargo es al ponerte de pie cuando sientes los efectos adversos, como por ejemplo el sentir que todo da vueltas alrededor de ti. Incluso cuando te acuestas luego de pasarte con el licor por muy agarrado que estés a la cama ves como tu habitación gira alrededor de ésta. Esto me ha pasado cienes y cienes de veces y he encontrado el santo remedio para que todo este quieto: meter la cabeza bajo la almohada y por si esto no es suficiente, un cubo al lado de la cama por si con tanta vuelta me mareo.
Y debe ser que por ser casi abstemio que a un nada que bebo me agarro un pedo y yo cuando estoy pedorro canto y cuando canto lo hago de puta pena. ¿Te acuerdas de la etapa de cantante de Jesulín de Ubrique y lo malo que era?... pues yo lo supero, y no sólo borracho, sino que incluso sereno.
Porque también me gusta cantar, canto en la ducha, canto conduciendo, canto trabajando y de un tiempo a esta parte también canto a la hora de follar. Ojito, he dicho a la hora de follar no follando, lo que pasa es que como últimamente follo poco se me da por cantar para disimular que estoy jodido por no joder. Y quién sabe, a lo mejor un día de estos y para que me calle la mujer me pide sexo para no tener que escucharme.
Y es que a pesar de que llevo ya tres años con este blog hay muchas cosas que no sabéis de mí porque me las he callado, por ejemplo: ¿sabéis que mi mujer a veces ronca?... Bueno, pues si alguno lo supiese exijo una explicación del por qué lo sabe. Y seguro que tampoco os he contado el mayor y peor de mis vicios: morderme las uñas hasta hacerlas sangrar. Sí, muchas veces y hablando con otra gente que tiene también este cochino vicio se quejan del mismo, y cuando les enseño mis dedos se quedan asombrados y me dicen que lo mío es de record.
Y ya que hablo de records, tampoco os he contado que ostento un record que no he reconocido pero que bien pudiera estar en el libro Guinnes. Asómbrense, señores, señoras y señoritas, pero quien esto escribe puede presumir de echarse la corrida más grande de la historia, la cual fue de nada más y nada menos que de 16 km. y pico, jejeje. ¡Un As!.
Llevé a cabo esa proeza sin quererlo ni proponérmelo, pero una mañana cuando estaba a punto de salir de casa para el trabajo mi mujer se puso a tiro y ya que estaba a tiro me la tiré. Estaba pendiente de la jugada y de reojo atento al reloj ya que se me hacía tarde. Cuando la primera gota de semen salió de mi miembro viril, la saqué, la enfundé y salí a toda ostia para trabajar. Hice los 16 km. a 100 por hora, más cuando llego al trabajo y nada más bajarme del coche... sin quererlo yo me salió el resto dejándome un manchón de cojones en la zona de los mismos más la consiguiente vergüenza ya que ni supe ni quise explicar el hito que acababa de alcanzar.
Pero ahí queda esa marca, en el pantalón no porque se lavó y salió, pero cada vez que la recuerdo me aumenta muchísimo el ego. ¡Una corrida de 16 km.!... Y dicho esto lo cual se puede confirmar, reto a cualquiera a que bata este record.
Bueno, por hoy ya basta que los miércoles no es precisamente un buen día para escribir, por lo tanto: "colorín colorado, esta entrada se ha acabado".

2 han comentado:

Dina dijo...

Aaaaaaaaaaaaay, niño, hoy que llegaba el día "odioalahumanidadentera"(y más concretamente a la del sexo opuesto) has conseguido, como siempre, arrancarme grandíiiiiiiiiiiiisimas carcajadas, jajajaja... gracias, cielo, ¿que haría yo sin tí?

Eeeeeeeeeeeeeeeeeeto, si no te importa no recojo el guante del reto... no por cobardía, si no porque creo que me resultaría un poco difícil lo de la corrida... y sólo por cuestiones genéticas (vaya tontería, verdad?)

Dina dijo...

Fe de erratas:

Donde dice: "...hoy que llegaba el día..."

debe decir: "...hoy que llevaba el día..."