La lentitud de la justicia
Distinguidos lectores, queridísimas lectoras, querid@s amig@s, etc. etc. y etc. Si mal no recuerdo en la escuela me enseñaron que la luz se transmite a la velocidad de 300.000 km. por segundo, esto puede ser en la teoría, pero lo que es en la práctica aquí estoy yo para desmentirlo.
Hechos en los que me baso: el interruptor de mi salón se encuentra a menos de 3 metros de la lámpara y en cuanto le doy tengo que esperar unos 20 minutos a que esa se encienda. Conclusión: si la luz corre a la velocidad que se dice, debo tener un cable que en lugar de ir directamente del interruptor a la lámpara, hace un recorrido que va desde Sigüeiro a Singapur, de Singapur a Pekin, de Pekín a Nueva York, de ahí a Chicago, da un rodeo por Tenerife desde donde va a Villagarcía de Arosa, ahí reposa un rato y vuelta a hacer el mismo recorrido al menos 4 veces, hasta llegar a mi lámpara que después de tanto ir y venir se enciende.
Esto se soluciona fácilmente dando al interruptor 20 minutos antes de que anochezca para que en el momento que lo haga se encienda. Ahora bien, lo que yo quisiera saber y dado a lo que pago en el recibo de la luz es que si los gastos de tan largo viaje corren de mi parte. Yo apostaría a que sí pese a que en el recibo no se especifica nada de cargo por aduanas ni de transporte.
Pudiera ser también que a la hora de medir la velocidad de la susodicha luz se hayan equivocado y en lugar de ir a los 300.000 km/segundo, corra a la velocidad de la justicia, la cual corre muy despacio. Basta con decir que va para un mes que he puesto dos denuncias a mi enemigo del alma y que todavía no ha recibido ninguna notificación al respecto.
Bueno sí, la ha recibido porque yo mismo se lo he dicho y en toda su redondeada cara: "te he puesto dos denuncias, una por lo penal y otra por lo laboral, y me guardo otras dos para irte jodiendo poco a poco". ¡Ole mis huevos!, ¿a que sí?... pues claro que sí.
Pena de no sacarle una foto a la cara del otro cuando así de tranquilo se lo he espetado en todo el morro. Quizás cuando llegue el momento de juicio y si solicito el pertinente permiso y como si de un parto se tratase, pueda entrar con una cámara de vídeo y así poder grabarle, porque me gustaría quedarme con un recuerdo y nada mejor para ello que plasmar en imágenes el momento del acontecimiento, con la correspondiente cara de asombro cuando le digan porque está denunciado y de lo cual no tiene ni siquiera la más remota sospecha.
Porque eso sí, decir se lo he dicho, y ¡ole otra vez mis huevos!, que cuando me preguntó el por qué lo había denunciado mi respuesta fue: porque no tenía otra cosa que hacer.
El caso es que estoy ansioso de que llegue el momento de vérmelas cara a cara con él susodicho enemigo y en presencia de un juez, y además digo porque lo sé con certeza, que detrás de mí iran otros que también han presentado la correspondiente denuncia, pues el sujeto en cuestión está muy mal acostumbrado y muy mal informado. No se ha enterado de que Franco está muy muerto y que las leyes son para cumplir y que no se pueden pasar por el forro de los huevos aunque estés forrado de euros.
Y es que señores, señoras y señoritas, con esto de la crisis y el paro me parece a mi que los empresarios van de sobrados, tomándose al currante por un monigote del que hacen y deshacen lo que se les antoje. Es cierto que para el puesto de uno tienen cien a la puerta, ahora bien, si quieren que entre el de fuera primero deben sacar al que está dentro, eso sería lo correcto, claro que en este país llamado aquí los supuestos "empresarios", son más dados a hacerte la puñeta hasta aburrirte, amargarte y putearte para ahorrarse los euros que te corresponden como finiquito.
Por esa razón me encuentro en mi puesto de trabajo sin más misión que estar cruzado de brazos, vigilado en todo momento incluso cuando voy al baño atentos por si cago, meo o me la meneo y viendo como las funciones que durante 37 años vine realizando ahora las desempeñan sus hijos o una empresa de fuera.
Que bueno fui mientras fui bueno que hasta en cierta ocasión me agradeció que les hubiese enseñado todo lo que sabía aún sabiendo yo como me lo pagaría y que al final me está pagando como yo acertadamente me imaginaba.
Ahora estoy a la espera de que le lleguen las notificaciones, y quien espera desespera y yo empizo a estar impaciente por la tardanza en el tema. Quizá la tardanza sea porque la justicia está de vacaciones, quizá sea porque al igual que la electricidad que va desde el interruptor hasta la lámpara da tres vueltas al mundo antes de encenderse y que el requerimiento para el juzgado haga el mismo recorrido que la corriente.
Y señores, señoras y señoritas, siendo así peor irá el país y más tardaremos en salir de esta crisis, pues yo que soy contable no soy capaz ni siquiera de intuir la pasta que el estado se gastará en sellos de correo más los gastos añadidos por ser estos correos certificados con acuse de recibo.
En fin, sigo a la espera de la llegada de las notificaciones con el mismo ansia que un crío espera la llegada de los Reyes Magos, ahora bien, mi paciencia se está agotando y puesto que cuento con el atenuante de estar bajo tratamiento psiquiátrico, un día armo en el curro la marimorena y que sea lo que Dios quiera.
He dicho y que conste en acta por si algún día se me va la olla y monto la de Dios es Cristo, que tengo un informe psiquiátrico que dice textualmente que hay un alto riesgo de que sea heteroagresivo en mi puesto de trabajo.
Hechos en los que me baso: el interruptor de mi salón se encuentra a menos de 3 metros de la lámpara y en cuanto le doy tengo que esperar unos 20 minutos a que esa se encienda. Conclusión: si la luz corre a la velocidad que se dice, debo tener un cable que en lugar de ir directamente del interruptor a la lámpara, hace un recorrido que va desde Sigüeiro a Singapur, de Singapur a Pekin, de Pekín a Nueva York, de ahí a Chicago, da un rodeo por Tenerife desde donde va a Villagarcía de Arosa, ahí reposa un rato y vuelta a hacer el mismo recorrido al menos 4 veces, hasta llegar a mi lámpara que después de tanto ir y venir se enciende.
Esto se soluciona fácilmente dando al interruptor 20 minutos antes de que anochezca para que en el momento que lo haga se encienda. Ahora bien, lo que yo quisiera saber y dado a lo que pago en el recibo de la luz es que si los gastos de tan largo viaje corren de mi parte. Yo apostaría a que sí pese a que en el recibo no se especifica nada de cargo por aduanas ni de transporte.
Pudiera ser también que a la hora de medir la velocidad de la susodicha luz se hayan equivocado y en lugar de ir a los 300.000 km/segundo, corra a la velocidad de la justicia, la cual corre muy despacio. Basta con decir que va para un mes que he puesto dos denuncias a mi enemigo del alma y que todavía no ha recibido ninguna notificación al respecto.
Bueno sí, la ha recibido porque yo mismo se lo he dicho y en toda su redondeada cara: "te he puesto dos denuncias, una por lo penal y otra por lo laboral, y me guardo otras dos para irte jodiendo poco a poco". ¡Ole mis huevos!, ¿a que sí?... pues claro que sí.
Pena de no sacarle una foto a la cara del otro cuando así de tranquilo se lo he espetado en todo el morro. Quizás cuando llegue el momento de juicio y si solicito el pertinente permiso y como si de un parto se tratase, pueda entrar con una cámara de vídeo y así poder grabarle, porque me gustaría quedarme con un recuerdo y nada mejor para ello que plasmar en imágenes el momento del acontecimiento, con la correspondiente cara de asombro cuando le digan porque está denunciado y de lo cual no tiene ni siquiera la más remota sospecha.
Porque eso sí, decir se lo he dicho, y ¡ole otra vez mis huevos!, que cuando me preguntó el por qué lo había denunciado mi respuesta fue: porque no tenía otra cosa que hacer.
El caso es que estoy ansioso de que llegue el momento de vérmelas cara a cara con él susodicho enemigo y en presencia de un juez, y además digo porque lo sé con certeza, que detrás de mí iran otros que también han presentado la correspondiente denuncia, pues el sujeto en cuestión está muy mal acostumbrado y muy mal informado. No se ha enterado de que Franco está muy muerto y que las leyes son para cumplir y que no se pueden pasar por el forro de los huevos aunque estés forrado de euros.
Y es que señores, señoras y señoritas, con esto de la crisis y el paro me parece a mi que los empresarios van de sobrados, tomándose al currante por un monigote del que hacen y deshacen lo que se les antoje. Es cierto que para el puesto de uno tienen cien a la puerta, ahora bien, si quieren que entre el de fuera primero deben sacar al que está dentro, eso sería lo correcto, claro que en este país llamado aquí los supuestos "empresarios", son más dados a hacerte la puñeta hasta aburrirte, amargarte y putearte para ahorrarse los euros que te corresponden como finiquito.
Por esa razón me encuentro en mi puesto de trabajo sin más misión que estar cruzado de brazos, vigilado en todo momento incluso cuando voy al baño atentos por si cago, meo o me la meneo y viendo como las funciones que durante 37 años vine realizando ahora las desempeñan sus hijos o una empresa de fuera.
Que bueno fui mientras fui bueno que hasta en cierta ocasión me agradeció que les hubiese enseñado todo lo que sabía aún sabiendo yo como me lo pagaría y que al final me está pagando como yo acertadamente me imaginaba.
Ahora estoy a la espera de que le lleguen las notificaciones, y quien espera desespera y yo empizo a estar impaciente por la tardanza en el tema. Quizá la tardanza sea porque la justicia está de vacaciones, quizá sea porque al igual que la electricidad que va desde el interruptor hasta la lámpara da tres vueltas al mundo antes de encenderse y que el requerimiento para el juzgado haga el mismo recorrido que la corriente.
Y señores, señoras y señoritas, siendo así peor irá el país y más tardaremos en salir de esta crisis, pues yo que soy contable no soy capaz ni siquiera de intuir la pasta que el estado se gastará en sellos de correo más los gastos añadidos por ser estos correos certificados con acuse de recibo.
En fin, sigo a la espera de la llegada de las notificaciones con el mismo ansia que un crío espera la llegada de los Reyes Magos, ahora bien, mi paciencia se está agotando y puesto que cuento con el atenuante de estar bajo tratamiento psiquiátrico, un día armo en el curro la marimorena y que sea lo que Dios quiera.
He dicho y que conste en acta por si algún día se me va la olla y monto la de Dios es Cristo, que tengo un informe psiquiátrico que dice textualmente que hay un alto riesgo de que sea heteroagresivo en mi puesto de trabajo.
4 han comentado:
Todo llegará Manolo, ya sabes que no hay mal que cien años dure ni cuerpo que lo aguante.
El otro día aprendí gallego, fuimos a la fiesta de los "gallegos", a un LAR y nos clavaron en la cruz con la cuenta, eso sí aprendí gallego, no paraba de decirle al camarero "eu carallo"....
Un abrazo y ten paciencia y ya sabes, aguanta con estoicidad amigo
¿Qué los empresarios van de sobrados? Que vaaaaa...¡cómo se te ocurre semejante disparate!
La culpa de lo de la lámpara es del atasco, que nadie se acuerda del puto atasco.
Por cierto, veo asombrado que sigues teniendo relación con tu enemigo.
Senovilla, aguanto mientras puedo, pero la situación me sobrepasa, estar todo el día cruzado de brazos es el peor de los trabajos.
Bien por tus progresos en el gallego, con el "carallo" por delante vas a cualquier sitio, y para prosperar en tu aprendizaje la siguiente frase sería "me cajo na cona".
Lakacerola, ya se que es un disparate, pero qué se puede esperar de quien tiene un cable cruzado.
Logio, al enemigo mejor tenerlo cerca y de frente, ponerle cara de felicidad y al mismo tiempo ir jodiéndolo y sin darle tregua.
La estrategia me está funcionando ya que lo tengo desconcertado y muy nervioso.
Lo mío sólo es impaciencia y prisa por ir al juzgado.
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