jueves, 28 de febrero de 2008

El guerrero domado

Ayer cuando me iba para cama encontré tirado en el suelo del pasillo un Action Man de mi hijo… bueno, era de él mejor dicho, ahora el chaval ya está en edad de andar detrás de las niñas y no de jugar con muñecos…
El apuesto y fornido Action Man, ha modificado su estilo de vida y ahora es compañero de la Barbie de mi niña. Puede que para él sea esta una vida más sosegada y tranquila, pero coño, visto así, a los ojos de terceros, mucho ha cambiado y no precisamente para bueno.
Lo recogí del suelo y mantuve una charla con él.

"¡Quién te ha visto y quién te ve!..., ¿dónde están tus armas, qué han hecho con tu ropa?.
Tus músculos bien definidos que no hace mucho despertaban mi envidia y admiración ahora ya no me impresionan, tampoco me impone la expresión de dureza que aun conservas en el rostro.
Has cambiado una vida llena de aventuras por esto…, ¡pero mírate bien, coño!... que te han dejado tirado en el pasillo como si fueses cualquier cosa.
Te estoy hablando a ti, sí, a ti…, al que fuera un intrépido guerrero, al ganador de mil batallas, al vencedor de las incontables luchas que has mantenido contra las más peligrosas bestias que habitan en las profundas aguas de la imaginación de un niño.

Ahora estás tirado por el suelo sin dar muestras de valor, sin una pizca de orgullo.
¿Dónde están tus pantalones de camuflaje y tu traje de neopreno?... ¿es que no ves que te han dejado en pelotas?.
Has permitido que te sacasen del armario contra tu voluntad sin siquiera plantar batalla,
sucumbiendo y doblegándote a unas tetas de plástico.
Que ahora tienes un descapotable… sí, pero es rosa
.
Si ni siquiera eres el padre de la criatura que la Barbie embarazada lleva en su panza por mucho que le vaya a poner tu apellido.
Que triste destino el tuyo. Te puedo asegurar que mis Madelman tuvieron un final mucho más digno ya que acabaron como acaban los héroes, con los brazos y las piernas rotos y en el cubo de la basura… ¡pero con las botas y los pantalones bien puestos!.
No quiero hablar más contigo, ahí te dejo… me voy para cama… no eres digno de mi compasión".

Bajo el edredón de mi cama, sintiendo el calorcillo y el gusto de tener a mi mujer al lado, me entraron remordimientos por dejarlo allí tirado.
Me levanté a recogerlo y llevarlo para su cama… y he aquí algo que no me esperaba, la Barbie por la que él había dejado todo, compartía lecho con una burda imitación del otrora intrépido guerrero, un Action Man del Todo a 100, muy rubito, mucho menos musculoso y aspecto debilucho.
-"¡Y aun por encima cornudo!"-.
Ante esto no tuve más que presentar mis respetos y mi admiración al muñeco barato que se había metido en la cama a con la impresionante rubia de bote.
Al Action Man lo dejé donde lo había encontrado y me despedí de él con un: "mañana te buscaré unos pantalones".
Sobre mi mesilla de noche dejé una nota para no olvidar algo que hoy quería hacer:
dejar el gimnasio, depilarme el pecho y teñirme el pelo.... las muñecas no se acuestan con los tipos duros.

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