martes, 19 de febrero de 2008

Oda al ahorcado que murió colgado

Pasó por la vida ignorado,
triste, sólo y amargado,
insoportable desesperación
que lo llevó a poner fin a su vida,
por lo que colgose de una viga
para así llamar la atención.

Atándose al cuello un cordel
fue lo último que exclamó:
¡Adios mundo cruel!,
siendo para colmo del difunto
un adios que nadie oyó.

Dirigida al señor juez
dejó una carta a sus pies
diciendo en ella lo que hacía:
sentencia pongo a mi existencia
y aquí me la quito porque es mía.

De la viga cuelga el cuerpo
de quien pasó desapercibido
a quién le importa este muerto
que no importó estando vivo.

Moraleja:
"Si en tu casa vas a colgarte
deja una nota en la puerta o deja ésta entreabierta".

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