Aquel regalo de cumpleaños

Cuando hice los 17 años, mi abuelo cumpliendo con lo que me había prometido, me llevó a ver un partido de fútbol a La Coruña, en el que se enfretaban dos equipos de postín.
Viaje, entrada y alojamiento pagados, si señor, un magnífico regalo y un día que prometía ser inolvidable. Como así fue pese al incidente ocurrido a las 5 de la madrugada.
Las dificultades para encontrar alojamiento nos llevaron hasta un hostal en el que tan sólo tenían una habitación libre.
-No hay problema, el chaval es mi nieto y si no queda más remedio compartiremos cama-, dijo mi abuelo al hostelero mientras este nos enseñaba el cuarto.
Así que mi abuelo y yo nos acostamos en la misma cama.
El cansancio y lo agitado que había sido el día me hicieron caer rendido de sueño en cuanto cerré los ojos…. Pero a las 5 de la madrugada los gritos de mi abuelo me despertaron sobresaltado.
-¡QUIERO UNA MUJER!- gritaba el abuelo ante mi sorpresa.
-pero abuelo, ¿qué dices?…-
-¡NECESITO UNA MUJER AHORAAA!-
-abuelo, eso ahora no puede ser, es imposible- le dije intentando calmarlo.
-¡PUES YO LA NECESITO AHORA!- estaba desenfrenado.
-que no puede ser abuelo, que no puede ser...-
-SIIIIII, Y TIENE QUE SER AHORA MISMO- no entraba en razón.
-mira abuelo, te voy a decir tres razones por las que eso es imposible y espero que las entiendas: la primera es porque son las 5 de la mañana. Segunda, porque tienes 82 años y tercera abuelo… ¡PORQUE LO QUE ESTÁS AGARRANDO NO ES TUYO!-.
Dicho esto la calma volvió al dormitorio y seguimos durmiendo tan placidamente.