Estoy enfermo y no sé que tengo
Hoy me he levantado fresco y sano como una rosa, he acudido a revisión médica que había acordado tras mi problemilla con la próstata y he salido de la consulta enfermo, muy enfermo y lo que es peor, sin un diagnóstico exacto de lo que tengo.
Dando por hecho que sería sometido a un nuevo tacto rectal, acudí mentalizado y preparado para la exploración, pero me he llevado una sorpresa nada más entrar en la consulta que ha cambiado por completo el motivo de mi visita al médico.
Y es que nada más entrar me he encontrado con una joven y guapa doctora que sustituía provisionalmente a mi médico de siempre. Tras presentarse y decirme el motivo por el cual ocupaba su plaza, pasó a preguntarme qué me pasaba.
La verdad es que me dio un poco de apuro el exponerselo, no es que dudase de sus conocimientos pero se me hacía violento ponerme culo en pompa y mostrarle mi ojete, haciéndola pasar por el delicado trance de tener que introducirme el dedo por el mismo, así que tuve que improvisar sobre la marcha otro motivo.
-Verá doctora, es que desde hace unos días me duele aquí- y le señalé con mi mano una parte de mi cuerpo, siendo esta y por puro azar la zona abdominal.
Tras las preguntas de rigor, a las que fui respondiendo “sí” o “no”, según lo iba creyendo oportuno, me mandó echarme en la camilla donde me palpó la zona con sus manos y después de decirle varias veces y a sus preguntas que no me dolía, me quejé con un “ay” cuando lo creí necesario para darle más credibilidad a la cosa.
Me mandó sentarme y después de decirme que no encontraba nada anormal, comenzó a rellenar los impresos para una analítica, una placa y una ecografía, con el fin de averiguar porque me dolía ahí donde ella me había tocado.
La noté confundida, así que para darle una pista más concreta le dije también que a veces no sabía si el dolor procedía por delante o de la espalda. Y otra vez a la camilla donde ahora me mandó echarme boca abajo.
Me dio unos pequeños golpes en la zona lumbar, quejándome yo con otro “ay” cuando lo creí conveniente.
-Me haces también un análisis de orina y pides cita para el urólogo- y rellenó otros dos impresos.
Y porque la doctora empezaba a caerme simpática, añadí para darle más consistencia a mis quejas agotamiento físico, poniéndose ella muy sería y con cara de preocupada.
Me miró la tensión y me dijo que la tenía perfecta… que putada pensé, si la tuviese alterada le daría al menos una pista con la que ella pudiese dar un diagnóstico y al mismo tiempo me tranquilizase, pues yo también comenzaba a preocuparme por mi salud.
Me recetó Nolotil para el dolor, un protector estomacal y un complejo vitamínico para el cansancio.
Al salir de la consulta me encontré con un vecino al que después de comentarle todo lo que podía estar padeciendo me recomendó cuidarme al tiempo que me dijo que se me notaba enfermo porque tenía mala cara… ahora sí que la jodimos.
Dando por hecho que sería sometido a un nuevo tacto rectal, acudí mentalizado y preparado para la exploración, pero me he llevado una sorpresa nada más entrar en la consulta que ha cambiado por completo el motivo de mi visita al médico.
Y es que nada más entrar me he encontrado con una joven y guapa doctora que sustituía provisionalmente a mi médico de siempre. Tras presentarse y decirme el motivo por el cual ocupaba su plaza, pasó a preguntarme qué me pasaba.
La verdad es que me dio un poco de apuro el exponerselo, no es que dudase de sus conocimientos pero se me hacía violento ponerme culo en pompa y mostrarle mi ojete, haciéndola pasar por el delicado trance de tener que introducirme el dedo por el mismo, así que tuve que improvisar sobre la marcha otro motivo.
-Verá doctora, es que desde hace unos días me duele aquí- y le señalé con mi mano una parte de mi cuerpo, siendo esta y por puro azar la zona abdominal.
Tras las preguntas de rigor, a las que fui respondiendo “sí” o “no”, según lo iba creyendo oportuno, me mandó echarme en la camilla donde me palpó la zona con sus manos y después de decirle varias veces y a sus preguntas que no me dolía, me quejé con un “ay” cuando lo creí necesario para darle más credibilidad a la cosa.
Me mandó sentarme y después de decirme que no encontraba nada anormal, comenzó a rellenar los impresos para una analítica, una placa y una ecografía, con el fin de averiguar porque me dolía ahí donde ella me había tocado.
La noté confundida, así que para darle una pista más concreta le dije también que a veces no sabía si el dolor procedía por delante o de la espalda. Y otra vez a la camilla donde ahora me mandó echarme boca abajo.
Me dio unos pequeños golpes en la zona lumbar, quejándome yo con otro “ay” cuando lo creí conveniente.
-Me haces también un análisis de orina y pides cita para el urólogo- y rellenó otros dos impresos.
Y porque la doctora empezaba a caerme simpática, añadí para darle más consistencia a mis quejas agotamiento físico, poniéndose ella muy sería y con cara de preocupada.
Me miró la tensión y me dijo que la tenía perfecta… que putada pensé, si la tuviese alterada le daría al menos una pista con la que ella pudiese dar un diagnóstico y al mismo tiempo me tranquilizase, pues yo también comenzaba a preocuparme por mi salud.
Me recetó Nolotil para el dolor, un protector estomacal y un complejo vitamínico para el cansancio.
Al salir de la consulta me encontré con un vecino al que después de comentarle todo lo que podía estar padeciendo me recomendó cuidarme al tiempo que me dijo que se me notaba enfermo porque tenía mala cara… ahora sí que la jodimos.
Ahora me toca pedir citas, que tal como está la cosa no me darán hasta el año que viene, es que hay gente que va al médico por cualquier cosa y coño, luego las listas de espera engordan y los que estamos jodidos tenemos que esperar la hostia de tiempo para que nos miren, y claro, es normal que alguno se muera antes. Espero no ser yo uno de ellos, toco madera.
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6 han comentado:
Vamos que soy yo, y veo a este matasanos con esas pintas y esos pelos, buff, no tengo patas para correr, le digo: "Espera que me he dejado la olla en el fuego, ahora vengo" y me piro echando leches. Muy bueno el video
jajajaja si es que los hombresos quejais por cualquier cosa
k4rlinhos
si de clavarte el dedo por el culo se trata, como tenga el médico los pelos es lo de menos, aquí lo que de verdad importa, es el tamaño de los dedos.
rosiña
hombressss...jejeje.
no sé, que te metan el dedo por el culo así en frío tiene que joder.
Yo de momento aun no lo he probado, pero... y si me gusta...
Si te cuesta a ti, que llamas a las cosas por su nombre y tienes don de palabra, explicarle a la doctora cual es el motivo de tu visita a su consulta imagínate a otros que no tengan el preciado don... yo que se.... el Chiquilicuatre, por ejemplo.
Por cierto, ¿has pasado ya por algún detector de metales?
¿Seguro?
logio
Pues no, no he pasado por ninguno... pero si lo dices por lo que pienso, he de decir que no siento ninguna alarma cuando dan las horas.
JAJAJA están hecho bosta!!!!, Toni con la TA alta y vos con el supuesto problema de próstata jajaja. No duele Manu el tacto rectal como no duele la Colposcopía que es el acto de tomar material para un Papanicolau...por aquí llamado PAPÁ NICOLAU, PAPÁ NICOLADO, cómo no reímos con mis compañeras con los nombres que la gente le pone a las cosas.
Manu la Dra. era bajita o alta, si era alta debió subirte a una silla para hacerte el exámen jajajajaja.
Hey!!! el niño Guie tiene el premio muy mono. Me despido de vos, Churry(aguanta cariño éste hombre te va a matar con sus problemas!!!), preciosa Lía y Guaísimo Guie con chuiks chuiks y abrazos muy frios del sudeste de la provincia de Córdoba!!!
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