miércoles, 28 de mayo de 2008

El reloj biológico

Si las cosas funcionasen como tienen que funcionar, el reloj que tienes en tu muñeca debería decirte exactamente la hora que es, siendo a la que yo escribo esta entrada las… ¡hostia!, se me ha parado el reloj… que momento más inoportuno para que el jodido se quedase sin pila.
Manda carallo, eso sí que no me lo esperaba yo. Menos mal que se me dio por empezar así esta entrada para hablar de tecnología, porque entonces no me hubiese dado de cuenta hasta vete tú a saber cuando.
Ahora tendré que fiarme de mi reloj biológico para orientarme, así que cuando tenga hambre sabré que es la hora de la cena, cuando tenga gana de orinar sabré que es la hora de ir al baño, si tengo ganas de hacer de vientre sabré que serán las 11 de la mañana y si tengo sueño antes de acostarme sabré que es otra noche más en la que me tocará dormir sin echar antes un kiki.
Que curioso y que extraño esto, no lo digo por lo de acostarme sin echar un kiki, si no por lo bien que funciona el reloj biológico de nuestro organismo y eso que no es de marca, porque un Casio cualquiera lo lleva en su muñeca, pero un Viceroy en la tripa sólo lo llevamos los elegidos.
Lo malo de los relojes biológicos viene cuando cambia la hora. Pongo como ejemplo que a mí en invierno me cuesta mucho adaptarme, ya que me coincide la hora de ir al baño con la de tomar el café. En este caso el biológico manda sobre el de pulsera, pues no es plan cagarse en plena cafetería.
Y ahora que lo miro, como se me ha torcido esta entrada en la que tenía pensado hablar de tecnología y acabé hablando de mis visitas al retrete, pero claro, con esta mierda de reloj de pulsera que tengo no podría ser de otra manera.
En fin, mañana escribiré algo sobre los geranios de invernadero y con un poco de suerte acabo hablando de las prestaciones del Columbia, pero hoy corto que mi reloj biológico me está sonando en la barriga y esa es una señal para que afloje un poco el culo y deje salir un pedo… jeje, es que por atrás tengo un reloj de cuco.

4 han comentado:

Venus dijo...

Hola Manolo... me encanta este posts, la verdad considero que en tu caso con un reloj biológico tan bueno deberias botar el reloj de pulsera... Ojalá no les de por cambiar la hora así como a qui en Venezuela eh? Allí si estarias en problemas. Un beso...

Jose Antonio dijo...

Manolo, que suerte tienes, tu reloj interior funciona, el mío se estropeó en tiempos de la mili hacia el año 84, donde con tantos cambios horarios y tantos develos durante más de 5 años, hicieron que cuando despierto tenga que pensar durante breves instantes si es de día, de noche o es la siesta de la tarde.

Como ahora cuando me toca, no cuando tengo hambre, me duermo cuando mi cuerpo quiere y no cuando me acuesto.

Ya le he intentado arreglar varias veces y na de na, que no quiere arrancar, es como querer ver la hora de un reloj de sol un día de lluvia.


Saludos amigo.

Anónimo dijo...

que entrada mas escatologica te a quedado, a mi mi reloj biologico me dice que me queda una semana para los 28 y o engaño pronto a mi jonathan o se me pasa el arroz
jiji

m4n010 dijo...

lily gracias preciosa, así lo hago, sólo utilizo el de pulsera para ir al trabajo, me daría algo empezar aunque sólo fuese un minuto antes de la hora.

senovilla
pues si me funciona la verdad, tanto que aunque me quede dormido a las 6 de la mañana a las 8 me despierto el hambre.
Y para dormir igual, con el inconveniente de que si no me duermo en ese momento puedo pasarme la noche entera despierto.

rosiña
felicidades por adelantado, dime que día es para hacerte un pastel...
a tus años y hablando de que se te pasa el arroz... permiteme que me escojone con la risa.
Aun te faltan unos cuantos años para llegar a lo mejor de tu vida, a mi menos jeje.

besos a las chicas
saludos senovilla